En el momento de iniciar una nueva dieta, es fundamental que se trate de encontrar el equilibrio entre todos los tipos de alimentos para que esta sea saludable. Si tu intención es la de deshacerte de esos kilos de más, lo más indicado es que te pongas en manos de un profesional que pueda elaborar un plan nutricional adecuado a tus características, objetivos y estilo de vida.
Cuando se comienza con un plan de alimentación habrá que consumir todo tipo de alimentos, entre los cuales se encuentran los tubérculos, que son mucho más importantes de lo que se pueda pensar, y que son esenciales para poder seguir un estilo de vida saludable. Lo son gracias a que son ricos en proteínas que ayudan a mantener en buen estado los músculos y a aportarnos energía, además de calcio, hierro y potasio.
Si hablamos de tubérculos es habitual que rápidamente pensemos en las batatas o las patatas, pero hay muchos otros interesantes, como es el caso de la malanga, un superalimento que ha revolucionado las dietas gracias a sus numerosas propiedades beneficiosas para la salud.
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Es posible que sea la primera vez que escuchas hablar de este, ya que principalmente se encuentra en América Central, Sudamérica, África y el sudeste asiático. Sin embargo, gracias a que ha traspasado fronteras y ha llegado al resto del mundo, en la actualidad es posible encontrarlo en prácticamente cualquier supermercado de nuestro país.
¿Qué es la malanga?
En función de la zona geográfica en la que se consuma, la malanga se puede conocer con diferentes nombres, ya que también es llamado como raíz de taro o ñame de coco viejo. Su aspecto es similar al de una patata o un boniato, con un color blanquecino por dentro y marrón con una piel gruesa en su exterior. Por sus características, se pueden preparar chips vegetales muy interesantes, con una sensación más cremosa en boca.
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Su diferencia con la patata es sencilla, ya que la malanga es mucho más rica en nutrientes, además de ser alta en fibra y baja en azúcares y grasas. Además, esta variedad de tubérculo se puede encontrar en distintos tonos en función de la tierra en la que se haya cultivado.
Beneficios de la malanga para la salud
La malanga es una excelente fuente de nutrientes y posee numerosos beneficios potenciales para la salud, entre los cuales cabe destacar los siguientes:
- Control de la glucemia: a pesar de que se trata de un vegetal con un elevado contenido en carbohidratos, su destacada presencia de fibra contribuye al control de los picos de glucosa en la sangre. De esta manera, contribuye a lograr un retardo del vaciamiento gástrico y la glucemia posprandial en pacientes con diabetes tipo 2.
- Reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular: su contenido en fibra ayuda a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. El consumo de cada ración diaria adicional de verduras contribuye a reducir la posibilidad de sufrir una enfermedad coronaria, pero también minimiza el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
- Prebiótico: una parte de la fibra dietética de la malanga se encuentra presente como almidón resistente. Al no poder ser dirigido en el estómago, llega intacto al colon donde degradado por las bacterias intestinales. Este proceso de fermentación da lugar a diferentes ventajas, ya que ese almidón resistente ayuda a incrementar el volumen fecal, favorece el control glucémico y mejora la salud intestinal.
- Ayuda en la pérdida de peso: la raíz de este tubérculo es de gran utilidad para ayudar al control del peso corporal. Con una ración media consigue aportar unos 7-8 gramos de fibra, un componente que puede facilitar que se obtenga un porcentaje inferior de la grasa corporal. Uno de los beneficios de la fibra es que ayuda a incrementar la sensación de saciedad y evitar así tanto el picoteo entre horas como las grandes ingestas de comida durante el día.
- Fuente de energía: los hidratos de carbono son la principal fuente de energía de las personas. Bajo la forma de almidones, se crea un tipo de energía de liberación prolongada que permite mantener los niveles con estabilidad durante periodos más largos de tiempo. Por este motivo, son especialmente recomendados para adolescentes, niños en edad de crecimiento, deportistas y personas adultas con una gran actividad física. Asimismo, su gran digestibilidad, textura y suave sabor hacen que la malanga sea ideal para niños y personas mayores que tienen problemas para masticar.
Cómo se cocina la malanga
La malanga es un alimento muy presente en la cocina asiática y antillana, contando con una gran cantidad de aplicaciones culinarias. De hecho, en muchos países se utiliza como parte de sus recetas tradicionales, en las que sustituye a la patata.
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Antes de proceder a cocerlo se necesita retirar la piel y los pelos que puedan encontrarse en la superficie de la carne. Tras haberla lavado bien, se podrá optar por el método de cocción que cada uno prefiera, ya sea asado, vapor o hervido, y se sirve tanto sola como en compañía de guarnición.
Los platos en los que se pueden introducir son múltiples, desde sopas y purés hasta panes, guisos, ensaladas e incluso dulces. Además, en sus recetas se puede acompañar de carne, legumbres y otros vegetales. También admite la preparación de unos sabrosos chips de malanga, fritos o al horno, que son un bocado ideal como acompañamiento o aperitivo.