Sarah Ferguson (apodada como Fergie por la prensa británica), exmiembro de la familia real inglesa, ha sido vista en el tradicional paseo hacia la iglesia Santa María Magdalena para la misa de Navidad a la que asisten anualmente los de Sussex. Esta sería la primera vez que es invitada a este simbólico evento de la realeza británica desde que se le declarara persona non grata en 1992, al ser sometida al escarnio por un escándalo de podofilia.
La que en aquel entonces fuera esposa del príncipe Andrés fue fotografiada en 1992 en medio de un acto cariñoso con el empresario John Bryan durante unas vacaciones en Francia. La desafortunada instantánea, en la cual se apreciaba cómo Bryan le succionaba el dedo gordo del pie mientras ella hacía topless, no tardó en copar las portadas de los periódicos en lo que se bautizó como escándalo 'de chupar pies' (toe sucking scandal, en inglés). Es más, todavía hay réplicas de este terremoto que sacudió a la corona británica: se narra lo sucedido en la aclamada serie The Crown.
El príncipe Andrés y Sarah Ferguson estaban separados, al menos de manera informal, pero el escándalo 'de chupar pies' no pasó desapercibido en Buckingham Palace, al fin y al cabo un hombre le estaba chupando los dedos de los pies a la duquesa de York. Fue la crónica de una muerte anunciada: este escándalo precipitó la separación de la pareja en 1996.
Desde que se empezó a deteriorar su relación, el príncipe Andrés se llevaba a sus hijas —las princesas Beatriz y Eugenia—, a las celebraciones navideñas, dejando a Ferguson al margen. Pero en los últimos años se ha visto cómo la pareja se juntaba en ocasiones especiales y poco a poco se está reconciliando con la familia real británica.
En 2018, Fergie fue invitada a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle, y desde la muerte de la reina Isabel II parece que está volviendo a la vida pública. En las vísperas de la Navidad de 2020, Sarah publicó en Instagram una foto junto a Andrés y sus hijas; y en los últimos años se ha rumoreado que Sarah era una invitada más en las comidas de Navidad de la familia real en el palacete de Sandringham.
Este año, la familia real británica que encabezan Charles y Camila, ido un paso más allá y la exroyal fue invitada también al tradicional paseo y el baño de masas posterior. Tal como ha podido informar el Daily Mail, los duques de York —divorciados, pero que continúan viviendo juntos— se han estado alojando durante estos días en Wood Farm, la antigua casa de campo de Phillip con cinco dormitorios situada en una zona apartada de la finca de Sandringham.
La multitud que esperaba la procesión encabezada por el rey Charles y Camila —alrededor de 2.000 well-wishers— vio como el duque de York, de 63 años, y la duquesa, de 64, formaron parte del séquito que acompañaba al monarca. Junto a ellos, estaban sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, y sus yernos, Edoardo Mapelli Mozzi y Jack Brooksbank. A la procesión también asistieron los príncipes de Gales, Catalina —Kate— y William, acompañados de sus primogénitos.
Una aparición estelar fue la de la princesa Anne, que no asistió al acto el año pasado. Tampoco faltaron los duques de Edimburgo y sus hijos, y las princesas Eugenia y Beatriz de York, todos ellos acompañados por sus respectivas familias.
La invitación de Fergie a este acto, que el Daily Mail atribuye a la buena relación que tiene con la reina consorte, supone una bocanada de aire fresco después de unos años muy convulsos para la familia real y para los duques de York en particular. Sarah fue operada de un cáncer de mama en verano y Andrés sigue bajo el foco de la opinión pública por su presunta vinculación con el delincuente sexual Jeffrey Epstein.