En esta ocasión, queremos hablarte de la somatización, un trastorno cada vez más frecuente entre la población y sobre todo en España, donde presenta una prevalencia superior al 28%. Una problemática mucho más frecuente en mujeres que en hombres, pero que puede afectar a ambos géneros por igual y que normalmente implica la aparición de síntomas físicos sin una causa aparente. Habitualmente se asocian a la acumulación de estrés, ansiedad, preocupaciones, emociones difíciles de gestionar…
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Dolores y síntomas físicos que surgen, en definitiva, a consecuencia de un problema emocional que la persona no es capaz de gestionar y que el organismo convierte en diferentes síntomas. Algo cada vez más habitual, sobre todo con el ritmo de vida actual y que a menudo deriva en preocupaciones y estrés, pero también en dolores físicos reales.
¿Qué es somatizar?
Somatizar es la clara influencia de la mente sobre el cuerpo y más concretamente sobre nuestro bienestar físico. Una especie de defensa de nuestro cuerpo ante la ansiedad o ante un determinado conflicto emocional, que se acaba transformando en uno o varios síntomas físicos, y que según un artículo publicado por el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, suele ser mucho más común en mujeres que en hombres y sobre todo, en el inicio de la edad adulta.
Es importante destacar que esta respuesta del organismo, no se trata de una respuesta consciente, sino más bien de una reacción que el organismo hace de forma innata y que la persona acaba sufriendo a través de un dolor psicosomático real.
Normalmente, al somatizar las emociones, la persona suele creer que lo que tiene es una enfermedad física que vive de forma dramática y que acostumbra a no querer asociar con ninguna problemática emocional. Pero la realidad es que esos síntomas persistentes y esas molestias no tienen una explicación médica, incluso a pesar de interferir en la vida de la persona que los sufre.
Síntomas habituales
Aunque pueda parecer una enfermedad demasiado compleja y difícil de identificar, la realidad es que el trastorno psicosomático y la experimentación de somatizaciones es más común de lo que imaginas. De hecho, lo más probable es que todos alguna vez en la vida hayamos experimentado somatizaciones en algún momento de estrés excesivo, de ansiedad o nervios, de algún trauma o de alguna experiencia desagradable o complicada de gestionar.
Una serie de síntomas físicos capaces de prolongarse en el tiempo y sin explicación médica aparente, pero que suelen traducirse en este conjunto de síntomas habituales:
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Problemas gastrointestinales.
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Problemas cardiacos.
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Afecciones respiratorias.
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Disfunción sexual.
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Alteraciones menstruales.
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Náuseas.
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Transpiración.
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Debilidad.
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Dolor en el pecho.
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Problemas urinarios.
¿Cómo combatir sus síntomas?
Ante cualquiera de estos síntomas y ante la sospecha de que nuestras emociones nos estén haciendo sufrirlos, lo mejor es ponerse en manos de un médico especialista que pueda descartar cualquier otro problema de salud y que pueda determinar qué síntomas realmente están relacionados con ese trastorno psicosomático.
Por otro lado, lo mejor es que el paciente también se ponga en manos de un psiquiatra o psicólogo que pueda ayudarle a identificar el origen del malestar y ayudarle a gestionarlo.
Una buena forma de aliviar estos síntomas es la de empezar por expresar lo que sentimos y buscar apoyo. Ambos aspectos no sólo nos harán mejorar nuestra salud mental, sino que también ayudarán a reducir esos niveles de estrés que provocan que somaticemos. Si esto además, lo acompañamos de un estilo de vida saludable haciendo ejercicio, durmiendo bien y cuidando nuestra alimentación, podremos obtener muchos más beneficios para nuestra salud, tanto física como mental.