Boticaria García (nutricionista) alerta sobre una enfermedad digestiva común en España: "Podrías tenerla sin saberlo"
- Miles de personas sufren este padecimiento intestinal sin saber que tiene un nombre y, lo que es mejor, una solución efectiva para combatirlo.
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La salud digestiva, lejos de ser una preocupación reciente para la población, sí que se puede decir que debido a los cambios en el estilo de vida actual, la alimentación y el estrés, está tomando cierto protagonismo con la aparición de nuevas enfermedades y dolencias. El caso más significativo: el SIBO.
Se trata de una de las afecciones menos conocidas, pero que afecta a un gran porcentaje de personas. No obstante, pocos saben y poco se sabe sobre Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado, más comúnmente conocido por SIBO.
Aunque este término puede sonar técnico y complicado, Boticaria García, experta nutricionista y farmacéutica, nos ayuda a entenderlo de manera clara y sencilla, además de ofrecernos soluciones prácticas para tratarlo.
¿Qué es el SIBO?
El SIBO es una condición en la que las bacterias, que deberían habitar principalmente en el colon, se trasladan al intestino delgado, una zona que naturalmente no está poblada por grandes cantidades de bacterias.
Este desplazamiento de las mismas, tal y como explica Boticaria García, puede considerarse una "invasión" de bacterias que se reproducen sin control en una zona donde no deberían estar, lo que genera una serie de molestias digestivas.
El intestino delgado, que normalmente sirve como lugar de absorción de nutrientes, se ve afectado por este exceso de bacterias. Estas bacterias, al fermentar los azúcares que deberían ser descompuestos en el colon, producen gases como hidrógeno y metano. Estos gases son los responsables de la hinchazón abdominal, el dolor, la diarrea, las náuseas y, en muchos casos, la fatiga y la malabsorción de nutrientes.
¿Por qué ocurre el SIBO?
La principal causa del SIBO es el desequilibrio en la microbiota intestinal, el conjunto de bacterias que residen en nuestros intestinos. Las bacterias de la microbiota cumplen funciones esenciales, como regular el sistema inmune, proteger la barrera intestinal y ayudar en la descomposición de nutrientes esenciales como la fibra.
Sin embargo, cuando hay un exceso de bacterias en el intestino delgado, estas comienzan a alimentarse de los azúcares que ingerimos, lo que genera la fermentación mencionada anteriormente.
Este desajuste bacteriano puede producirse por varias razones, como una disfunción en el peristaltismo intestinal (los movimientos del intestino que ayudan a desplazar el contenido digestivo) o el uso prolongado de ciertos medicamentos, como los antibióticos, que pueden alterar la flora bacteriana intestinal.
Síntomas del SIBO
Según Boticaria García, los síntomas del SIBO pueden variar de persona a persona, pero los más comunes incluyen:
- Hinchazón abdominal. Sensación de estar "lleno" o inflado después de las comidas.
- Dolor abdominal. Puede ser de tipo cólico o generalizado.
- Diarrea o estreñimiento: La presencia de bacterias puede alterar el tránsito intestinal.
- Gases excesivos. Los gases producidos por las bacterias pueden ser muy molestos.
- Fatiga. El mal funcionamiento digestivo puede generar cansancio generalizado.
- Malabsorción de nutrientes. Esto puede llevar a deficiencias de vitaminas y minerales esenciales.
¿Cómo tratar el SIBO?
Afortunadamente, el SIBO se puede tratar, y Boticaria García destaca dos soluciones principales: "Inanición y muerte y destrucción. Inanición: una dieta concreta para no dar de comer algunos azúcares a las bacterias. Y muerte y destrucción: antibiótico para acabar con ellas. Recuerda: diagnóstico y tratamiento siempre bajo prescripción médica."
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Inanición. Esto implica modificar la dieta para evitar los azúcares fermentables que alimentan a las bacterias. La dieta baja en FODMAP (que incluye una restricción de ciertos carbohidratos que son fácilmente fermentados por las bacterias) es comúnmente recomendada para reducir la cantidad de alimentos que las bacterias pueden fermentar. Esta dieta, que debe ser seguida bajo la supervisión de un nutricionista, ayuda a reducir los síntomas al eliminar los "alimentos favoritos" de las bacterias del intestino delgado.
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Antibióticos. En algunos casos, cuando el SIBO se encuentra en una fase avanzada, los antibióticos son necesarios para reducir la población bacteriana en el intestino delgado. Sin embargo, Boticaria García subraya que este tratamiento debe ser recetado y supervisado por un profesional médico, ya que el uso indiscriminado de antibióticos puede tener efectos secundarios y alterar aún más la microbiota intestinal.
Cómo cuidar de tu salud intestinal
Prevenir el SIBO es posible, y una de las mejores maneras de hacerlo es cuidando la salud general de la microbiota intestinal. Boticaria García nos ofrece algunas recomendaciones útiles:
- Evitar el uso excesivo de antibióticos. Los antibióticos no solo eliminan las bacterias dañinas, sino que también pueden afectar a las bacterias beneficiosas en el intestino. Solo deben utilizarse bajo indicación médica.
- Mantener una dieta equilibrada y rica en fibra. La fibra es fundamental para la salud digestiva, ya que actúa como alimento para las bacterias buenas del intestino, favoreciendo su crecimiento y protección.
- Incluir alimentos fermentados. Estos alimentos, como el yogur y el kéfir, contienen bacterias beneficiosas que pueden ayudar a equilibrar la microbiota intestinal.
- Reducir el estrés. El estrés crónico puede alterar la motilidad intestinal y favorecer la proliferación de bacterias en lugares no deseados.
El SIBO es una condición compleja que puede afectar gravemente la calidad de vida, pero con un diagnóstico adecuado y un tratamiento correcto, es posible controlarlo y mejorar los síntomas. Es fundamental, por ello, seguir las indicaciones de un profesional de la salud o expertos en nutrición, como Boticaria García, para asegurarse de que el tratamiento sea eficaz y personalizado.
Si tienes frecuentemente síntomas como hinchazón, gases excesivos o dolor abdominal, es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico adecuado y discutir las opciones de tratamiento disponibles. Recuerda que, aunque el SIBO puede ser incómodo, con el enfoque adecuado, es totalmente tratable.