La alergia a los cosméticos puede aparecer en cualquier momento. A muchas mujeres les encanta probar productos nuevos. Es habitual que compremos diferentes marcas de maquillajes, que durante una época utilicemos cierto tipo de cremas, o que más tarde, por cambios en nuestra piel, necesitemos nuevos tratamientos.
Esto hace que en algún momento podamos sufrir una reacción alérgica inesperada. De hecho, se estima que casi el 20% de la población es alérgica a algún componente de los cosméticos. Por eso es tan importante saber a qué elemento ha reaccionado nuestra piel para poder evitarlo en el futuro.
Ya sea con el iluminador, el maquillaje o las sombras, caemos en la tentación y probamos nuevos productos o recuperamos los que permanecían abandonados, con la sorpresa de que, en esa ocasión, nos provocan una reacción cutánea en la cara o en el cuerpo. Inmediatamente lo identificamos con una alergia, pero ¿es esto cierto o se trata de otro problema en la piel? Te aclaramos las dudas sobre los cosméticos y te ofrecemos unos consejos.
Si tras aplicar una base de maquillaje u otro cosmético aparecen marcas o picores, enseguida nos asaltan las alarmas sobre una posible alergia. Pero esto no es del todo exacto ya que, en ocasiones, se puede deber a una alergia a algún componente concreto de estos productos y, en otras, es únicamente una irritación pasajera.
Hay que tener en cuenta que, pese a que los cosméticos pasan una serie de pruebas antes de llegar a la tienda y posteriormente se realizan controles para comprobar su composición química, eso no evita que haya personas cuya piel reacciona de manera inusual. Muchas veces es debido a las pieles sensibles, pero también es cierto que a veces se producen por un mal uso del producto.
En este sentido, es necesario aclarar que nos referimos a un uso inadecuado de cosméticos cuando el producto:
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Está caducado.
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Está contaminado.
- Está aplicado en una zona para la que no está recomendado.
Claves para comprar y conservar los cosméticos
- Lo esencial es comprar en farmacias o tiendas con acreditación que nos ofrecen garantías del producto. Además, los productos tienen que estar etiquetados y deben indicar la composición y el fabricante. Si no es así, es preferible que no los compremos.
- A la hora de conservarlos, ¡cuidado con la temperatura, la humedad y la luz porque influye en su estado! Asimismo, debemos revisar cuándo caducan los cosméticos que guardamos en casa.
- Hay casos en los que sí que se confirma una reacción alérgica y, en general, esta viene originada por el contacto con ciertos conservantes y fragancias que forman parte de su composición.
Parabenos y otros conservantes
Hay algunos ingredientes más susceptibles de provocar una reacción son los siguientes:
- Parabenos. Su presencia es una de las causas frecuentes de alergia. Estos conservantes se utilizaban a menudo hasta la década de los 90; después se fueron reemplazando por otros más económicos, estables, con una acción definida, como los procedentes de las isotiazolinonas.
- Kathon CG. Esta es la denominación que reciben los conservantes que proceden de las isotiazolinonas y que podemos encontrar en algunos maquillajes, bronceadores... Estas sustancias son las responsables de una gran mayoría de los casos de alergia de contacto a los cosméticos.
- Quaternium 15, Germall o Euxyl, procedentes del formol. Son otros de los conservantes habituales en los cosméticos, que también son sustancias alérgenas que pueden provocar reacciones cutáneas.
Fragancias en los cosméticos
De ahí viene el olor tan característico y agradable de los cosméticos que en ocasiones incluso contienen una mezcla de ellas. Igual que sucede con los conservantes, algunas fragancias pueden provocar una respuesta alérgica en la piel. Este es el caso, por ejemplo, del geraniol y el lyral.
Por esta razón, en Europa se obliga a que aparezcan indicadas en la composición del cosmético. La normativa europea contempla la declaración obligatoria de 26 fragancias reconocidas por su poder alérgico.
¿Alergia o irritación?
Para determinar si la reacción cutánea se trata de una alergia o una irritación, es necesario acudir a la consulta de Alergología y que nuestros especialistas realicen las pruebas de la alergia oportunas. De esta forma, estudian la situación de cada persona y elaboran la historia clínica.
Es fundamental realizar una buena recogida de datos, incluso si eso supone que el paciente traiga todos y cada uno de los cosméticos que haya utilizado en el momento en el que han comenzado a aparecer las lesiones.
Pruebas de contacto
Este tipo de pruebas permite detectar el alérgeno que provoca el efecto secundario en la piel o descartar la hipótesis alérgica, confirmando que se trata de una irritación crónica de carácter leve.
Consiste en pegar en la espalda unos parches que contienen alérgenos y que varían según la persona. Pueden usarse baterías estándar o específicas dependiendo de lo que indique el paciente. Permanecen aplicados en la zona durante dos días, sin que se mojen ni se retiren. Tras esas 48 horas, se quitan para valorar los primeros resultados. No es necesario volver a colocar los apósitos, pero sí es importante evitar que se mojen. Finalmente, el paciente debe regresar a consulta para una segunda lectura de la evolución a las 96 horas.
Por eso, es importante contactar con un especialista cuando identificamos reacciones preocupantes en la piel tras la aplicación de un cosmético, para que nos ayude a obtener un diagnóstico antes de seguir medidas inadecuadas.
*Las doctoras Lourdes Arochena González y Mar Fernández Nieto son alergólogas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.