El ritmo de vida frenético que muchas veces llevamos a lo largo de la semana no siempre hace sencillo encontrar ese hueco del día perfecto para encajar nuestra rutina de ejercicio. Algo a lo que, a menudo, hay que sumar otros factores como nuestras preferencias personales, nuestro estilo de vida, el estado de forma de nuestro cuerpo…
Un estudio realizado por el Instituto Karolinska de Suecia, da a entender que existe un momento del día en el que es mejor dedicar tiempo a hacer ejercicio porque así se pueden conseguir unos beneficios extra como la quema de más grasa y el aumento del metabolismo a través del entrenamiento.
¿Cuáles son las razones?
Según este estudio realizado por el Instituto de Karolinska y experimentado con ratones de laboratorio, se ha demostrado que los resultados de la quema de grasa son mayores entrenando durante las horas más activas del día, en lugar de en las horas de descanso menos activas.
Los ratones de laboratorio, al contrario que los humanos, son animales nocturnos y su etapa activa se produce durante la noche. En dicho estudio, los ratones hicieron ejercicio en una fase activa temprana que en su caso se produjo durante la noche. Un momento del día que en el caso de los humanos corresponde con el ejercicio al final de la mañana.
Otro dato revelador, es que dichos ratones aumentaron más su metabolismo que los ratones que hicieron ejercicio en la fase de descanso, que en su caso correspondía con el día y en los humanos, con el final de la tarde.
Pero ¿cuál es la razón de que esto sea así? Se sabe que la hora en la que realizamos actividad física durante el día puede afectar a nuestro organismo de diferente manera y esto tiene mucho que ver con los ritmos circadianos de las células y con cómo estos afectan a nuestros diferentes procesos biológicos.
El reloj circadiano es el responsable de controlar en nuestro cuerpo factores tan importantes como la temperatura corporal, el sueño, el estado de alerta, la presión arterial… En este caso, la mañana es ese momento del día en el que mejor podremos adaptar el ejercicio a todos esos procesos y en el que podremos apreciar un mejor resultado de esa quema de grasas y aumento del metabolismo, que en otras horas del día.
¿Cómo influye la ingesta de alimentos?
Para demostrar estos resultados, durante el estudio se realizó la secuenciación de ARN en tejido adiposo de ratones inmediatamente después del ejercicio de alta intensidad, realizándose durante la fase activa temprana y en una fase de descanso temprana.
Solo durante la fase activa temprana el ejercicio provocó un aumento inmediato de los ácidos grasos no esterificados en suero. Por otro lado, el ejercicio en fase activa temprana incrementó la expresión de marcadores de termogénesis y proliferación mitocondrial en el tejido adiposo, indicando una tasa metabólica mayor.
En cuanto a cuál es la influencia de hacer ese ejercicio o no en ayunas. El estudio determinó también que los ratones en fase de descanso temprano que habían estado en ayunas de 10 horas imitando el estado metabólico de la fase activa temprana no tenían diferencias significativas con los ratones que no habían estado en ayunas durante esa misma fase. Por lo que los resultados fueron independientes de la ingesta de alimentos.