Para algunas mujeres la búsqueda del embarazo puede convertirse en una auténtica pesadilla. Ver cómo pasan los meses y continúa llegando la menstruación o dando negativo en los test de embarazo es difícil de asumir. Aunque es normal tardar un tiempo en concebir y los médicos recomiendan esperar un año antes de hacerse pruebas de fertilidad, pueden aparecer las dudas y los miedos a no poder tener hijos.
Cuando se detecta el problema hay que tomar decisiones importantes, someterse a pruebas... Y a veces tampoco se encuentran los resultados deseados a la primera. Todo ello va, además, unido a la lucha contra el tiempo, ya que cuantos más años tenga una mujer, más difícil puede ser que se quede embarazada.
Carmen Jonnes (Castellón, 1981) ha experimentado todos estos sentimientos en la búsqueda de la maternidad. Con 33 años ella y su pareja estaban preparados para tener hijos y se pusieron manos a la obra. Sin embargo, tardaron años en conseguirlo y a Carmen le acabaron detectando una baja reserva ovárica.
"Me lo detectaron cuando ya llevaba bastante tiempo de búsqueda, casi a los dos años", cuenta a MagasIN. En un primer momento le dijeron que tendría que recurrir a la ovodonación, pero finalmente logró tener a su primer hijo con un óvulo propio, a través de la fecundación in vitro.
Decidió contar su experiencia en su canal de YouTube y rápidamente recibió la respuesta de miles de mujeres que estaban pasando por lo mismo. Esta comunidad alcanzó tal tamaño que en 2019 esta licenciada en Derecho fundó Creando una vida. En esta plataforma privada comparte información verídica de expertos en fertilidad y las usuarias pueden estar en contacto para compartir sus experiencias y no vivir solas el proceso.
En sus redes sociales, Carmen Jonnes acumula casi 100 mil seguidoras y ahora publica En busca de la fertilidad. Estrategias para vivir la búsqueda de embarazo con calma y felicidad. El libro es un compendio de todo lo que aprendió en su difícil y largo viaje hacia la maternidad y que es el mismo para todas las mujeres que sufren problemas de fertilidad.
"En el libro yo he seguido un orden cronológico, sobre todo a nivel emocional. Este proceso lo pasamos todas sin excepción. Da igual el problema de fertilidad que sea, el agobio de la búsqueda, los comentarios que recibimos a nivel social, la culpa, sentir envidia cuando otras mujeres se quedan embarazadas, la relación de pareja... Todas pasamos por lo mismo, por eso sentía que era importante escribir este libro".
En conversación con MagasIN, Carmen Jonnes da las claves para aprender a vivir toda esta experiencia de la mejor manera posible:
1. Información
"Para mí lo primero es que estén bien informadas y para eso es clave que sepan que los seres humanos somos muy malos reproductores, los peores de todo el planeta, y que tardar unos meses es algo normal", comienza. La autora de En busca de la fertilidad afirma que acudir informada a la consulta médica "empodera" y te permite "participar más a la hora de elegir tratamiento e incluso dar tú alternativas".
Al mismo tiempo, defiende que la información debería ser algo que tuviésemos desde jóvenes, no ya en el momento en el que tenemos problemas para lograr el embarazo. "Al instituto nos vienen los de planificación familiar a explicarnos la contracepción, cómo no quedarte embarazada, pero nadie te dice: 'Oye, así funciona la fertilidad del ser humano'. Lo único que te dicen es que cuanto más mayor, más difícil, pero luego yo me encuentro con 33 y resulta que no me quedo embarazada".
2. Fuera la culpa
Durante el proceso pueden surgir muchos sentimientos negativos hacia los demás pero, sobre todo, hacia una misma. "He esperado demasiado", "soy menos mujer porque no me quedo embarazada"... También influyen los abundantes comentarios aún habituales como "no te quedas embarazada porque estás estresada". Sin embargo, Jonnes insiste en que "no es obsesión, es ilusión".
"Esta frase es la más típica de todas y a todas las mujeres nos la dicen. Te dicen que te estás obsesionando y por eso no te quedas embarazada, y lo peor es que la mujer se lo cree. Entonces llega el sentimiento de culpa. Yo siempre digo que si preparas con antelación un viaje de una semana, ¿por qué no vas a planificar un embarazo? Parece que no tienes que pensarlo cuando es un proyecto de vida". Aunque, apunta: "Lógicamente el estrés no es un buen compañero de viaje, pero no es el único factor que influye".
3. El acompañamiento
Jonnes anima a las mujeres a hablar del tema abiertamente y no guardarse sus sentimientos. "Se trata de no pensar que eres la única del planeta que está pasando por ello. Creo que la clave es vivirlo con normalidad para que el proceso sea mucho más tranquilo".
No obstante, es consciente de lo difícil que puede ser hablar de ello en algunas ocasiones. "Yo de inicio no lo compartí con nadie porque pensaba que el embarazo llegaría y que iba a dar una sorpresa a la familia. Según fue pasando el tiempo y veía que las cosas no iban bien, que llevábamos un tiempo casados y llegaban las típicas preguntas intenté compartirlo, pero las respuestas que me encontré no me resultaban agradables sino todo lo contrario, me agobiaban", relata.
"Me decían las típicas frases de que no me obsesionase y me volví más introvertida en ese sentido. De hecho, a día de hoy que llevo tanto tiempo hablando de infertilidad públicamente, si saco el tema en mi entorno incomoda. No sé por qué, pero a la gente estos temas les incomoda".
4. La pareja
En el proceso de la concepción hay dos partes implicadas y la frustración por no lograr el embarazo puede desgastar a la pareja. Por esa razón, Jonnes recomienda tener una comunicación plena. "Al final esto es una situación nueva para los dos y muchas veces se tiende a no hablar porque cada uno lleva su proceso de forma paralela, a distintos ritmos".
"Además, nosotras pasamos más el tema físico de la regla, la ovulación, te controlas más, tienes síntomas... Mientras, ellos están a tu lado pero no saben cómo actuar. Por eso es necesario poder sentarte y que ambos digan cómo se sienten y empatizar mutuamente, porque la pareja también lo pasa mal".
Por supuesto, igual que no hay que culparse a una misma, tampoco a la pareja, algo que Jonnes admite que llegó a hacer: "Mi pareja es un poquito más joven que yo y tuve que esperar a que él estuviera preparado para ser padre. Cuando vinieron los problemas sentía que si no me hubiera hecho esperar tanto quizá no me habría pasado eso. Obviamente ninguno tiene la culpa y ser padres es una decisión de vida, cada persona tiene su proceso y hay que respetarlo".
5. Los hábitos
Tal y como explicaba recientemente la doctora Juana Crespo en MagasIN, los hábitos de vida pueden marcar la diferencia en la fertilidad. Y, si bien no es la solución definitiva, puede servir de mucha ayuda.
"Una vez un médico que me explicó que la fertilidad es multifactorial. Tú en un examen puedes sacar matrícula, pero también un cinco y seguir aprobando, pues la fertilidad sería igual. Puedes tener sobrepeso y eso te quita punto, pero no significa que no te puedas quedar embarazada, por ejemplo. También está demostrado que el tabaco influye muchísimo en la calidad de los óvulos y los espermatozoides. La endometriosis te quitaría otro punto...".
Por eso tener buenos hábitos puede aumentar las posibilidades. Esa es la única explicación que Jonnes le da a haber tenido a su segundo hijo de forma natural y "contra todo pronóstico". "Me habían dicho que no podía ser madre de manera natural, así que después de tener al primero no tomé precauciones. Con el postparto decidí cuidarme un poquito y cambié mi alimentación, empecé el ejercicio... ¡Y de repente me quedé embarazada! Me enteré a los tres meses y aún me pregunto qué pasó, pero realmente lo único que hice fue cambiar mis hábitos".
6. Para y reflexiona
Por último, Jonnes recuerda a todas las mujeres que esto es una carrera de fondo y llega un punto en el que tardar unos meses más o menos no va a suponer una diferencia significativa. Por eso a veces lo mejor es parar para tomar impulso.
"Cuando llevas mucho tiempo buscando el embarazo y llega el momento de hacerte un tratamiento de reproducción asistida, la mayoría corremos a hacérnoslo. Pero los tratamientos son caros si no vas por la Seguridad Social y lo ideal es llegar de la forma más saludable posible. Después de estar dos años buscando ya dan igual dos meses más. Si en un par de meses puedes mejorar tus hábitos de vida, tu alimentación, hacer ejercicio o dejar de fumar, ganar o perder unos kilos, eso te va a favorecer. Es mejor ir a examen final habiendo estudiado", sentencia.