"Todo empezó un día en el que me empecé a sentir extremadamente abatida. No entendía nada, mi vida era todo lo que había deseado, todo iba bien, pero no era capaz ni de levantarme de la cama para ir a correr. Fui a mi psicólogo y, teniendo en cuenta mis síntomas y mi ciclo menstrual, me dijo que podría tener TDPM". El psicólogo de Jennifer la derivó al psiquiatra, que confirmó el diagnóstico.
Los síntomas
El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) provoca síntomas mucho más intensos que los relacionados con el síndrome premenstrual (SPM). Pueden ir desde la falta de interés en las actividades diarias y relaciones con los demás hasta ataques de pánico y ansiedad, llegando incluso a los pensamientos o deseos suicidas, tal y como se explica en la web Medicine Plus.
"Me siento muy deprimida, y me enfado muy fácilmente cuando mi menstruación está por bajar", cuenta Jennifer a Magas. "Me duele mucho esta situación, porque termino pagándolo con las personas que más quiero, pero mi estado emocional se vuelve completamente inestable. Físicamente, hay veces que no puedo ni levantarme de la cama".
María Álvarez, Psicóloga Clínica y de la Salud, señala que el patrón de síntomas del TDPM varía según la persona, pero suelen relacionarse con el estado anímico, ánimo bajo, labilidad e irritabilidad emocional y ansiedad.
"Mis síntomas empiezan una semana antes de la menstruación, y terminan dos días antes de su final", comenta Jennifer. "Para mí es un bucle porque, aunque los sentimientos desalentadores terminan, sigo culpándome por haberme sentido así durante este tiempo".
Posibles causas
La psicóloga señala la inexistencia de unas causas definidas a la hora de evaluar este trastorno: "Es necesario hacer una evaluación concreta de la persona para entender qué aspectos influyen en su caso; pueden ser desbalances hormonales por el estilo de vida, la alimentación o la exposición a tóxicos ambientales, estrés, ritmo sobrecargado, falta de sueño..."
Una vida condicionada
Jennifer se ve realmente perjudicada cuando comienza a notar los síntomas del TDPM. "Ahora se hace más leve porque tomo medicación; cuando no lo hacía, el trastorno me hacía dormir demasiado, tener peleas innecesarias y dañar a la gente que quiero, cancelar planes por no verme capaz de salir de casa, no trabajar... yo soy una persona muy activa y alegre, pero cuando llegan estos días me convierto en todo lo contrario. Me afectaba muchísimo en mi bienestar y felicidad".
La ayuda psicológica puede ayudar a tener una mayor comprensión del problema y de por qué sucede, indica la psicóloga Álvarez. "La terapia puede ayudar a favorecer un estilo de vida que permita disminuir el impacto de los síntomas y, si ya están presentes, a amortiguarlos y aprender a lidiar con ellos".
En el caso de Jennifer, la terapia y la medicación sirven de mucho a la hora de paliar estos síntomas. "Ahora mismo estoy tomando antidepresivos, que me ayudan bastante con los cambios de humor y el malestar. Sigo viendo a mi psicóloga y a mi psiquiatra, porque creo que hacer terapia también es una parte muy importante para sobrellevar este y otros problemas".
Posibles soluciones
Tanto la terapia como llevar un estilo de vida saludable pueden ayudar a controlar los síntomas del TDPM. "Generar ritmos de vida más respetuosos con la biología y las necesidades de descanso, practicar ejercicio físico, hacer técnicas de relajación y, en caso de que sea necesario, se puede tomar una medicación adecuada que ayude a sostener el dolor y los síntomas físicos", concluye la psicóloga.