Este 23 de diciembre, Silvia de Suecia cumple 80 años, cincuenta de ellos como reina consorte del país escandinavo. Una royal discreta, entregada a sus deberes y a su familia, que ha tenido que pasar por momentos personales muy complicados. Ha sabido sortearlos con una sonrisa y, en esta etapa de su vida, le preocupa más lo que le queda por hacer que el simple paso del tiempo.
Lo demuestra el importante gesto que ha tenido para celebrar su aniversario y que tiene que ver con los obsequios que recibe en una fecha tan señalada. La esposa de Carlos Gustavo no quiere nada para ella, sólo piensa en ayudar a quien lo necesita, ahora más que nunca.
Por eso, ha puesto en marcha una iniciativa por su cumpleaños que tiene como beneficiarias a las víctimas de la guerra de Ucrania. "La Reina cumple 80 años el sábado 23 de diciembre. Para aquellos que quieran hacer un regalo, el deseo de la Reina es pensar principalmente en proyectos en Ucrania para niños que padecen enfermedades mentales como resultado de la invasión a gran escala en curso", han informado en la página web.
La campaña se llama 'Los Niños del Mundo' y se puso en marcha el pasado mes de septiembre por Radiohjälpen. Desde entonces se pueden hacer donativos a través de un enlace que la Casa Real ha marcado en su perfil de Instagram poniendo como asunto la palabra reina. La colecta estará abierta hasta el 31 de diciembre y Silvia espera que la respuesta sea un éxito.
Cualquier otro obsequio para ella se puede dejar en un departamento de palacio, abierto de lunes a viernes de ocho de la mañana a tres y media de la tarde. Los paquetes deben ir identificados con el nombre y la dirección del remitente. Así lo establecen en la web oficial de la corte. También se le puede enviar un mensaje de felicitación en el apartado especialmente habilitado para ello en el citado portal.
En cuanto a las celebraciones, durante los días previos al cumpleaños Silvia de Suecia recibió las felicitaciones de los miembros del Parlamento, el Gobierno y las distintas asociaciones con las que colabora asiduamente. La fiesta personal es privada, en la residencia donde pasan sus vacaciones navideñas y probablemente sin la presencia de Mette-Marit, enferma de Covid desde el día 20.
La esposa de Carlos Gustavo de Suecia llega a los 80 en un año en el que, además, el Rey celebra cinco décadas en el trono. La historia personal y familiar de Silvia Renate Sommerlath (su verdadero nombre) no ha estado exenta de dificultades. Nacida en Alemania de padre alemán y madre brasileña, tuvo una infancia dura pues vivió durante un tiempo con su familia en un campo de refugiados instalado en un antiguo psiquiátrico tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El pasado nazi de su padre, Walter Sommerlath, miembro del partido de Hitler y director de una empresa confiscada a un judío berlinés, es un fantasma que todavía sigue presente. La Reina hablaba del tema en una entrevista hace cinco años y decía: "No estoy intentando desmentir el hecho de que fuera miembro. Pero podrías preguntarte: ¿por qué lo hizo? Mi padre, como muchos otros, no sabía lo que pasaría luego. De haberlo sabido, no creo que se hubiera hecho miembro".
Estudió en Munich, habla varios idiomas y trabajó como intérprete oficial y azafata en el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. Fue allí donde conoció al entonces príncipe Carlos Gustavo, que quedó impresionado por su exótica belleza. No fue fácil que la Casa Real de los Bernardotte la aceptaran por su origen plebeyo. De hecho, él tuvo que esperar a que su abuelo muriera para poder casarse con Silvia, ya que el monarca nunca lo hubiera permitido. El rey Gustavo VI de Suecia había ocupado el trono tras la muerte prematura del padre de Carlos Gustavo y falleció en 1973.
Ya convertido en jefe del Estado, el nuevo soberano pudo vivir con libertad su noviazgo y en 1976 llegó la ansiada boda, que tuvo lugar en la catedral de Estocolmo, ante 1400 invitados. Silvia lucía un maravilloso vestido de Marc Bohan para Dior en color marfil y un velo de encaje de Bruselas sujeto con la tiara de los camafeos, que perteneció a la emperatriz Josefina. Fue la primera reina plebeya del país, así que rompió moldes porque además es tres años mayor que él. Ahora está mucho más normalizado, de hecho, sus tres hijos se han casado con personas sin sangre azul y las actuales consortes europeas también son 'del pueblo'.
El amor de Silvia por Carlos Gustavo ha sido inquebrantable, pese a las infidelidades de su marido destapadas en una biografía no autorizada en 2010. El soberano se vio obligado a reconocerlo y a pedir perdón asegurando que él y su esposa lo habían resuelto en privado. Ella aceptó las disculpas y continuó volcada en sus deberes reales, que siempre ha cumplido escrupulosamente. Para muchos su historia se parece mucho a la de la emérita Sofía.
Nunca se planteó divorciarse, pensando en sus hijos: Victoria, Magdalena y Carlos Felipe. Sin embargo, no es la única polémica protagonizada por el rey sueco que Silvia ha tenido que capear. Este 2023, Carlos Gustavo realizó unas incendiarias declaraciones sobre la sucesión asegurando que le parecía injusto que se hubiera abolido la ley sálica en su país, que impedía a las mujeres reinar, quitándole el título de heredero a su único hijo varón en favor de la primogénita. El escándalo fue tal, que tuvo que pedir disculpas públicas de nuevo. Silvia, mientras, callaba.
Pese a los problemas que han atravesado, los monarcas suecos viven una etapa de estabilidad y paz. La Reina disfruta a tope de las fechas navideñas y recientemente protagonizaba un bonito posado con todos sus nietos decorando juntos el árbol. Estar con ellos es su mejor regalo de cumpleaños.