El próximo 14 de enero los daneses tendrán una nueva reina. Tras 52 años con Margarita II en el trono, llegan vientos nuevos a la corona de la península nórdica.
Mary Elizabeth Donaldson, de 51 años, se convertirá en la soberana consorte del pueblo danés acompañando a su marido al trono, que reinará con el nombre de Federico X. Esta abogada nació en la ciudad de Hobart, la capital del estado insular de Tasmania, en Australia.
La leyenda dice que conoció al príncipe durante las olimpiadas de Sídney en el año 2000, cuando ambos coincidieron en un bar. La historia asegura que fue Felipe VI quien les presentó y, aunque es cierto que el Rey estaba presente cuando surgió el flechazo, solo tomaba algo con el entonces heredero danés y el primo de ambos, Pablo de Grecia.
Fue un flechazo
Según contaron Federico y Mary el día de su compromiso, lo suyo fue "amor a primera vista" y desde entonces no se han separado. A principios de 2003, la reina Margarita reconoció públicamente la relación y se anunció el compromiso en el castillo de Amalienborg el 8 de octubre de ese mismo año. La boda llegaría el 14 de mayo de 2004, en la catedral de Copenhague.
Para el gran día, la novia optó por un precioso vestido del diseñador danés Uffer Frank y un velo que había sido utilizado por primera vez por la princesa heredera Margarita de Suecia en 1905. Como guiño a su herencia australiana, Mary Donaldson llevó un ramo de eucalipto intercalado con flores del jardín del palacio.
Australia natal
Mary nació en una familia normal de clase media australiana. La que se convertirá en la nueva reina de Dinamarca creció en una casa con un amplio terreno y unas vistas increíbles al río Derwent junto a sus tres hermanos, Jane Alison, farmacéutica, Patricia Anne, enfermera y John, geólogo. Las dos primeras siguen residiendo en su Tasmania natal, mientras que el menor se mudó a vivir a Perth.
Ella es la pequeña del clan. Su padre, John, era profesor de matemáticas en la Universidad de Tasmania y su madre fue la secretaria del vicerrector del mismo centro hasta que falleció en 1997, con 55 años, por un problema de corazón.
Duro golpe
La muerte de Henrietta fue un duro golpe para la princesa. Antes de su boda real en 2004, Mary se sinceró sobre el impacto de haberla perdido siendo ambas tan jóvenes. "De vez en cuando, siento que está muy cerca, que está a mi lado. Espero que cuando me convierta en madre me parezca a ella", le confesó a un periodista danés.
Para la esposa de Federico su familia es una prioridad. Sus viajes a su país natal son continuos, donde pasa cada año las vacaciones de verano con sus cuatro hijos. A ellos les ha enseñado los sitios más turísticos de su Australia natal como la ciudad en la que conoció a su marido, Sídney, Camberra y el territorio del Norte, donde pasaron las navidades antes de la pandemia.
Cautivadora y educada
Los que la conocen de cerca dicen de la futura reina consorte es deliciosamente educada, sencilla y cautivadora. Una mujer moderna que, desde que aterrizó en el que iba a ser su país de adopción en 2004, supo estar a la altura de las circunstancias y de lo que se esperaba de ella.
Es una persona formada que apoya la cultura australiana y que trabaja de forma incansable en temas que le preocupan como la salud, la infancia y la educación.
Problemas de salud mental
Pero también es humana, y lo dejó claro cuando el pasado mes de noviembre confesó en un programa de la televisión danesa que había tenido problemas de salud mental. En el espacio llamado La naturaleza y nuestra mente, presentado por el popular Peter Qvortrup, Mary confesó que ella misma había sufrido una depresión y que seguía trabajando para salir de ella.
A pesar de que ha cumplido el medio siglo, parece que es inmune al paso del tiempo, ya que su belleza sigue casi como el primer día que la conocimos en su presentación como prometida de Federico de Dinamarca.
Dieta de centeno y pescado
Su brillo natural se le atribuye a su dieta, que ella misma califica como danesa y que se basa en pan de centeno, pescado fresco y mucha fruta y verdura. Es una gran admiradora del esteticista Ole Henriksen y usa sus cremas desde que las descubrió cuando estaba embarazada de su primer hijo.
Además, es normal verla salir a correr, cuando el tiempo lo permite, cerca de su casa, el palacio de Amalienborg, donde comparte su día a día con su marido y sus cuatro hijos, Christian, de 18 años, Isabella de 16 y los dos mellizos, Vicent (ahijado de Felipe VI) y Josephine, que acaban de cumplir trece años.
Icono de estilo
Como ocurre con Letizia en España o con la Princesa de Gales en Inglaterra, Mary se ha convertido en un icono de estilo para sus conciudadanas. Sus elegantes elecciones a la hora de lucir un look u otro la han hecho una de las mujeres más elegantes de Europa.
A la australiana le encanta la moda y no le importa reconocerlo, su interés personal por el diseño le ha hecho ser una de las mayores responsables del proceso de sostenibilidad que está llevando a cabo el sector en su país. Su presencia en todas las ediciones de la Global Fashion Agenda es un apoyo constante a una moda de tendencia que se preocupa por el medioambiente.
Con ONG propia
Una de las únicas cosas que le ha pedido la australiana a su suegra, la reina Margarita, es que le dejara crear su propia ONG, deseo que le concedió con cariño. La Fundación Mary está comprometida contra el bullying o la violencia doméstica. "Solos, nos sentimos vulnerables. Esa es la idea fundamental de la filosofía de la Fundación Mary", ha explicado ella misma después de referirse a su propia soledad y depresión.
“Todo nuestro trabajo y esfuerzo se dirigen a combatir el aislamiento social, tanto si es causa o consecuencia del bullying, la violencia doméstica o la soledad. Hoy, sabemos que la felicidad y la salud dependen de si se tiene un entorno cercano y positivo", ha dicho.
Parece claro que Mary ha encontrado su voz en la escena mundial y que el día 14 de enero subirá al trono de Dinamarca con la misma curiosidad y encanto que cautivaron a un príncipe extranjero, del lejano y frío norte, en el año 2000 en el pub Slip In de la ciudad australiana de Sídney.