Con la subida al trono de Federico X tras la sorprendente e inesperada abdicación de Margarita II, la Familia Real danesa ha ocupado el primer plano de la actualidad en este comienzo de 2024. El nuevo Rey da pasos firmes, pero aún tímidos en su nuevo rol institucional, al igual que su esposa, Mary Donaldson.
La actual casa Glücksburg es de sobra conocida y está formada por los nuevos soberanos con sus cuatro hijos, los príncipes Joaquín y Marie y sus descendientes (aquellos a los que se ha despojado de sus títulos), la propia Margarita y su hermana, la princesa Benedicta. De todos ellos hablará la historia.
Ahora toca bucear en el pasado de esta Familia Real para descubrir a uno de sus miembros más controvertidos: Elena de Dinamarca.
Hay que remontarse al siglo XIX, concretamente al 1 de junio de 1888, fecha en la que nació Elena Adelaida de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, que acabaría siendo conocida como la princesa traidora y amiga de los nazis.
Fue la tercera hija del duque alemán Federico Fernando de Schleswig-Holstein y de su esposa, la princesa Carolina Matilde. Llegó a la casa real danesa a través de su matrimonio con el príncipe Harold de Dinamarca, hermano del rey Cristián X del país escandinavo. Se casaron en abril del año 1909, en el castillo de Glücksburg, ubicado a las afueras de Copenhague.
El matrimonio tuvo cinco hijos, las tres primeras niñas en solo tres años, luego vendrían los varones, todos herederos al trono. Aunque a las puertas de la residencia real parecía piadosa y fundó un orfatano en la década de 1920, el escritor danés Trong Norén Isaksen sugiere que fue una madre fuerte y cruel. Pero lo que verdaderamente hizo que haya sido repudiada por la historia, fue su simpatía por el regimen nazi.
El 8 de abril de 1940, Alemania invadió Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial. Este ataque llamado la Operación Weserübung dio lugar a una ocupación del país, que duró hasta el final del conflicto, en 1945.
La monarquía se mantuvo y Cristián X pudo seguir reinando siempre bajo la censura y mando del régimen de Hitler. Y mientras todos resistían como podían, la princesa Elena mostraba abiertamente su simpatía por los nazis.
Abrió las puertas de su casa para celebrar cenas con los alemanes ocupantes y lideres de la Gestapo y también asistió sin pudor a las suyas como invitada en hoteles y residencias. Incluso intentó convencer a su esposo para que permitiera la entrada de miembros nazis al gobierno danés, sin éxito.
El príncipe Harald y sus hijos no acudían a estos encuentros, mostrándose en contra del apoyo de Elena a los invasores. Las crónicas de la época aseguran que los dos descendientes varones se alejaron tanto como pudieron de aquello: el príncipe Gorm huyó a Suecia y Oluf se refugió en su cuartel de húsares y se unió a la resistencia danesa para expulsar a los alemanes. Este último, habría calificado a su madre como una "vieja loca".
Todo aquello hizo que en Dinamarca fuera muy odiada, mientras ella calificó su afiliación con un partido responsable de la matanza de seis millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial como un "patriotismo inofensivo". Recordemos que ella nació en Alemania.
Sin embargo, las cosas se torcieron, y mucho, para Elena. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, la corte danesa se cobraba su venganza: la princesa traidora fue expulsada del país por orden del rey Cristián X. Se le permitió regresar en varias ocasiones para visitar a su marido enfermo, pero la muerte de Harold en 1949 supuso el golpe definitivo para ella. Se la echó definitivamente.
Charles Binger, autor del libro La princesa odiada publicado en 1949 afirmaba: "No podía haber un hogar en Dinamarca para la odiada princesa, que había reído y cenado con los nazis mientras su país de adopción sufría". Elena falleció el 30 de junio de 1962.