Letizia se convierte en la protagonista a su llegada al Campoamor con un vestido asimétrico con volantes
- La Reina llega a los Premios Princesa de Asturias en la capital de su tierra natal vestida de Carolina Herrera.
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La alfombra del Teatro Campoamor, de Oviedo, es uno de los lugares que mejores recuerdos nos traen del armario de la Reina. Letizia pisa fuerte en este material del color regional, el azul, en cada una de las ediciones de los Premios Princesa de Asturias, a las que ha acudido. Se trata de una cita de glamour fija en el calendario cada año. Con más o menos acierto, pone toda la leña al fuego para no pasar nunca desapercibida.
La Reina está íntimamente ligada a este momento, no solo por la idea de que Oviedo es la ciudad que la vio nacer, sino porque es donde se siente más querida y arropada. Sabe que está en territorio amigo y se atreve más que en ningún otro escenario.
Por eso, a nadie le sorprendió cuando hace un año eligió un diseño de Carolina Herrera sencillo, pero que la equiparaba a una estrella de Hollywood. Diseñado en negro y de escote asimétrico, dejaba un hombro al aire, derrochando glamour y elegancia.
Y como la fórmula funcionó el año pasado, hemos querido repetir el formato. Letizia ha vuelto a lucir un diseño con un escote asimétrico con un hombro al aire. Eso sí, subimos de nivel, ya que esta vez, dos grandes volantes recubren la zona. Espectacular.
La esposa de Felipe VI ha elegido el negro, el color de la noche, para lucir en esta cita que protocolo denomina como gala. Y ese es el sustantivo que mejor puede definir el diseño que se ha enfundado la Reina esta tarde en Oviedo. Realizado en seda, brilla de forma ligera a cada paso que ha dado sobre la alfombra azul del teatro.
De corte largo, silueta lápiz marcando su silueta, se lleva el escote todo el protagonismo. La abertura de la zona del cuello deja ver parte de su musculada espalda.
Lo más llamativo es que no dejaba al descubierto el brazo, sino que recupera la manga gracias al volante que recorre desde el hombro izquierdo hasta la muñeca del derecho. Firmado por Carolina Herrera, está claro que la relación de Letizia con la marca de la empresa Puig está siendo larga y exitosa.
Para acompañar a este vestido tan espectacular, la Reina ha querido lucir una de las piezas de joyería más impresionantes de su joyero, los pendientes de diamantes negros de la firma suiza De Grisogono en su poder desde el 2007, año en el que los estrenó junto a un collar a juego, pieza que nunca le hemos vuelto a ver.
Estos pendientes son una pieza única realizada en oro blanco con 432 diamantes negros con diseño de lágrima valorados en ciento veinte mil euros. Destacan por encima los dos diamantes blancos talla navette o marquesa, una talla que se caracteriza por la forma alargada terminada en punta de los extremos, lo que dificulta mucho el proceso de tallado, pero que favorece que el centro del diamante desprenda una gran luminosidad.
Los estrenó en la Exposición del Pintor Joaquín Sorolla en el año 2007 y los ha lucido en varias ocasiones más: en la recepción a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet en octubre de 2014; en una audiencia en Zarzuela con los miembros de la Academia del Cine y en el recibimiento al presidente de Senegal ambos celebrados en diciembre de 2014, además de en un acto en Telefónica un mes más tarde. Una pieza de joyería al nivel del momento y el lugar que protagonizan, que contrastaba mucho con el anillo de Coreterno.
En la mano, Letizia ha llevado una cartera en formato baguette del mismo tejido de raso que el vestido. Y en los pies, unos salones con el tacón más bajo que le hemos visto nunca. Destalonados y en negro, esto nos demuestra que Letizia no mejora de la dolencia que sufre en sus pies.
Esta mañana pensábamos que la Reina iba a cambiar la línea beauty que sigue desde hace semanas, la de llevar la melena suelta. Sin embargo, ha decidido seguir con el cabello al aire, que lo lleva tan largo que cae sobre el maxi volante del diseño de Carolina Herrera.
Puede que no vaya a ser el look más comentado de la historia de los Premios Princesa de Asturias, pero lo que sí demuestra es que, por fin, Letizia ha encontrado su estilo. Y solo nos ha costado dos décadas.
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