Las fechas navideñas son para algunos un momento del año cargado de ilusión y ganas de reencontrarse con los amigos y familiares, pero para otros, estas fechas también suelen ir de la mano de la nostalgia y la tristeza de recordar a aquellos que ya no están compartiendo este momento del año con nosotros.
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Esto último siempre son emociones y sentimientos especialmente difíciles de afrontar durante la Navidad, un momento del año en el que la tristeza por esos seres queridos desaparecidos se agudiza y en el que nuestra salud mental se puede ver dañada.
Precisamente sobre esto, es sobre lo que trata el denominado síndrome de la silla vacía. Un síndrome que durante estas fechas sufren muchas personas en todo el mundo, las cuales en la mayoría de las ocasiones ni siquiera son conscientes de ello. A continuación te explicamos en qué consiste exactamente y cómo superarlo.
¿Qué es el síndrome de la silla vacía?
El síndrome de la silla vacía es una repentina sensación de tristeza y nostalgia que normalmente se manifiesta en determinadas épocas del año, siendo la Navidad una de las más habituales.
Normalmente, este síndrome suele estar relacionado con un proceso de duelo o pérdida de un ser querido. A menudo, la persona puede llevar un buen desarrollo del duelo el resto del año pero, al acercarse estas fechas tan señaladas, ven intensificadas sus emociones negativas en torno a esa pérdida aumentando de esta manera su tristeza.
Precisamente el nombre de este síndrome está muy vinculado al sentimiento que este produce, ya que a menudo en estas fechas podemos llegar a observar una silla en la mesa que no va a ser ocupada por esa persona que hemos perdido y rodeada de otras que sí lo están.
El motivo principal de que este síndrome de la silla vacía se produzca sobre todo en Navidad tiene que ver con que estas fechas están muy asociadas a pasar tiempo en familia.
Por esta razón, cuando alguien en esa familia falta, se acentúa aún más la sensación de pérdida, aunque esta ya haya sido asimilada por la persona. Todo esto sumado a la constante publicidad navideña, las luces en las calles, los regalos…
Crea una especie de invitación a estar feliz durante estas fechas, de manera que si no lo estamos podemos incluso llegar a sentirnos culpables por ello, acentuando aún más nuestras emociones negativas.
¿Cómo superar el síndrome de la silla vacía?
Si los sentimientos de tristeza y nostalgia que esa sensación de pérdida te ocasiona durante estas fechas te resultan difíciles de asimilar, lo mejor es que te pongas en manos de un psicólogo o psicóloga experto que pueda darte las mejores herramientas para pasar estas fechas lo mejor posible y poder superar de la mejor manera ese duelo.
Pero a continuación te damos también algunos consejos en los que podrás apoyarte para superarlo:
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Habla de ello: muchas veces estamos pasando por un mal momento del que no nos apetece hablar, pero la realidad es que desahogándonos y describiendo lo que sentimos con alguien de nuestro círculo podremos, no solo sentirnos mejor y sanarnos más fácilmente, sino también contar con el apoyo de los demás y que estos puedan ayudarnos con sus propias experiencias personales.
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No te olvides de tu rutina y aficiones: a menudo, cuando nos sentimos tristes y sobre todo en estas fechas, optamos por dejar de lado las actividades que normalmente solíamos hacer por esa sensación que a menudo nos invade de no tener ganas de nada.
Este es un sentimiento normal asociado a ese duelo, pero es importante que no dejes de lado tu rutina ni las actividades de las que más disfrutas, ya que a través de ellas podrás encontrar tu válvula de escape y empezar a llenarte de cosas positivas.
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Permítete estar triste: aunque estas fechas inviten a estar feliz, es importante que si te sientes triste te permitas también estarlo y no te culpes por ello. Perder a un ser querido es doloroso y pasar ese duelo forma parte del proceso de sanación. Una vez asimilado ese dolor, será momento de continuar con tu vida y volver a disfrutar de pequeños momentos que puedan aportarte bienestar.
Tampoco dudes en comunicar y compartir tu dolor y tus sentimientos con tu círculo cercano, para que no solo puedan intentar ayudarte o escucharte, sino también comprenderte.
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No dejes de lado las reuniones familiares y con amigos: aunque no te apetezca, oblígate a asistir a esas reuniones y cenas familiares y con amigos que siempre se concentran en esta época del año.
Aunque no estén entre los planes que más te apetece hacer, conseguirás seguro sacar momentos positivos y distraerte asociando estas fechas también a buenos momentos y experiencias nuevas.