"El lunes empiezo la dieta" y ese lunes nunca llega. Te decides a iniciar una dieta, pero llega el día de antes, generalmente el domingo, y no puedes rechazar ciertos antojos que están muy lejos de ser saludables, porque para ti es una despedida: "Este postre nunca más".
Estamos hablando del síndrome de la última cena y le sucede a muchas personas que planean cambiar su alimentación por una más saludable, pero se ven atrapadas en un círculo vicioso en el que interactúan la restricción, la culpa y el fracaso y el pensamiento característico es: "¿Por qué no un último homenaje?"
El síndrome de la última cena aparece la noche o el día entero antes de comenzar una restricción dietética, autoimpuesta o pautada. Consiste en hacer una comida de "despedida", que puede llegar a ser un atracón, en la que se incluyen todos los alimentos que la persona cree que no deberá comer a partir del día siguiente.
Según ha adelantado Antena 3, suele ser una ingesta anormalmente elevada de alimentos de bajo interés nutricional y suele ir acompañada de una sensación de ansiedad.
Este síndrome suele coincidir con el fin de las vacaciones o de un fin de semana, fruto de un sentimiento de culpa y/o fracaso por haber empeorado los hábitos alimentarios en un momento concreto.
En muchas ocasiones, la restricción no llega a producirse debido a la ansiedad que generar pensar en no comer ciertos alimentos. La nueva dieta se pospone o, si se empieza, se mantiene un corto plazo y se repite la "comida de despedida" anormalmente elevada, entrando en un bucle que empeora la relación con la comida.
Cómo hacerle frente
Para hacer frente al síndrome de la última cena, la Clínica SaniSalud y el Centro de Psiconutrición Julia Farré dan los siguientes consejos:
- Hidrátate e incrementa el consumo de líquidos. El consumo de líquidos promueve la hidratación y elimina las toxinas. Por ello, mantener el cuerpo hidratado contribuye a que el organismo se mantenga satisfecho y repleto de energía.
- Agrega fuentes de fibra a tu rutina diaria. Los alimentos ricos en fibra son un aliado excelente para vencer la ansiedad. Ayudan a prolongar la sensación de saciedad después de comer.
- Practica ejercicio. Además de sus múltiples beneficios para la salud, contribuye a eliminar la ansiedad y el deseo de comer a cada instante.
- Haz cinco comidas al día. Seguir una alimentación saludable no implica reducir el número de comidas, sino distribuirlas bien.
- Incluye hidratos de carbono. Si bien no conviene abusar de los carbohidratos refinados, es recomendable la ingesta de carbohidratos complejos porque ayudan a mantener un nivel óptimo de energía y nos permiten alargar la sensación de saciedad.
- No te olvides del omega-3. Proporciona innumerables beneficios. Esta fuente de grasa saludable mejora la salud cardiovascular, controla la inflamación e incrementa la segregación de serotonina.
- Evita las tentaciones. Una forma de evitar caer en la tentación es no tenerla cerca. Por ello, no debes tener en casa productos que no deban ni quieras que formen parte de tu dieta.
- Entrena la fuerza de voluntad. Identifica en qué momento del día te entra esa ansiedad y encuentra una alternativa más saludable.
- Busca una recompensa. Eso sí, que no esté relacionada con la comida. Cuanto más intentes ignorar las ganas de comer por ansiedad, menos te costará la siguiente vez.