En la noche del miércoles, 5 de diciembre, la familia real británica ha vuelto a celebrar su tradicional cena de recepción diplomática en el palacio de Buckingham. Un acto con el que sus Majestades, Carlos III y Camila Parker Bowles, y los príncipes de Gales, Kate Middleton y el príncipe Guillermo, se reúnen con embajadores y altos comisariados para apoyar la labor que hacen tanto en Reino Unido como en el extranjero.
Este año es el segundo en que los reyes acogen el banquete desde que Carlos III ascendiera al trono en septiembre de 2022. Se trata de una cita muy esperada no solamente por su valor institucional —han acudido 500 invitados—, sino también por los guiños, sutiles pero cargados de simbolismo, que las royals británicas acostumbran a hacer en sus elecciones estilísticas para las ceremonias de gala.
Esta vez no ha sido para menos. Camila Parker ha presidido la recepción haciendo gala de su gusto por los diseños elegantes y luminosos. Lució un espectacular vestido blanco bordado, de manga larga y cuello Mao abierto, firmado por Fiona Claire, una de las diseñadoras de referencia de la reina consorte.
Más allá de la percha, los verdaderos protagonistas en la apuesta de Camila para la cena han sido los accesorios. Camila ha elegido para la ocasión la tiara de las Niñas de Gran Bretaña e Irlanda. Además, la monarca ha rendido tributo a Isabel II al completar su estilismo con un brazalete y un broche que en el pasado perteneció a la difunta reina Madre.
Un gesto similar ha querido tener Kate Middleton con la madre del príncipe Guillermo. La tiara escogida por la princesa ha sido la Cambridge Lower's Knot. Es una de sus favoritas, como también lo fue de Diana de Gales. Tras su muerte, esta emblemática diadema estuvo guardada hasta que, en 2015, la entonces duquesa de Cambridge quiso volver a incorporarla a la vida pública, recuperándola para un banquete de Estado. Desde entonces, la Lover's Knot es una joya de uso habitual en sus ceremonias de gala.
Otra de las sorpresas de Middleton estuvo en los pendientes, realizados en platino con diamantes y recuperados de la exquisita colección de Isabel II. Fueron fabricados por Cartier en Londres desde 1918 hasta 1929. La abuela de Guillermo de Inglaterra los recibió de su madre como regalo de bodas en el año 1947, y hoy los lleva Middleton a conjunto con un estilismo que no ha dejado indiferente a nadie.
La royal ha acaparado todas las miradas con un romántico vestido de Jenny Packham con cuello redondo, caída ligera y hombrera marcada. Las lentejuelas de color rosa, los ribetes y el cinturón decorado con pedrería bordada terminaron de poner el acento elegante a un estilismo con el que la princesa de Gales ha vuelto a coronarse como una de las mujeres mejor vestidas de la realeza europea.