Flavia Abbadessa enseña Gyrotonic: “Desde el principio trabajas músculos que no utilizas”
Un nuevo tipo de entrenamiento, Gyrotonic, para mejorar la columna y el movimiento, al que su impulsora en nuestro país le dió muchas vueltas.
5 junio, 2023 02:45La italiana Flavia Abbadessa nos abre las puertas de su centro The Garden en Madrid, desde donde da a conocer una nueva disciplina de ejercicios llamada Gyrotonic, que a ella le cambió la vida.
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También a muchos artistas como Aitana Sánchez Gijón, Miguel Bosé y Ángela Molina que ya han pasado por las instalaciones.
La figura, atlética y grácil al mismo tiempo, de Flavia denotan toda una vida dedicada a la danza. Nació en Roma y vivió allí hasta que cumplió los 18.
“Empecé a bailar con tres años. Un poco por casualidad, porque mi madre me veía bailando por casa y me apuntó. Pero con ocho ya empecé a bailar a nivel profesional. Hice una audición para el Teatro de la Ópera de Roma y entrenaba todos los días después del colegio. Llegaba a casa a las nueve de la noche. Cuando cumplí 18 realicé mi primera audición para ir a Estados Unidos y conseguí una beca para el Boston Ballet”.
Y continúa: “Con tan mala fortuna, que un mes después de llegar a Estados Unidos, me caí haciendo una pirueta y me rompí la rodilla, justo al principio de mi carrera. Me dijeron que tenía el menisco roto, algo nada grave, así que al año siguiente viajé a Francia y estuve una temporada, pero yo seguía teniendo dolor en la rodilla”.
“Me tuve que operar y cuando lo hice me echaron de la compañía. Estaba practicando con las muletas cuando me llegó la carta de despido a casa. Estuve perdida durante mucho tiempo. No sabía cómo recuperarme. Tenía en ese momento 19 años y no sabía que hacer con la vida” confirma a MagasIN.
¿A quién acudiste?
Después de muchos intentos y probar muchas cosas, no conseguía ponerme bien. Hasta que en París empecé a entrenar en una escuela de danza y alguien me dijo: '¿Por qué no pruebas Gyrotonic?, creo que te encantaría’. Lo probé y me enamoré enseguida. En poco tiempo me recuperé de la lesión y después de pocos meses, me ofrecieron otro contrato para volver a Estados Unidos. Viajé a Florida donde me quedé tres años.
Había descubierto el Gyrotonic que se convirtió en mi forma de entrenar y en mi calentamiento. Hacía cada día una hora de entrenamiento antes de ir a trabajar y ese era mi momento sagrado para conectar y también para prepararme el día.
¿Cuándo volviste a Europa?
Después de unos años, decidimos mi marido y yo volver a Europa. Al principio bailé un poco y daba clases. Después de un año abrí The Garden, porque mientras tanto había hecho la formación para ser profesora de Gyrotonic. Abrimos The Garden 1.0, en la calle Maldonado y como se nos quedó pequeño, abrimos este local (C/ General Pardiñas) tres años después, que es un centro más grande y precioso del que estoy muy orgullosa.
¿Cómo definirías Gyrotonic?
Es un método de entrenamiento muy completo e innovador. Una disciplina que aúna diferentes técnicas como el yoga, la danza, la natación y el taichi. Se inventó hace más de 40 años por Juliu Horvath, un exbailarín húngaro que vivió muchos años en Estados Unidos y lo desarrolló durante su estancia allí.
Surgió como una técnica para la rehabilitación de bailarines y atletas y también como método de entrenamiento, para tener más consciencia corporal. Desde el principio tenía un enfoque muy profesional.
Pronto se dieron cuenta de que los beneficios podían ser para todo el mundo. Existe el método con máquinas, que se llama Gyrotonic y el método sin máquinas, que se llama Gyrokinesis, que es la esencia del método. Yo trabajo con los dos.
¿Cuál aconsejas de los dos para alguien que empieza?
Se complementan muy bien. La verdad es que es muy bonito porque cada uno te va enseñando más sobre el otro método. Las máquinas son una guía, entonces te ayudan mucho a entender las sensaciones que buscamos. Pero sin la máquina, tu cuerpo puede ir mucho más allá. Es muy divertido hacer una combinación de los dos para ir mejorando y avanzando en la técnica.
¿Qué perfil de personas se apunta?
Puede hacerlo cualquier persona. Trabajamos con personas mayores que quieren mejorar la postura o buscan encontrar una buena alineación en su cuerpo, también para prevenir lesiones o para hacer rehabilitación también.
Por supuesto, también trabajamos con bailarines, artistas y atletas que pueden aprovechar todos los beneficios que tiene la técnica. Para mí es una satisfacción enorme cuando un bailarín puede volver al escenario y mejorar su propia performance, es una maravilla.
Aparte de ellos, también trabajamos con gente joven que simplemente quiere entrenar y conectar. E incluso con niños, con los que se hace un trabajo diferente, más divertido y les viene genial.
¿Cuáles son los beneficios?
Realmente son infinitos los beneficios. Para mí es de verdad la técnica más completa que hay, y te permite tanto tener más movilidad como quitar tensiones acumuladas, que muchas veces ni nos damos cuenta que las tenemos.
Te hace sentir músculos que nunca has sentido antes en tu vida y luego te permite conectar con una musculatura mucho más profunda. No solo trabaja en superficie, sino mucho más en el interior.
De hecho, es un trabajo que tiene mucha relación con la estructura ósea, Es decir, empezamos a trabajar desde nuestra propia columna y desde las articulaciones, intentando crear espacio incluso alrededor de las articulaciones, y desde ahí también vamos fortaleciendo la musculatura.
Pero no es un trabajo de fuera hacia adentro, no es un trabajo que empieza en la musculatura, sino que a través de la respiración, la coordinación del movimiento y la alineación del cuerpo actuamos más en profundidad.
¿Cómo es de diferente con respecto a pilates y yoga?
Realmente se parece más al yoga que al pilates, por el tipo de movimientos y como intención también. Diría que la diferencia más grande es que el pilates es una técnica bidimensional, mientras el Gyrotonic es tridimensional. Son movimientos circulares, armoniosos y armónicos.
Nos movemos en todos los sentidos, que es como realmente el ser humano debería moverse, porque no somos robots y no podemos movernos solo en dos direcciones.
Me parece muy buen complemento hacer una técnica que también incluya círculos y espirales, porque el cuerpo realmente lo necesita, y con el tiempo vamos perdiendo movilidad y donde no hay movimiento no hay vida. Si hay partes que se quedan sin mover es donde empezamos a tener problemas.
¿Incluye ejercicios de fuerza?
Sí, porque también ayuda a fortalecer. Es verdad que, en mi opinión, al principio no es lo primero que se ve, porque para poder trabajar bien la fuerza hay que tener una buena base de conexión. En Gyrotonic desde el primer día se trabajan músculos que nunca has utilizado.
Es decir, que la primera clase es dura.
La sensación general es que te sientes como si te hubiesen dado un masaje. Intento hacer la primera clase bastante suave y prestando mucha atención a la relajación de las partes sobrecargadas.
La idea es conectar con nuestro cuerpo porque la mayoría de la gente vive en la cabeza, y hacemos trabajo de conexión profunda. Además, intentamos tener más consciencia para darnos cuenta de toda la tensión que tenemos acumulada.
Y vamos construyendo una base también de fuerza. Tiene millones de beneficios porque también trabaja la coordinación, el cerebro de manera distinta, es muy meditativo, te permite desconectar, te permite trabajar la circulación y el sistema nervioso... Es muy completo.
¿Cuál sería la rutina ideal?
Dos veces a la semana. Es un poco lo que yo creo que el cuerpo va pidiendo, y eso es lo ideal. Yo antes lo hacía cada día y era mi rutina.
Ahora mismo que soy empresaria, desafortunadamente tengo menos tiempo y me tengo que obligar a sacar tiempo para entrenar. Este año me ha costado bastante. Me he dedicado mucho a los demás y poco a mí. Es muy importante hacer un trabajo de calidad y tener mucha consistencia corporal.
¿Has abierto un centro en Milán?
Estamos en ello y abriremos en septiembre.
¿Viene mucha gente famosa al centro?
Sí. Trabajamos con actores. Aquí viene siempre Aitana Sánchez, Miguel Bosé también vino, Ángela Molina... Hacemos clases colectivas de máximo cuatro personas, y también tenemos las privadas, de profesor y alumno.
Hoy hay muchas personas excesivamente preocupadas por su físico, pero no de una forma saludable.
Este es un tema para mí muy importante, y a veces cuesta transmitirlo, pero no es un trabajo estético. Obviamente tiene muchos beneficios estéticos porque sin duda tonifica la musculatura, te hace estar mucho más en forma. Es genial, pero el objetivo no es estético. El objetivo es estar bien, con salud, no tener tensiones.
El objetivo es tener un cuerpo que tenga movilidad, tener una columna sana, no tener las articulaciones con tanta presión, tener un cuerpo que también se pueda mover de manera armoniosa, no tener dolores, que al final eso es algo muy básico, pero importante. Me da pena ver que el deporte esté tan relacionado con algo estético, cuando no debería ser el primer enfoque.
Sobre todo, las jóvenes mediatizadas por las redes sociales...
Eso es. Y muchas veces se piensa que alguien es saludable porque es delgada y aparentemente en forma, pero puede que tenga las articulaciones que están sufriendo, la columna destrozada y los movimientos sin ningún tipo de coordinación. Entonces eso no es un cuerpo sano, pero hoy en día esa es la imagen que se transmite, que es incorrecta.
¿Cuál es el precio de las sesiones?
Una clase suelta y privada tiene un precio de 55 euros y una clase suelta colectiva cuesta 35 euros. También disponemos de bonos mensuales más económicos y hacemos precios especiales para bailarines porque me encantaría poder ayudar a otros.
¿No vas a volver a la danza?
Yo sigo bailando, pero ahora de manera muy distinta. Vengo de la danza clásica, que tiene una estructura muy rígida y cuando lo hacía me encantaba. Pero desde que lo he dejado, porque le he dedicado desde que tenía tres años y medio hasta los 28, que fue mi último proyecto profesional con la Compañía Nacional de España, me apetece mucho más experimentar con otros tipos de danza que nunca he hecho. Últimamente me divierto con cosas más contemporáneas, de manera más libre.