La salud femenina continúa lamentablemente siendo una de las grandes olvidadas, aunque por suerte en España ya vamos por el buen camino con avances como la baja por menstruación dolorosa que ya se contempla en el ámbito laboral. Sea como sea, aún queda mucho por hacer y ejemplo de ello es la escasa visibilidad que aún sigue habiendo con enfermedades como la endometriosis o la adenomiosis, dos grandes desconocidas y que padecen más de 190 millones de mujeres en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud y el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia (ACOG).
Y es que, aunque en el caso de la adenomiosis son muchas mujeres las que la padecen de forma asintomática o sin apenas síntomas, otras muchas llegan a presentar fuertes dolores con menstruaciones dolorosas, pudiendo incluso provocar problemas de fertilidad en un futuro. Te contamos todo sobre la adenomiosis, sus síntomas, diagnóstico y tratamiento.
Qué es la adenomiosis
¿Sabías que una de cada diez mujeres en el mundo sufre esta enfermedad y que además el 25% de los casos afectan a mujeres de entre 35 y 50 años? Al menos eso es lo que se desprende de las cifras trasladadas por la Organización Mundial de la Salud.
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Y es que, la adenomiosis o adenomiosis uterina es una patología que se manifiesta por la presencia de tejido endometrial (tejido correspondiente al revestimiento del útero) en el miometrio o lo que es lo mismo, la capa muscular del útero.
Un tejido endometrial que durante la menstruación no se comporta de la misma manera que el endometrio que no se ha desplazado. En esta etapa las hormonas producidas por el ovario provocan que este tejido se engrose y se degrade, provocando dolores intensos y un sangrado abundante. Pero, ¿Cómo diferenciar entonces la adenomiosis de la endometriosis?
Diferencias entre la adenomiosis y la endometriosis
La realidad es que más de un 10% de los casos experimentan adenomiosis acompañada de focos de endometriosis. De hecho, están tan relacionados que a menudo la adenomiosis es conocida como endometriosis interna.
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Aún así, existen diferencias y la principal de ellas tiene que ver con que la endometriosis es el desplazamiento del tejido endometrial fuera del útero. Un factor que provoca lesiones inflamatorias en otros órganos y dificulta el embarazo natural.
Mientras que la adenomiosis, es el desplazamiento de esas células endometriales únicamente hacia la zona del miometrio (capa central situada entre el endometrio y la capa exterior del útero).
Tipos de adenomiosis en mujeres
Dependiendo de la extensión y localización, pueden diferenciarse dos tipos de adenomiosis:
- Focal: Esta variedad también es conocida como adenomioma y se manifiesta en forma de tumores localizados dentro del miometrio.
- Difusa: Esta es la más común y afecta a gran parte del miometrio, provocando que el útero aumente de tamaño de forma excesiva.
Además de estas dos variedades, también puede diferenciarse en función de la ubicación del tejido endometrial entre adenomiosis superficial y adenomiosis profunda.
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Síntomas más comunes de la adenomiosis
Aunque esta afección puede tener una gran variedad de síntomas diferentes, algunos de los más comunes son:
- Dolor pélvico durante la menstruación.
- Metrorragia o sangrado no relacionado con la menstruación.
- Periodos menstruales demasiado prolongados y abundantes
- Deterioro del potencial reproductivo.
- Infertilidad.
- Dolor al mantener relaciones.
- Anemia provocada por sangrado abundante.
Es importante destacar que muchos de los síntomas relacionados con la adenomiosis pueden relacionarse también con otras enfermedades ginecológicas benignas. Esto unido a que además el 30% de las mujeres suelen ser asintomáticas, lo que hace aún más complicado acertar con su diagnóstico.
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Cómo se diagnostica la adenomiosis
Como ya te hemos adelantado, el diagnóstico de esta afección es difícil, ya que sus síntomas pueden ser comunes a otro tipo de enfermedades y esto es algo que hasta hace poco ha provocado que se haya infradiagnosticado. De hecho, solo se podía realizar su diagnóstico tras extraer parte o la totalidad del útero de la mujer. Pero por suerte, los diagnósticos han mejorado mucho y ya no es necesaria una cirugía tan invasiva.
Actualmente y gracias a la mejora técnica de aparatos de ecografía y a la mayor conciencia de su existencia que cada vez más hay por parte de los especialistas, la adenomiosis ya puede diagnosticarse más fiablemente y mejor.
Para ello, es necesario tener en cuenta la historia clínica de la paciente y en función de ella, los especialistas suelen solicitar las siguientes pruebas:
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- Exploración pélvica: esta permite detectar si el útero tiene aumentado su tamaño.
- Ecografía (ultrasonido) transvaginal: una prueba sencilla e indolora que aporta información útil para detectar la adenomiosis.
- Resonancia magnética: esta puede ser útil cuando la ecografía no proporciona suficiente información, sobre todo en pacientes con miomas.
¿Es posible tratar la adenomiosis?
Cada tratamiento para la adenomiosis es individualizado y personal, ya que dependerá de la gravedad de los síntomas, del deseo gestacional y de la edad y el estado de salud de cada paciente.
Lo más habitual, es que primeramente se busque el alivio de los síntomas a través de métodos farmacológicos como analgésicos antiinflamatorios, anticonceptivos hormonales, danazol (antiestrógenos), análogos...
Normalmente en la mayoría de las pacientes, este tipo de tratamientos son suficientes para acabar con los síntomas, pero lamentablemente muchos de ellos son incompatibles con la gestación.
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En el caso de que los métodos farmacológicos fracasen o se busque el embarazo, dependiendo del tamaño y la extensión de las lesiones, podría indicarse tratamiento quirúrgico. Una opción terapéutica que consiste en eliminar el tejido y reconstruir la pared uterina.
Solo en los casos más graves en los que los síntomas no desaparezcan con los anteriores métodos mencionados, se barajaría extirpar quirúrgicamente el útero (histerectomía) para acabar con la adenomiosis profunda.
Cómo afecta la adenomiosis a la fertilidad en la mujer
Los estudios apuntan a que el 22% de las mujeres con dificultad para quedarse embarazadas presentan adenomiosis. Y es que, está confirmado que esta enfermedad puede causar dificultades en el embarazo, pudiendo provocar embarazos ectópicos o abortos de repetición. Además, en otros casos también puede dificultar la implantación del embrión en el útero.
En cuanto al crecimiento del tejido endometrial que provoca esta enfermedad, este puede tener su origen en la cantidad excesiva de estrógenos que segrega el organismo de la mujer. Casos en las que en el organismo se genera un ambiente hiperestrogénico y de resistencia a la progesterona, algo que altera la receptividad endometrial.