El síndrome de la esponja, o hiperperceptividad, lo sufren aquellas personas que son capaces de absorber, sin querer, el dolor, la tristeza e incluso los miedos de aquellos que tienen a su alrededor. Emociones que en muchas ocasiones pueden llegar a afectarles de forma negativa ya que, al no saber filtrarlas, les puede llevar a la depresión, a la fatiga física e incluso a tener ataques de pánico.
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Las personas empáticas son muy receptivas a las emociones de los demás, una capacidad afectiva considerada positiva que permite entender a aquellos con los que se interactúa. En el caso de este tipo de personas, sin embargo, puede llegar a ser negativa ya que, al ser altamente sensibles a las emociones de otros, absorben sin querer el dolor, la tristeza e incluso los miedos de las personas que les rodean.
Si siempre sientes la necesidad de ayudar a todo el mundo, antepones los problemas de los demás a los tuyos y te cuesta decir que no cuando alguien te pide ayuda, puede que estés pasando el límite de la empatía y debas aprender cómo protegerte para cuidar de ti misma.
Características de las personas esponja
Este tipo de personas "tienen el don de la intuición, de la profundidad, de preocuparse realmente por los demás y de tener mucha compasión", según asegura la psiquiatra Judith Orloff, que añade: "Normalmente son personas que dan demasiado. En muchas ocasiones interiorizan el dolor de sus seres queridos y, realmente, lo sienten".
- Son intuitivas: tienen el poder de captar lo que se pasa en el entorno sin que nadie les diga.
- Saben expresar sus sentimientos: son personas que se comunican bien con los demás y no tienen dificultad para expresarse. Lloran y sonríen con facilidad.
- Son demasiado empáticas: siempre se ponen en el lugar de los demás, llegando incluso a apropiarse de sus emociones.
- Se sienten responsables por los problemas ajenos: toman los problemas de las personas cercanas si fueran suyos y lo sufren con ellos. Sienten como una obligación ayudar a los otros.
- Priorizan a los otros: dejan de lado sus propios intereses para satisfacer a los demás, olvidándose de sí mismas.
- Atraen personas tóxicas: toda esta empatía a menudo atrae a personas que solo quieren aprovecharse emocionalmente.
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Cómo hacer frente al síndrome de la esponja
No hay necesidad de hacer nada a menos que te esté perjudicando. Si es así y te sientes abrumada hasta el punto de que te está generando daño es importante conseguir ser capaz de filtrar, meditar y entender lo que estás sintiendo y cómo te afecta para ser capaz de establecer soluciones que te permitan hacer frente a esta situación lo antes posible.
- Identifica qué emoción es la que te está abrumando y ubica el origen. Canalizar tus sentimientos te ayudará a evitar sentirte abrumada.
- Aprende a expresar y canalizar tus sentimientos y siéntete mejor contigo misma.
- Establece límites y ponte a ti por delante del resto. No hay nada malo en anteponer tus necesidades a las de los demás.
- No reniegues de tus sentimientos, pero recuerda, la clave está en encontrar un punto medio.
- Aléjate de las personas tóxicas, aquellas que siempre demandan mucha atención, que nunca están satisfechas y que no ofrecen nada positivo en cambio.
- Busca personas y situaciones positivas para rodearte
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