La importancia del bienestar personal en nuestra sociedad ha llevado cada vez a más gente a preguntarse cómo llevar una vida saludable. Ya no solo evitar futuras enfermedades, sino también tener energía, descansar lo suficiente, sentirnos bien con nosotros mismos o directamente, ser felices.
En este punto, uno de los factores más importantes es la alimentación e incorporar una serie de hábitos a nuestra vida que marquen la diferencia y que no provoquen circunstancias que buscamos evitar, como futuras enfermedades o, reacciones mucho más comunes con las que tendemos a convivir como la inflamación.
Los niveles de inflamación son estragos silenciosos en nuestro cuerpo. A pesar de que forme parte de la defensa natural del cuerpo, existen las inflamaciones buenas y malas. Mientras que la primera lucha contra aquello que perjudica la salud, como las bacterias, virus y parásitos causantes de enfermedades, la segunda desregula todas las funciones del organismo y desarrolla patologías de todo tipo.
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El término inflamación se refiere a todas las actividades del sistema inmunitario que ocurren cuando el cuerpo intenta combatir infecciones reales o potenciales, como eliminar moléculas tóxicas o recuperarse de lesiones físicas. Cuando nos sube la fiebre por un resfriado, pero también cuando una abeja nos pica, la piel se hincha y se pone rígida.
Dolores de cabeza, aumento de peso, problemas en la piel, mal humor, estrés, hipotiroidismo y diferentes patologías podrían deberse a una inflamación crónica. De hecho, puede ser la causante de no llevar una vida saludable, que seamos más propensos a coger enfermedades, que no tengamos energía y, como resumen, que interfiera directamente en nuestro estado de ánimo.
A pesar de todo ello, las personas no conocen como identificarla, prevenirla y combatirla. Lo cierto es que, para combatirlo, no necesitamos nada más que cambiar ciertos hábitos en nuestro día a día (ejercicio, alimentación, descanso, calidad de vida…) y añadir otros que, pese a sus ventajas avaladas por expertos, desconocemos.
Así usan las nutricionistas el aceite de coco para desinflamar
Sandra Moñino es nutricionista integrativa y especializada en inflamación. En su Instagram, la experta comparte diferentes hábitos antiinflamatorios que, con únicamente añadirlos a nuestra rutina, estamos promoviendo una salud general, bienestar y previniendo futuras enfermedades y patologías.
Uno de ellos es el aceite de coco, un producto muy utilizado en belleza y cosmética por sus propiedades, pero que cada vez más personas emplean en la alimentación por todos los beneficios que tiene para la salud. Hace unos años, se volvió tendencia tomar una cucharada de este alimento en ayunas, para aprovechar sus ventajas directamente.
Lo cierto es que el aceite de coco se emplea en muchas recetas de repostería, por lo que su ingesta no es perjudicial. De hecho, según los healthline, tiene más ventajas, entre las que podemos encontrar que favorece la pérdida de peso, aporta energía, tiene efectos antimicrobianos o ayuda a reducir el hambre, entre otros.
Sin embargo, la propuesta de la experta para evitar la inflamación consiste únicamente en mantener el aceite de coco por unos minutos en la boca nada más despertar. Sus beneficios para la salud, incluidas las propiedades antimicrobianas y antioxidantes, mejora la salud bucal y elimina todas las bacterias que se han acumulado durante la noche.
Lo único que debemos hacer es mantenerlo en la boca, sin tragárnoslo, dejando que la temperatura lo derrita. Funciona como una alternativa natural y eficiente del enjuague bucal, que previene bacterias y, por tanto, posibles enfermedades. La experta lo mantiene unos cinco minutos en la boca y después, lo echa a la basura, nunca a las tuberías.
El aceite de coco tiene propiedades antimicrobianas y antifúngicas debido a su contenido de MCT, específicamente ácido láurico. Este compuesto actúa como agente bacteriostático y evita que las bacterias se multipliquen.
Además, el ácido láurico en el aceite de coco reacciona con la saliva para formar una sustancia similar al jabón que previene las caries y ayuda a reducir la acumulación de placa dental y la inflamación de las encías. A pesar de todos los beneficios, los estudios de revisión señalan que existe evidencia limitada sobre este tema y que la extracción de aceite no reemplaza la terapia dental.
Precauciones a la hora de usar el aceite de coco
A la hora de añadir el aceite de coco a nuestra rutina, hay que tener en cuenta algunas precauciones, la principal la cantidad que ingerimos. Los expertos recomiendan limitar su ingesta dentro de las recomendaciones actuales de consumo de grasas saturadas, que es menos del 10% de sus calorías totales por día.
Por mucho que las grasas sean beneficiosas, tienen calorías, por lo que lo mejor es no abusar del producto, ya que podemos inducir al sobrepeso. Además, las personas diabéticas deben tener cuidado a la hora de tomar aceite de coco y es que, aunque ayude a controlar los niveles de azúcar, puede favorecer una bajada o alguna alternación, sobre todo si se toma medicación o insulina.