El café es la bebida más consumida del mundo, por detrás del agua. Se calcula que se consumen alrededor de 2.600 millones de tazas cada día en todo el mundo, lo que hace casi automático el gesto de levantarse por la mañana, y prepararse un desayuno cargado de cafeína.
Al ser un hábito tan común, es habitual que el paso de los años haya visto como ha evolucionado su esencia. Mientras que el café sigue siendo el protagonista, los ingredientes que incluimos para hacerlo más interesante han ido variando: leche de coco, leche de avena, aceite de oliva, jengibre en polvo, canela y ahora, también, aceite de coco.
El aceite de coco ha llegado a la vida de millones de personas de muchas formas, bien como antiinflamatorio gracias a una cucharada en la mañana, pero también como producto estético capaz de mejorar nuestra melena y su aspecto. Ahora, su uso ha ido más allá y hay quienes lo incluyen en su café, debido a sus múltiples beneficios.
Beneficios del café con aceite de coco
El aceite de coco es un ingrediente extremadamente versátil. Sus propiedades en el ámbito de la piel y el cabello son bien conocidos alrededor del mundo; sin embargo, sus beneficios como complemento para el café son desconocidos, a pesar de todo lo que puede conseguir.
Tanto el café como el aceite de coco tienen sus propios beneficios y efectos secundarios. Cuando los consumimos juntos, podemos aprovechar algunos de los elementos beneficiosos de cada uno, multiplicar otros, pero también limitar algunas de las molestias, como el nerviosismo causado por la cafeína.
El aceite de coco en el café fue popularizado en gran medida por los defensores de la dieta cetogénica, una dieta baja en carbohidratos, alta en grasas y moderada en proteínas que tiene como objetivo ayudar al cuerpo a utilizar las cetonas como energía en lugar de la glucosa (azúcar).
La dieta cetogénica y sus variaciones se utilizan con frecuencia como técnicas de pérdida de peso, algo de lo que puede presumir el aceite de coco en el café. Este ingrediente es un termogénico natural que puede quemar grasa y mantenernos llenos por más tiempo, por lo que es una excelente opción para una dieta de adelgazamiento.
El aceite de coco también es una fuente de energía que se metaboliza rápidamente. Si bien no estimula el cuerpo de la misma manera que la cafeína, sí ofrece su propio impulso de energía matinal, similar a la fruta u otros carbohidratos, pero sin el choque. Al consumir los dos juntos, podemos obtener dos ingredientes energizantes en una taza, pero sin efectos secundarios.
Su perfil nutricional es el que lo hace muy especial desde el punto de vista de los expertos y es que, el aceite de coco se compone de aproximadamente un 50% de ácido láurico, un tipo de triglicérido de cadena media (MCT). Los MCT se metabolizan de una manera que proporciona combustible rápido para el cuerpo.
Los estudios muestran que los ácidos grasos de cadena media en el aceite de coco, y la cafeína en el café, pueden acelerar nuestro metabolismo, aumentando la cantidad de calorías que quemamos diariamente. Además, estos ácidos grasos se convierten en cuerpos cetónicos, que son unas moléculas que usan las células como fuente de energía y que pueden reducir el apetito y la grasa corporal.
El aceite de coco y sus MCT pueden tener un efecto protector contra el cáncer, la diabetes y la enfermedad de Alzheimer, según las investigaciones. Añadido a que este ingrediente también cuenta con grandes propiedades antioxidantes, que nos ayudan a combatir los radicales libres, combatir el estrés oxidativo y, por tanto, ralentizar el envejecimiento.
El aceite de coco puede aumentar la sensibilidad a la insulina, lo que favorece en el proceso de equilibrar el azúcar en el organismo. Esta estabilidad es fundamental para mantener la energía durante todo el día, dormir bien y mantener el equilibrio hormonal.
El ácido láurico del aceite de coco también es antimicrobiano, lo que podría contribuir a un microbioma más equilibrado, añadido a que contiene ácido caprílico, un compuesto con propiedades antimicrobianas. Con uno trabajando en la motilidad gastrointestinal y otro trabajando para mantener las bacterias saludables, tenemos un dúo muy poderoso para el intestino.
Mucha gente también disfruta del rico sabor que el aceite de coco le da al café. Es mantecoso y puede hacer que nuestra bebida quede bastante cremosa. Incluso si no usamos leche o un sustituto, el aceite de coco por sí solo reduce la acidez y brinda un sabor agradable, suave e indulgente.
Cómo añadir el aceite de coco al café
Hay dos tipos principales de aceite de coco: el aceite de coco sin refinar (también llamado virgen) y el aceite de coco refinado. Se diferencian ligeramente, pero ambos pueden incluirse en nuestro café, aunque si preferimos un sabor más sutil, lo ideal es optar por la versión refinada y más procesada.
Para preparar nuestra bebida simplemente tenemos que agregar de una a dos cucharadas del aceite de coco de nuestra elección en el café caliente. Si es nuestra primera vez, podemos probar con solo una cucharada para ver como responde nuestro cuerpo.
Una vez combinado el café caliente con el aceite de coco, la opción perfecta es verterlo en la licuadora o batidora de mano durante 30 segundos, para que ambos ingredientes se fundan a la perfección, pero también podemos batirlo con la cuchara hasta obtener la textura perfecta para nuestro gusto.