Este 31 de octubre, coincidiendo con su 18 aniversario, la princesa Leonor juró la Constitución. Este día especial fue marcado por una serie de actos oficiales que concluyó con una fiesta privada, celebrada en el Palacio de El Pardo. La última celebración del día fue discreta, ningún miembro de la familia real posó oficialmente.
Esta aparición, pese a ser breve, nos permitió observar un detalle clave. La reina Letizia, quien había optado por un vestido azul para los actos del día, cambió de vestuario. La vimos con un diseño negro y sobre todo, un par de pendientes y las pulseras gemelas de la maison Cartier.
Estas joyas son de especial relevancia: forman parte del exclusivo listado de 'joyas de pasar'.
¿Por qué resultan tan importantes para Casa Real?
Para entender su origen, cabe remontarse a la vida de la reina Victoria Eugenia, nacida princesa de Battenberg (1887-1969). La monarca, ante una muerte segura, legó por testamento a su esposo y a sus hijas algunas de sus joyas más valiosas. Su objetivo era claro: que permanecieran en manos de la casa Borbón.
La condesa de Barcelona, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, acuñó el término 'de pasar', cuando la reina entregó las piezas a su esposo, el rey Alfonso XIII. Desde entonces, el conjunto de joyas reunidas por la monarca fue cuidadosamente conservado por la familia real y transmitido, de soberana a soberana, ateñéndose a la petición de la difunta reina Victoria Eugenia.
Las 'joyas de pasar'
El testamento de la reina, realizado seis años antes de su muerte, se refiere explícitamente a ocho piezas: "las alhajas que recibí en usufructo del Rey Don Alfonso XIII y de la misma Infanta Isabel, que son: una diadema de brillantes con tres flores de lis, el collar de chatones más grande, el collar con treinta y siete perlas grandes, un broche de brillantes del cual cuelga una perla en forma de pera llamada 'La Peregrina', un par de pendientes con un brillante grueso y brillantes alrededor, dos pulseras iguales de brillantes, cuatro hilos de perlas grandes, un broche con una perla grande gris pálido rodeada de brillantes y del cual cuelga una perla en forma de pera, todas ellas, desearía, si es posible, se adjudicase a mi hijo Don Juan, rogando a este que las transmita a mi nieto Don Juan Carlos. El resto de mis alhajas, que se repartan entre mis dos hijas".
La tiara de la flor de lis encabeza el listado y con razón: se trata de una de las más valiosas joyas de pasar. Regalo de Alfonso XIII a su esposa, esta joya de diamantes, creada por la joyería española Ansorena, representa las flores de la monarquía. Fue lucida en ocasiones muy señaladas, como la visita de estados a Argentina de la reina Letizia en el año 2017. ¿Su punto distintivo? Sus flores también se pueden llevar como broches.
El collar de chatones más grandes fue otro regalo de Alfonso XIII. Compuesto de 30 diamantes con garra de platino, es otra de las joyas creadas por Ansorena. El chatón es un tipo de engaste que se caracteriza por la forma en la que se ciñe la gema a la joya. La reina, amante del diseño, fue ampliando el collar cada año hasta que tuvo que dividirlo debido a su extensión. Es una de las joyas que nunca llevó la reina Letizia.
Las perlas no podían faltar en este listado. El collar de 37 perlas grandes fue el regalo de pedida que le hizo Francisco de Asís de Borbón a la reina Isabel II de España. Pese al fracaso de la unión, la joya permaneció en manos de la monarca. Tras su fallecimiento, fue subastada. Alfonso XIII la añadió al listado de joyas de regalo de boda. Fue lucida en varias ocasiones, tanto por la reina emérita como la reina Letizia.
Del collar de perlas colgaba originalmente una perla perilla. Adquirida por Alfonso XIII, que fue montada en un broche de lazo y regalada a la futura reina Victoria. Finalmente, fue asociada a un broche en forma de lazo estilo mariposa. Aunque la perla se quedara finalmente en manos de Juan Carlos, el broche le fue regalado a Simoneta Gómez-Acebo.
Los pendientes con un brillante grueso fueron lucidos, no solo por las reinas, entre ella Doña Letizia en los premios Princesa de Asturias de 2018, sino también por la infanta Cristina para el día de su boda con Iñaki Urdangarin.
Las dos pulseras de Cartier, protagonistas habituales de los looks de Letizia, encuentran su origen en la corona que regaló Alfonso XIII a Victoria Eugenia, quien encargó su reconversión en pulsera. La joya más misteriosa del listado es sin duda la mencionada como 'cuatro hilos de perlas grandes'.
María de las Mercedes reveló en sus memorias Yo, María de Borbón, que había repartido los cuatro hilos entre las mujeres de la familia. El último broche de oro con engaste de diamantes y una perla era una pertenencia de la infanta Isabel. La reina Victoria Eugenia lo lució en varias ocasiones. Fue la joya de pasar elegida por la reina emérita para la boda de su hija, la infanta Elena.