Durante mucho tiempo, incluso desde hace más de 2000 años, en la época de Hipócrates, muchos de los síntomas que experimentamos las mujeres en la etapa de perimenopausia o menopausia han sido objeto de controversia y se ha dudado si estos no estaban en la cabeza de las mujeres.
Esto se debía a la gran cantidad de síntomas y a su compleja medición, como por ejemplo en casos de depresión o ansiedad. Por ello, estas etapas han sido las grandes olvidadas durante el siglo XX y comienzos del XXI. Y es que muchas mujeres preferían no mencionar a su doctor los síntomas que estaban sufriendo antes de ser tratadas como 'viejas' o incluso 'locas'.
Todavía sigue siendo muy común no saber a ciencia cierta cuáles son los síntomas asociados a la perimenopausia y menopausia, y simplificarlos en la aparición de los sofocos, la fatiga mental y los desajustes en el periodo.
La medicina occidental no trata al paciente en su conjunto como en otras culturas. Esto hace que en muchas ocasiones el ginecólogo se enfrente a una variedad de síntomas, ya que cada mujer experimenta la menopausia de forma diferente y no ayuda a la estandarización de su tratamiento en la comunidad médica.
El diagnóstico fiable tardío al que nos enfrentamos también ha sido consecuencia de que las mujeres no hayamos participado en estudios clínicos hasta el año 93 debido a que la FDA (federación del medicamento y alimentación americana) prohibió la participación de mujeres en etapas fértiles por su complicación a la hora de realizar los exámenes (variación hormonal en el ciclo menstrual) y por los posibles riesgos en el futuro feto.
¿Cuáles son los síntomas?
La comunidad científica ha recopilado cerca de 89 síntomas relacionados con esta etapa que atravesamos las mujeres entre los 40 y los 55 años y que se deben a la disminución de las hormonas sexuales.
Estos síntomas son físicos, neurológicos y emocionales e implican un carrusel de emociones para las mujeres que pasan por ellos.
A nivel físico destacamos:
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Cambios en la menstruación, tanto la ausencia de determinados ciclos como en la duración de los mismos.
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Sofocos o sudores nocturnos
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Síntomas urinarios cada vez más frecuentes
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Sequedad de las mucosas del organismo, destacando la sequedad vaginal
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Dolor de las articulaciones
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Dolor o cambio en el tamaño de los senos
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Palpitaciones irregulares y continuas
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Aumento de peso
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Ralentización del metabolismo
También van de la mano diferentes síntomas gastrointestinales que pueden aumentar la sensación de hinchazón o de reflujo y cambios en el pelo que se hace más frágil al igual que las uñas.
Se puede notar una piel deshidratada, con una mayor sequedad, que incluso puede generar picores, cambios en la sudoración corporal e incluso la sensación de boca seca o pitidos en nuestros oídos a todas horas.
A nivel neurológico, muchos de los síntomas experimentados se dan también durante la pubertad y el embarazo debido al efecto de las hormonas en nuestros ovarios y los cambios que se producen al mismo tiempo en nuestro cerebro.
La Dra. Liza Mosconi, neurocientífica directora de Weill Cornell Women’s Brain Initiative (WBI) y autora del libro The Menopause Brain (todavía no disponible en español) nos dice que "en todas estas etapas experimentamos cambios en la temperatura corporal de nuestro cuerpo, en el humor, en los patrones de sueño, en la capacidad de concentrarnos y en incluso en la masa gris de nuestro cerebro".
La Dra Mosconi compara los temidos sofocos que experimentamos en la menopausia con la sudoración excesiva o falta de concentración que se produce en nuestras etapas adolescentes, pero destaca, sin embargo, la falta de apoyo con la que contamos por parte de nuestro entorno en esta etapa de nuestra vida.
"Los sofocos los experimenta el 85% de las mujeres", según la Dra Mosconi y se originan por la contracción o dilatación de los vasos sanguíneos dando como resultado una repentina sensación de calor en cara, cuello o la espalda y terminando en una sudoración fría intensa que puede durar de 1 a varios minutos. "Estos sofocos pueden darse durante un periodo medio de 3 a 5 años".
A nivel emocional, la menopausia es una etapa de cambios que puede producir mayor tristeza, ansiedad o depresión. Todo esto puede estar acrecentado por la falta de información que existe y su poca normalización en el día a día de las mujeres que la sufren.
Hay que destacar que no todos los síntomas descritos los desarrollaremos todas las mujeres en menopausia. Algunas mujeres tendrán episodios de fatiga, dolor de cabeza, ansiedad o episodios de estrés y otras no pasarán por ninguna de estas experiencias. Recordemos que la experiencia de las etapas de perimenopausia y menopausia es diferente para cada mujer.