El desayuno es, desde hace mucho tiempo para muchos expertos, la comida más importante del día, ya que los alimentos que se ingieren son los primeros después de un largo periodo de ayuno. Aunque parezca un mito y para algunos nutricionistas lo sea, esta comida desempeña un papel crucial en el bienestar general, en el rendimiento físico y mental e, incluso, en el control de nuestro peso.

Un desayuno completo nos puede ayudar a controlar la ingesta de comida durante el día. Por este motivo, debe ser lo suficiente completo como para cubrir las necesidades energéticas de parte de la mañana; sin embargo, y por mucho que nos guste, optar por el dulce no siempre es la mejor opción. Aunque sea una de las más saciantes.

Cuando elegimos el azúcar a primera hora de la mañana, hacemos que nuestro cuerpo entre en un bucle de necesitar esa sustancia a lo largo del día por el pico de glucosa y tentamos a un proceso que se llama hambre Dragón Khan. Un concepto desconocido, pero en el cual hacen hincapié expertos como Boticaria García, en su entrevista para el medio Telva.

El aviso de Boticaria García sobre los desayunos dulces

En nuestro cuerpo existen diferentes tipos de hambre. Todos conocemos el hambre emocional, que nos lleva a comer azúcar cuando estamos estresados, aburridos o ansiosos. Todas estas circunstancias nos hacen necesitar una dopamina, que conseguimos en alimentos como chocolate o bollería.

Sin embargo, también existen otros tipos que son desconocidos, como el hambre Dragón Khan, una expresión coloquial que hace referencia a una sensación de hambre intensa, comparándola con la emoción y la adrenalina que se experimenta en una montaña rusa, como la del PortAventura.

Boticaria García define el Dragon Khan en su libro Tu cerebro tiene hambre (Planeta) como "un tipo de hambre provocado por montañas rusas de azúcar que se pueden producir cuando comemos cierto tipo de alimentos ricos en azúcar como, por ejemplo, los dulces o los que están compuestos fundamentalmente por hidratos de carbono refinados".

En este contexto, la insulina es la encargada de abrir la puerta de las células para que pueda entrar el azúcar, y así utilizarlo como fuente de energía. Cuando hay un exceso de esta sustancia y se produce un pico de glucosa elevado, habrá una caída muy pronunciada "y aparecerán los populares antojos".

"En los estudios que se han hecho recientemente se ha visto que personas que hacen un desayuno azucarado pueden llegar a comer más de 300 kilocalorías al día que quienes no lo hacen", explica la experta al medio citado, "Y esas 300 kilocalorías al día extra suponen hasta 9 kilos más al año".

Cuando consumimos un desayuno cargado de azúcares, como puede ser una bollería, cereales azucarados o pasteles, estamos ingiriendo alimentos que son altos en calorías pero bajos en nutrientes esenciales. Este tipo de alimentos tienen una alta densidad calórica, lo que significa que aportan muchas calorías en pequeñas porciones.

Imagen bollería. Istock.

Un desayuno dulce también carece generalmente de proteínas y fibra, nutrientes que son fundamentales para la sensación de saciedad. Sin estos elementos, es probable que la persona vuelva a sentir hambre mucho antes que si hubiera consumido un desayuno más equilibrado con proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos. Añadido a la caída de azúcar de la cual surgen los antojos.

Cómo controlar las ganas de comer azúcar

Uno de nuestros principales errores en cuanto a eliminar o reducir el azúcar en nuestra vida es tomarlo en el desayuno. Esa primera comida del día que nos han vendido como saludable, como leche con colacao o cereales y zumo, no solo nos hace superar la cantidad diaria recomendada de azúcar antes de salir de casa, sino que cuando pase un determinado tiempo, buscaremos esa sensación en otros alimentos.

Cuando damos un bocado a nuestra bollería favorita y el azúcar pasa a la corriente sanguínea, hace el pico Dragón Khan. En el momento en el que este mismo pico baja, nuestro cuerpo busca el equilibrio y entramos en un bucle infinito en el que estamos constantemente buscando la sustancia cristalina para reequilibrar. 

Como alternativa, lo que debemos hacer es aumentar el consumo de la fibra. Cereales integrales, frutas, hortalizas, legumbres o frutos secos que puedan proporcionarnos ese efecto saciante que nos impida pensar en otros alimentos, pero también, si los añadimos a nuestro desayuno estamos formando un gel en nuestras tripas que dificulta la absorción del azúcar y hace que el pico de glucosa sea más lento.

La experta en farmacia también nos da otra opción para controlar nuestra ingesta de azúcar que consiste en encontrar esa sensación que nos produce la sustancia en otras cosas. Como ya hemos explicado, esta sustancia tiene una capacidad de hacernos sentir placer y felices cuando lo consumimos, por lo que podemos buscar la dopamina que nos dan esos alimentos en otras cosas.