Una de las batallas más recurrentes para las mujeres es eliminar la grasa que se acumula en la zona abdominal. Para ello hace falta combinar la alimentación con el ejercicio que, si combinados de manera constante, permiten reducirla en pocos días.
"Todo comienza en la alimentación, es el punto de partida de toda rutina de ejercicios al margen de los objetivos que se quieran cumplir. Es por ello que el seguimiento que nos pueda realizar un nutricionista es crucial si queremos profesionalizar nuestros objetivos con conocimientos y experiencia", cuenta Alex García, responsable de Fit Club Madrid.
Qué alimentos comer
Así, es mejor optar por incrementar el consumo de cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y carnes blancas, como pollo y pescado. Las proteínas ayudan en la formación del músculo, mientras que las fibras solubles, como la de la avena, han dado buen resultado en la disminución de la grasa abdominal.
El consumo de sal también debe hacerse con moderación una vez que causa retención de líquidos en el cuerpo lo que hace que nuestro vientre parezca más hinchado.
Además, para reducir cintura hace falta generar un déficit de calorías: es decir, aunque lo que se coma sea sano, tiene que gastarse más calorías que las que se ingieren o no será efectivo, por lo que el ejercicio es fundamental.
Ejercicios
"Después de definir las pautas de alimentación podremos empezar a trabajar el cuerpo. Primero con ejercicios de tonificación, y luego con cardiovasculares, aunque es importante que siempre nos adelantemos a nuestra propia capacidad para conseguir mejores resultados", señala García.
"Siempre aclaro que todo ejercicio que hagamos aporta, desde caminar a paso ligero, subir escaleras o llevar las bolsas de la compra, y nuestro cuerpo lo irá agradeciendo. Lo ideal es que el entrenamiento no baje de 4 días a la semana, con una media de 60 minutos de tiempo", explica.
Uno de los ejercicios más efectivos para conseguir un vientre plano son los abdominales hipopresivos. "Son muy efectivos porque fortalecen la pared abdominal mientras controlamos la respiración, y no sólo reafirman dicha zona, sino que también son muy efectivos para el suelo pélvico", cuenta.
Se ejecutan de varias maneras aunque las más comunes son "tumbados en el suelo boca arriba o en cuadrupedia, pegando el abdomen a la zona lumbar con el fin de conseguir un vacío abdominal". "Comenzamos soltando el aire hasta quedarnos vacíos y es en ese momento cuando contraemos la mayor cantidad de tiempo que podamos", explica.
Así, podemos empezar tumbados boca arriba en el suelo, con las rodillas flexionadas. Los tobillos en flexión dorsal, los brazos ligeramente separados del cuerpo con las palmas de la mano tocando el suelo. Soltamos el aire abriendo las costillas para que los abdominales se hundan, a la vez que intentamos hundir la barbilla.
Una vez tengamos dominada la técnica se pueden hacer en otras posiciones siempre manteniendo la intensidad del ejercicio para que no pierda eficacia.