Atiende al apelativo cariñoso de Boti. Marián García (@boticariagarcia) es la farmaceútica más mediática de nuestro país, que cuenta con casi un millón de seguidores en redes. Sobre todo, en Instagram, donde atiende a todas sus clientas, del mismo modo que lo hizo en la farmacia que regentó durante años, en un pueblo de Cuenca.
Su aventura digital comenzó con un pequeño blog. “Fui madre bloguera antes que divulgadora. A raíz de tener a mis hijos, como tantas madres buscando ‘carricoches’ en Google me topé con el blog de Mamis y bebés, que es un poco cursi, no le pega nada a la autora que es muy amiga mía. En el blog se hablaba de cualquier cosa de niños. Empecé a leerlo, así como otros blogs. Mi marido me dijo: 'Te pasas el día leyendo esos diarios de gente que no conoces de nada, ¿por qué no escribes tú?”, asegura la farmaceútica.
Y añade: “Entonces me abrí un blog en el año 2011 en plan irónico, con humor y un poco cañero. Pero al año y medio ya me había aburrido de contar las cosas de mis hijos. Mi madre me dijo: '¿Por qué no dejas de hablar de mis nietos y te pones a hablar de lo tuyo, que eres farmaceútica y te hemos dado tres carreras'. Así que me abrí Boticaria García donde escribía de salud, de nutrición y de otras pócimas...”
Al mismo tiempo, empezaron a llegar los encargos de libros como El paciente impaciente y otras anécdotas (La esfera de los libros, 2015), donde contaba “desde la que se había comido un supositorio porque en la caja ponía vía rectal y lo más recto era por la boca, o la que me pedía un cacao de Loewe, y yo: ‘Pero si Loewe no tiene cacao en farmacia. Si si, Loewe, la planta esa verde que vale para todo...”
Después vinieron los programas de radio (RNE) y televisión. En este momento podemos verla en Y ahora Sonsoles en A3, también los periódicos, los congresos y los premios. “Con el tiempo me di cuenta de que me gustaba mucho eso y que tenía que intentar dedicarme profesionalmente a ello. Estuve cinco años compaginando la farmacia con la divulgación”, aseguraba.
Publicas el próximo 17 de enero Tu cerebro tiene hambre (Planeta, 2024) ¿qué van a encontrar los lectores en él?
Estoy muy contenta porque el libro ya está en preventa y ha tenido muy buena acogida, lo que significa que el tema interesa mucho. En él hablo del hambre emocional, que hasta hace nada, no estaba ni en el mapa de conversación.
Todos tenemos tanto estrés, el cortisol por las nubes y este ritmo de vida que llevamos, y todo tiene consecuencias. Se habla tanto de autoconocimiento y hay tantos libros de autoayuda, que yo he querido hacer un libro de autoconocimiento, pero del cuerpo. Es decir, qué pasa en tus tripas, qué pasa en tu cerebro... Cuando entendemos lo que nos pasa somos capaces de solucionarlo.
¿Cuáles son las cinco claves que das en el texto?
Son cinco cambios para poder vivir de una manera más saludable, una palabra un tanto aburrida y es que tenemos que decir healthy para que nos suene bien. Empezamos por el cerebro. Todo está en la mente. Continuamos por las tripas y lo que pasa con la inflamación; luego el músculo, que es el gran olvidado, ya que no le hacemos ni caso.
Para todos estos problemas, doy unas claves. Para el ejercicio hablo del tris-tras. Tris es el tren inferior y superior y el tras es el trabajo de abdomen sexy, lo que se llama el core. Tris-tras es como en 10 o 12 minutos puedes hacer ejercicio sin moverte de casa, y sin material adicional. El objetivo es hacer ejercicios de fuerza todos los días que puedas, y en un tris ponerte en forma.
¿Qué otros temas tratas?
Trato en el libro de dos temas importantes más. Por un lado, los genes que siempre pesan entre un 40 y un 70% y determinan la predisposición de tener sobrepeso y obesidad.
Hoy existe evidencia de que podemos tener genes que nos predisponen a aprovechar mejor, por ejemplo, la comida que otras personas y almacenar más grasa. Es decir, hay quien se come un trozo de pan con fibra y de esa fibra es capaz de extraer más energía que otras personas. Y eso es una faena en el mundo en el que vivimos que no nos falta comida.
Y finalmente, también trato el ambiente en el que vivimos, porque también ha cambiado. En los últimos 50 años, la obesidad se ha multiplicado por tres. De lo que pasaba en 1970 a hoy hay mucha diferencia.
A todo esto lo denominas el partenón de la salud...
Efectivamente. Estos cinco escenarios los he recogido en lo que llamo ‘el partenón de la salud’. El frontón del partenón es la mente; las columnas son los pilares de la dieta; La base es el ejercicio físico, la piedra son los genes y luego la acrópolis que rodea al partenón es el entorno en el que ya pedimos Globo cuando antes no había, teletrabajamos y te traen la compra a casa. Antes nos daban refrescos solo en los cumpleaños.
Pero lo bueno, es que hemos evolucionado mucho. Incluso hay fármacos como los pinchazos que ahora se ponen los famosos como Elon Musk y las Kardashian, y ahora la vecina del quinto también se pincha.
Esto es una verdadera revolución, porque son unos fármacos fantásticos que ofrecen una reducción del 25% de peso, que eso era lo que hacía una cirugía. No ha habido ningún fármaco similar en la historia. Claro, que esto se puede usar bien o mal. Tienen mala prensa porque se han asociado a las Kardashian y a la gente que lo usa para quitarse los tres o cuatro kilos después de la Navidad.
En realidad, para las personas que tienen obesidad y que nunca han conseguido perder peso, puede ser un acelerador para perder 20-30 kilos con nuevos hábitos alimenticios de la mano de tu tris-tras y con lo que yo llamo el KitKat.
¿En qué consiste un KitKat?
Se trata de que cada dos horas rompamos el sedentarismo. La idea es que pienses que cada hora te puedes levantar y simplemente vas a subir y bajar escaleras.
Está socialmente aceptado parar de trabajar y salir a fumar, pero no está bien visto hacer un kitkat para hacer sentadillas. Uno sale a fumar y eso es de 'puta madre'. Te abres un paquete de donetes y te salen amigos por todos lados, pero me pongo a subir y bajar escaleras y ya eres la loca de la casa. Y eso hay que cambiarlo.
Afortunadamente, ahora con las redes sociales hay mucha gente haciendo una labor muy buena que consigue ese enganche que quizá los médicos y los farmacéuticos no hemos sabido conseguir.
La medicina se ha deshumanizado completamente. También es verdad que vivimos en un mundo en el que las consultas médicas son de tres minutos y vamos con muchas prisas. Y en las redes han encontrado personas con las que se sienten identificadas, con las que se sienten acompañadas.
Eres muy optimista...
Yo soy muy optimista pensando que, aunque el mundo es esa acrópolis, que nos empuja inevitablemente a consumir lo que no debemos y a vivir de una manera sedentaria, lo gratificante que es cuando una persona empieza un estilo de vida en el que le apetece salir a dar un paseo, salir con sus amigos, hacer deporte o meditar. Yo apuesto mucho porque eso se haga en equipo.
¿Cómo en equipo?
Sí. La clave para conseguir cambios es hacerlos acompañado, que solos es mucho más difícil. Sin embargo, hablando unos con otros, se genera esa empatía, esa oxitocina. Y dices:’Tengo alguien que me está apoyando. He quedado con alguien y no le puedo dar plantón’.
Hay evidencia de que las terapias, tanto las psicológicas como cuando establece una rutina deportiva, hacerlas en compañía favorece la adherencia. Y el libro puede ser una herramienta más para que la gente encuentre esa motivación para dar ese primer paso.
He leído que creciste en la botica de tus padres en Cuenca, que hiciste Farmacia. ¿Echas de menos estar detrás del mostrador?
Estuve desde 2006 hasta 2013 en una farmacia en un pueblo de Cuenca de 500 habitantes. Luego me vine a Mejorada del campo. A la gente no la echo de menos porque tengo mucho contacto con ella, es decir, echo de menos la cercanía, pero no he perdido contacto con la gente porque mi mostrador ahora mismo es la bandeja de entrada de Instagram.
Todos los días acude gente a la bandeja de entrada y me preguntan: ‘Oye Boti, ¿qué me pongo para esto? Oye y eso que me dijiste fenomenal’. No me siento desconectada. Si que es verdad que la cercanía de mirarte a los ojos y cogerte del brazo eso es maravilloso y creo que en las farmacias se hace una labor fantástica.
Pero la realidad es que yo tenía una vocación relacionada con el mundo de la comunicación desde pequeña. Cuando me tocó echar la inscripción después de hacer la selectividad les dije a mis padres que quería estudiar Periodismo o Filología Hispánica. Pero me miraron con la cara con la que se mira a un marciano. Y me dijeron: 'Hija mía tenemos farmacia en casa, si quieres comer caliente déjate de tonterias y estudia Farmacia y en tus ratos libres escribes’.
Llegó un momento en el que en mis ratos libres iba a la farmacia y el resto del tiempo estaba escribiendo, yendo a la tele o dando conferencias y se descompensó la balanza. Estuve muchos años compaginando la profesión farmacéutica con la comunicación, hasta que tuve que apostar.
La verdad es que no fue nada fácil, porque de la divulgación es difícil comer. Aunque ahora mismo es un buen momento porque hay divulgadores en muchos programas de tele y radio y antes no. Quizás la pandemia ha hecho que fueran más necesarios que nunca.
Decidiste convertirte en divulgadora según he leído, porque la gente llegaba a la farmacia con su diagnóstico del doctor Google, que no siempre es el adecuado.
El algoritmo no es muy científico. En el 2010 la gente venía a la farmacia con el móvil en la mano y con el diagnóstico hecho y diciendo: he visto que tengo este síntoma, y yo lo que quiero es esto. Y pensé: ¿Lo que digo yo tiene menos credibilidad que lo que ha puesto ahí cualquiera sin rigor cientifico?
Antes la aspirina, después del ibuprofeno, ahora el paracetamol como solución para todo, ¿qué nos pasa?
Vivimos con mucho dolor en general, y buscamos la anestesia. Ojalá sólo fuera el problema con el paracetamol y el ibuprofeno, el tema realmente es el elevado consumo que tenemos de ansiolíticos y antidepresivos en nuestro país, porque vamos buscando no sentir, vivir anestesiados y al final, eso es un problema.
Si que es verdad que con respecto al dolor siempre está la eterna duda de qué es mejor. Yo lo explico siempre con las pilas alcalinas. El ibuprofeno es triple A, antiinflamatorio, analgésico y antipirético, mientras que el paracetamol es doble AA es antipirético y analgésico.
Siempre aconsejo no consultar al doctor Google, sino a tu farmaceútico que estamos en primera línea de batalla y disponibles.
Tocas temas de todo tipo, desde cómo cuidar a los bebés hasta cómo broncearse de forma saludable o tener la piel impecable, ¿hay algún tema que se te escape?
Había un tema del que yo no opinaba mucho porque no estaba formada, que era el de la cosmética. Pero hace un par de años escribí un libro con Gema Herrerías, que es una de las mayores especialistas farmacéuticas en cosmética, Radiografía de un cosmético, y una de las razones fue esa, porque me preguntan muchísimo por temas de cuidado de la piel.
No es que quiera saber de todo, pero me considero divulgadora de amplio espectro. Hay cosas que no controlo, como el trasplante capilar, porque ese no es mi campo, pero sí de todo lo que se pueda dispensar en una farmacia, o de las patologías que puede sufrir alguien que entra por la puerta, teniendo unos mínimos conocimientos basados en evidencia sólida para poder ser solvente.
¿Cómo es Marián García en casa cuando deja de ser boticaria García y se quita los zapatos?
Soy la misma 24/7. La que me conoce, te lo puede decir. Mi marido, siempre dice: 'Mi mujer antes engañaba a pocos y ahora engaña a muchos a través de las redes sociales, pero siempre ha sido una lianta profesional'. Tengo la suerte de no tener que disfrazarme y de ser la misma. Y el sentido del humor y lo que me gusta divertirme es que no renuncio a eso.
Ojalá me gustara menos divertirme porque llegaría antes a casa, no sería la última que cierra los bares porque al final es cuando ocurre las cosas interesantes y el salseo y si te vas, te lo pierdes.
Ahora hablemos de Navidad, ¿qué habrá en tu mesa de Navidad?
Tengo la suerte de que cocina mi suegra y mi madre. Es una suerte porque mi suegra hace el pavo relleno y mi madre hace cordero de Aranda. Yo soy de poco cocinar, voy a cosas muy sencillas en casa.
Algún consejo para no volver en los días de navideños con extra de kilos.
Nos pasamos mucho con los entrantes en las comidas. Cuando una persona tiene muchas alternativas come más que si tiene pocas, es decir, si tú de entrantes tienes jamón y queso comes, pero te hartas.
Si tienes jamón, queso, croquetas, boquerones, patatas fritas, aceitunas... Al final, comes más. La idea es tener pocos entrantes y ajustarnos con las raciones. A ser posible que vengan servidas de la cocina. Si dejamos la fuente encima de la mesa, repetimos más, y que el postre, ya que vamos a tener un montón de polvorones y turrones, pues intentar tirar de piña o algo ligero.
Que no sea el comer por comer. Ser conscientes de que estamos comiendo porque así nos sacíamos antes. Si no estamos saciados, pues como el pavo de mi suegra, seguimos comiendo...
Además de no descuidar el ejercicio en estos días. Después de comer, no tumbarnos inmediatamente sino irnos a dar un paseo a las cuatro de la tarde, que es cuando más calor hace. Intentar hacer ese tris-tras, todos los días durante 12 minutos.