Parece que el buen tiempo anima a cualquiera a crear las ocasiones más acertadas con el fin de estrechar lazos. También los royals se suman a estas ganas de celebración del común de los mortales con la llegada de la temporada estival y así nos lo hacen saber: con visitas oficiales que acabaran la atención de todos los medios.
Si Máxima de Holanda nos conquistaba de azul con su falda midi preferida para dar la bienvenida a los mandatarios cataríes, ahora la Casa Real Británica ha desplegado todos sus medios para ejercer de anfitriones del emperador Naruhito y la emperatriz Masako.
Los royals nipones llegaban al hotel en el que se alojan a primera hora de la mañana del martes 25 de junio, allí eran escoltados por el mismísimo príncipe de Gales antes de reunirse con el rey Carlos III y una radiante reina Camila.
Inmaculada anfitriona
Por todos es sabida la gran influencia en el mundo de la moda que ejerce la Casa Real Británica; Isabel II no dejaba a nadie indiferente con sus variados y atrevidos trajes de colores siempre tan bien combinados. Kate Middleton con esa refinada elegancia atesora el legado, y la reina consorte Camilla no se queda atrás cuando de ejercer protocolo se trata.
En esta ocasión, la Reina ha apostado muy en serio por un solo color: el blanco. Y con él ha teñido los dos atuendos lucidos en la primera jornada oficial de los emperadores japoneses a Reino Unido.
Para la recepción oficial, celebrada por la mañana, vimos a la reina Camila con un vestido midi en color blanco. Si bien su manga era larga y el escote en V recatado, gracias a los complementos escogidos daba una sensación refrescante apropiada para la temporada de calor en la que nos encontramos.
Para acompañar el minimalista diseño blanco, la Reina optó por un sombrero amplio con detalle en negro como única nota disonante. El bolso de mano, también blanco, potenciaba el efecto 'total look' y sus zapatos de tacón prudente en color nude estilizaban la figura al fundirse con el tono de sus piernas.
Igual de acertada, y apostando por la pureza del blanco, vimos a la emperatriz Masako.
La cena oficial
Al llegar la noche, también llegó el momento de la primera cena oficial en este esperado viaje a Londres por parte de la realeza nipona. Y en ella volvimos a ver cómo la reina Camila confiaba en el color blanco para sintonizar con su invitada como un gesto cómplice.
Dado que en la cultura japonesa este color blanco representa la pureza en todos los sentidos, se interpreta la vestimenta de dicho tono como una manera de tender lazos entre ambos países, y no fue el único gesto de proximidad. Acompañando el vestido de noche, de manga larga y escote V ligeramente pronunciado, la Reina ha lucido la tiara birmana de rubíes. Esta herencia del joyero de Isabel II data de los años 70 y presenta un diseño en forma de corona de rosas que por sus colores (blanco y rojo) recuerda a la bandera japonesa.
Además, la Reina ha portado un fabuloso collar de tres vueltas, de diamantes y la nueva Orden Familiar de Carlos III, encima de la de la reina Isabel II, por primera vez.