"Veo mucho a mi madre en Lili. Parece una Spencer. Tiene los mismos ojos azules". Estas son palabras del príncipe Harry hablando de ella en el documental que él y su esposa grabaron sobre su vida. Fue en este proyecto donde más se ha visto a la pequeña, no solo el público también su propia familia. Este 4 de junio Lilibeth cumple 3 años, en California (Estados Unidos), alejada completamente de la Casa Real británica a la que pertenece. Una princesa 'extranjera' que apenas conoce sus orígenes reales y cuya vida nada tiene que ver con palacios y actos institucionales.

Sin embargo, todo en ella recuerda que es una Windsor. Su nombre completo es Lilibeth Diana, un homenaje de dos de las personas más importantes para el duque de Sussex y también para la monarquía inglesa. El primero fue elegido por la reina Isabel II, bisabuela de la niña, pues así era como la llamaban cariñosamente a ella. El segundo por Lady Di, esa abuela a la que nunca llegó a conocer, pero que está presente en el recuerdo.

Lili ocupa el octavo puesto en la línea de sucesión al trono y tiene título de princesa, concedido por su abuelo, Carlos III. Hasta ahí todo muy regio, aunque la realidad es que la hermana de Archie es una completa desconocida para los medios y también para la rama paterna de su árbol genealógico. Nació en Estados Unidos y siempre ha estado alejada del foco público.

Poco que ver con el primogénito de los duques de Sussex, que vino al mundo en 2019, en Londres, y fue presentado oficialmente con un posado en Windsor. Era antes del Megxit... En cambio, el nacimiento de Lilibeth se anunció a través de un comunicado y hubo que esperar seis meses para ver por primera vez la cara del bebé en la felicitación navideña de la pareja en 2021. La Familia Real pudo conocerla personalmente en junio de 2022 cuando Meghan y Harry volaron a Inglaterra para asistir a los actos del Jubileo de Isabel II. Fue algo privado, sin imágenes oficiales. 

Tampoco las hubo en su bautizo, oficiado el viernes 3 de marzo por el arzobispo de Los Ángeles, el reverendo John Taylor, en la casa de la pareja en Montecito. Una celebración privada a la que no asistió ninguno de los Windsor. Como tampoco a los cumpleaños de Lili. Para el primero hubo un posado realizado por el fotógrafo Misan Harriman, íntimo de los Sussex y autor también de otras instantáneas importantes como el anuncio del segundo embarazo de Markle. 

En su segundo aniversario, nada y en este tercero lo que se sabe de momento es que Meghan y Harry lo festejaron el pasado fin de semana del 1 y 2 de junio en su casa, con un grupo de amigos y con la madre de la duquesa de Sussex, Doria. Nuevamente, ni Carlos III, ni el príncipe Guillermo, Kate, ni el resto de la Familia Real han tenido la oportunidad de compartir ese momento con Lili. Además, en la agenda del príncipe Harry y su esposa no hay previsto un viaje a Inglaterra.

Las últimas veces que el hijo menor del Rey ha vuelto a su país natal lo ha hecho solo, sin su esposa e hijos. Las relaciones con su padre y su hermano no pasan por el mejor momento y todo parece indicar que el acercamiento está lejos. Mucha más relación tienen los Sussex con Eugenia de York, que los ha visitado a Estados Unidos y es de suponer que conoce más a Lilibeth. También con la rama materna, los Spencer.

Sea como fuere, la vida de la pequeña poco tiene que ver con la de otras princesas: ni posados, ni viajes oficiales, ni salidas al balcón de palacio... Con doble nacionalidad americana e inglesa, no ha pisado la corte y va cumpliendo años en Santa Bárbara, como una ciudadana de a pie, pese a ser la nieta del rey británico.