La Reina ha hecho un dos por uno esta mañana del martes 20 de febrero en Salamanca. Ha viajado hasta la ciudad castellana para presidir la presentación del proyecto Salamanca 'Ciudad del español' iniciativa del Ayuntamiento y la Universidad de la localidad con la Real Academia de la Lengua y con la organización Asociación de Centros Educativos Hispanohablantes de Estados Unidos.
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El proyecto surge con la intención de innovar, actualizar, mejorar y reforzar la imagen de Salamanca como destino idóneo para el aprendizaje del español. También visitará la exposición del legado de Carmen Martín Gaite que se conserva en el Centro Internacional del Español de la Universidad de Salamanca (CIE-USAL), en el marco de la proclamación del premio Arte 2024, de la Fundación Princesa de Girona, en la segunda etapa del 'Tour del talento'.
Así la esposa de Felipe VI vuelve a sustituir a su hija, Leonor, en un acto propio de la fundación que lleva su nombre y su título. La primogénita de los Reyes asumirá todos sus compromisos cuando termine toda su formación, tanto académica como militar.
Tenemos la esperanza de que con la celebración el pasado domingo 18 de las elecciones en Galicia se haya terminado el perfil bajo en la agenda de Letizia y volvamos al ritmo habitual de trabajo de los Reyes. Además, con la ya incorporación del nuevo jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino, tengamos un poquito más de visión pública de los miembros de la Familia Real.
El caso es que este martes 20 en Salamanca, como buen mes de febrero que sigue siendo allí (cosa que no podemos decir en otras partes de la península en los que parece que estamos en mayo), hacía fresquito y la Reina se ha decantado por una prenda de manga larga y propia de esta estación del año. Se trata de un vestido que ya hemos visto, pero como ha sido en solo una ocasión, no nos ha importado tanto.
Se trata de un modelo que estrenó en el viaje de Estado a Dinamarca el pasado mes de noviembre. Es de la firma española Dándara tiene el cuello estilo Mao, de manga larga abullonada con puños engomados, cuerpo ablusonado con detalle de abertura frontal en el escote y del que sale la falda fluida, de silueta evasé y largo midi. Además, incorpora un cierre en forma de lágrima en la espalda y una cremallera invisible en la zona trasera de la falda.
Cuando se lo puso por primera vez hace unos meses estaba disponible en la web de la marca por menos de 80 euros, pero ahora mismo, gracias al 'efecto Letizia' está agotado, aunque pone que volverá próximamente a la venta.
A su llegada al acto ha lucido el abrigo de Carolina Herrera en color camel que estrenó en aquel viaje relámpago que hizo a Los Ángeles en 2022 para inaugurar su nueva sede. El único estreno ha sido un bolso a juego del color del vestido, que aunque puede llevar mucho tiempo en su armario, para nosotros no es conocido. Todo esto combinado con unos salones de tacón cómodo de Magrit repetidos.
Nos ha llamado la atención el nuevo color del pelo. Letizia se ha aclarado el cabello, tal vez pensando en la sesión de fotos que acaba de hacer con Annie Leibovitz, tirando más hacia el rubio. Es un tono que le queda bien, aunque es cierto que le marca más las facciones y las canas.
En cuanto a las joyas, ha optado por la sencillez de unos pendientes de la marca española Gold&Roses, que aunque están hechos en diamantes y esmeraldas, estas son tan pequeñas que casi no llaman la atención.
Un look correcto, sencillo y apropiado para la cita y el lugar, aunque en nada pase al olvido y nunca entre en el ránking de los mejores del año.