Antes de comenzar una relación, hemos de estar atentas a las red flags que no solo rodean a la otra persona, sino a nosotras mismas, pues en más de una ocasión, nos embarcamos en relaciones por motivos poco saludables, como puede ser olvidar a una ex pareja, condenando por ello la historia amorosa al fracaso.
Como dice Silvia Llop, "empezar una relación sin haber superado el duelo es como construir una casa sobre un cementerio", por lo que tenemos que prestar mucha atención a determinados aspectos para evitar así dramas innecesarios.
Cómo saber que estás lista
La dating coach Robin Clark da diez señales que indican que no estás preparada para empezar una historia de amor. "El patriarcado nos vende tan profundamente la idea de que entablar una relación es lo más importante que te sucederá, que se olvida de mencionar lo mucho que importa cómo entablamos una relación".
"Si reconoces alguno de estos comportamientos de alerta en ti misma, tómatelo como una invitación a apoyarte en tu trabajo interior y desarrollar las habilidades y recursos necesarios para participar desde un lugar más empoderado", advierte. Cuidado si…
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No conoces tus necesidades, tus no negociables y tus estándares al tener citas. En su lugar, buscas a quien le gustes, a la espera de que la relación funcione.
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Empiezas una relación para distraerte del dolor del duelo de tu última relación.
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Buscas a alguien que te sostenga económicamente porque tienes miedo de crecer financieramente.
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Quedas queriendo ser gustada, en lugar de preocuparte de que te gusten los demás.
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Buscas a alguien que valide tu atractivo, tu valor y tu deseabilidad y piensas que esa validación externa te hará sentir segura.
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No has trabajado entre relación y relación para aprender de lo que has experimentado y piensas que la nueva persona hará las cosas de forma diferente… Para darte cuenta, pasado un año, de que has caído en el mismo patrón.
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Empiezas una relación esperando que la otra persona rellene los vacíos existentes en tu vida.
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Te abandonas para convertirte en quien piensas que los demás quieres que te conviertas, para mantenerles así interesados en ti.
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Sigues adelante con lo que los demás quieren (necesidades, tiempos, límites…) pese a que no son las cosas que deseas o pese a que no es el timing idóneo para ti.
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Ignoras las red flags evidentes de la otra persona porque estar con ella, aunque no sea saludable, te parece mejor que estar sola.
Por su parte, Eva Navarro, autora de Y te doy mi corazón, comenta a Magas qué aspectos han de echarnos para atrás y alejarnos de alguien. "Si tenemos claro qué queremos en una relación y tenemos una buena autoestima, seremos capaces de ver de una manera fácil qué hay en la otra persona que no. Desde que nos manipule hasta que nos haga sentir que hay algo en nosotras que no está bien hasta que no nos respete", explica.
"Tenemos que meternos en la cabeza que el amor no cambia a nadie y, por tanto, no podemos cambiar a nadie con nuestro 'sufrido amor'; las personas son como son y podemos encajar o no, pero no seamos las hermanastras de Cenicienta cortándonos los dedos para poder encajar en un zapato, o cortándoselos a la otra parte de la pareja para que quepa en el zapatito de cristal, porque eso solo trae sufrimiento", advierte.
Las metas comunes
"Todos deberíamos hacer un ejercicio consciente de qué límites duros (inflexibles) y blandos (flexibles) tenemos, pero también de qué características queremos en nuestra pareja a nivel personal, a nivel vital y qué cosas queremos vivir en pareja. Muchas personas creen que con sentir algo especial por la persona es suficiente, pero una pareja se trata de poner en conjunto dos mundos diferentes y, si esos mundos chocan, si no hay bases prácticas sólidas, antes o después nos metemos en los 'dramitas'", dice la autora.
"El amor no es un subidón de hormonas y emociones, sino una forma de relacionarse que conlleva, entre otras cosas, respeto. Si no somos capaces de respetar o respetarnos a nosotros mismos -hablamos de límites, sueños y experiencias vitales- cuando estamos en pareja, al final acabaremos creando relaciones infelices", asegura.
Señala que una relación es mucho más que sentimientos o atracción física, pues se trata de compartir dos mundos diferentes y ser capaces de crear otro entre los dos en el que ambos se sientan cómodos, que sea una relación en la que ambos ganen.
"Si para que uno tenga algo en la relación el otro tiene que perder en algo que es básico para él, en esa relación puede haber enamoramiento, pero no amor, porque el amor respeta y cuida, no impone. Nunca debemos crear pareja con personas que no comparten los mismos principios, valores y deseos vitales", explica.
Añade: "Así, si ser madre para nosotras es un claro 'No' -un límite duro-, es absurdo intentar construir algo sano con una persona que, desde el principio, tiene claro que es un objetivo vital, porque para que el proyecto salga adelante, uno de los dos va a tener que renunciar a ese límite lo que, a la larga, puede generar resentimientos y romper la relación".
Es importante respetar las preferencias de pareja de cada persona. Si tus objetivos de vida son opuestos, como en el caso de la maternidad/paternidad, puede ser un obstáculo significativo en la relación.
Tenlo muy en mente. Hacer match con alguien que tiene metas y sueños de vida incompatibles puede conducir a tensiones en el futuro. Por ello es mejor ser honesta desde el principio, respetar las preferencias y decisiones de los demás y enfocarte en abrirte camino en base a lo que te mueve a ti", señala por su parte Anna Vicen Renner, autora de La ambición amable.
La importancia del timing
Para diferenciar cuándo una persona puede ser idónea para tener una relación y cuándo se trata de alguien con quien tener una aventura, lo vital es saber si los implicados tienen las mismas expectativas con respecto a la relación.
Como explica Dolly Alderton en Querida Dolly: sobre el amor, la vida y la amistad, cada día, infinidad de relaciones perfectamente buenas no prosperan porque una parte ha decidido que no es el mejor momento para él o ella. "Cuando la luz de libre de una persona, como la de un taxi, está apagada, no hay nada que puedas hacer para convencer a esa persona de que la encienda", advierte.
"Puedes haber conocido a la persona perfecta, pero si no quiere generar vínculos estables y tú sí, quedarte esperando puede derivar en que acabes haciendo cosas que no son tú, en que te conviertas en esa persona que crees que él amará, pero que, en realidad, no tiene que ver contigo o en meterte en juegos emocionales que no te van a dar más que sufrimiento.
Si ambas personas están dispuestas al mismo futuro, ya entran en juego otros factores como la personalidad, qué te hace sentir esa persona, compartir aficiones y tiempo fuera de la cama y todas esas cosas que, en realidad, nos encantan del amor", dice Eva Navarro.
¡Adelante!
Las green flags son esas señales positivas que indican que puede llegar a ser una relación saludable y satisfactoria. Anna Vicen Renner, coach expert en Autoestima, Relaciones y Habilidades Sociales, enumera para finalizar algunas señales que nos hacen ver que es el momento de comenzar una relación con esa persona.
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Respeto mutuo, así como consideración, atención por las necesidades y deseos del otro.
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Comunicación honesta y abierta sobre lo que pensáis, sentís, habláis sobre lo que os preocupa, lo que os ilusiona, siempre de forma asertiva.
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Empatía en todo momento, saber ponerse en la piel del otro.
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Compromiso, interés e ilusión por construir una relación.
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Apoyo mutuo, así como la capacidad de escuchar en situaciones difíciles.
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Intereses y metas compartidas para el futuro.
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Mostráis interés en resolver conflictos y sabéis hablar también cuando hay conversaciones incómodas. Las ponéis sobre la mesa.
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Te sientes bien cuando estás con esa persona, te sientes bien con tu autoestima, en la relación sientes fortaleza, ganas de crecimiento, de construir…
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No te completa, sino que te complementa. Sientes que juntos hacéis buen equipo, que os entendéis, que os apoyáis y que os potenciáis.
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Su actitud de la vida es positiva, resolutiva, flexible y con valores, que comparte contigo, así como tú con la otra persona.
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Os mostráis comprensivos el uno con el otro, sabiendo que sois dos individuos que se están conociendo y que no se trata de poner a nadie a prueba, sino de estar a gusto juntos y mostrándose con vuestras fortalezas y debilidades.