Cómo saber en qué personas puedes confiar: las mujeres somos las de la intuición
Las malas experiencias pueden implicar que nos volvamos más perspicaces, más desconfiados y que, aún sin motivo, veamos siempre segundas intenciones en los actos de los demás.
13 enero, 2023 13:45Cuando conocemos personas nuevas, es aconsejable irnos abriendo poco a poco, hasta que la conozcamos lo suficiente como para saber si realmente es digna de nuestra confianza o no. Aún así, a lo largo de nuestra vida todas cometemos errores y nos encontramos con personas que nos traicionan.
Las malas experiencias pueden implicar que nos volvamos más perspicaces, más desconfiadas y que, aún sin motivo, veamos siempre segundas intenciones en los actos de los demás. Las decepciones pueden generar desconfianza y hacer que generalicemos la decepción a otras personas, por el miedo a que estas otras repitan la misma acción y nos causen un daño emocional que deseamos no volver a sentir.
Pese a lo vivido en otras ocasiones y con otras personas, es importante no perder la capacidad de confiar en los demás. Eso sí, esta confianza no debe ser ciega o ingenua y la clave está en saber en quiénes podemos confiar, sin caer en la candidez ni excedernos en la bondad.
Los pilares de la confianza
La confianza es la base para construir relaciones sanas, aseguran desde Mundo Psicólogos. Para crear vínculos relacionales positivos entre amigos, familia, pareja o compañeros es necesario:
- Sinceridad: percibir a la otra persona como alguien honesto
- Competencia: reconocer su autonomía y no sospechar constantemente de malas intenciones por parte de la otra persona
- Credibilidad: cumple lo que dice, que hay pruebas y realidad en sus acciones
- Compromiso: crear vínculos afectivos asumiendo los riesgos de mostrarse tal como uno es
La clave: la intuición
Lo mejor es partir de la base de que todo el mundo merece nuestra confianza hasta que nos demuestre lo contrario. Para esto, más que a las palabras de las personas, hay que atender a sus actos y a sus comportamientos.
Es muy importante confiar en nuestra intuición y mantenernos alerta en caso de que algo nos haga sentir que no podemos confiar en alguien, a pesar de no encontrar ninguna razón lógica para ello.
Nuestra intuición deriva del inconsciente, la parte del cerebro que recaba mucha más información que la parte consciente y detecta el lenguaje no verbal y otros comportamientos que nos pueden ayudar a decidir en quién confiar.
Albert Einstein, preguntado sobre el origen de su genialidad, respondió: "Creo en la intuición y en la inspiración. A veces siento que estoy en lo cierto aunque aún no sepa que lo esté". Para el genio, era mucho mejor confiar en esos instintos y probarlos más tarde que descartarlos directamente, según aseguró en una entrevista en el Saturday Evening Post en 1929.
También llamado "sexto sentido", la intuición a veces se manifiesta con respuestas físicas que nos hacen saber que nuestro cuerpo está sufriendo cierto estrés, se trata de un ligero cambio en el ritmo cardíaco y sudoración en la piel. Estos cambios se conocen como "marcadores somáticos" y actúan como una advertencia que evita que tomemos una decisión equivocada, y pueden ser la base de la sensación de tener una corazonada.
Inteligencia emocional
En 1995, el profesor de la Universidad de Harvard Daniel Goleman escribió el libro "La inteligencia emocional" basado en un concepto novedoso por el que la inteligencia de una persona no depende solo de los conocimientos o habilidades que tenga en ámbitos como la lengua o las matemáticas, sino que existen otros tipos de inteligencia que se deben considerar. No basta con tener un coeficiente intelectual alto, sino que es necesario tener otra serie de habilidades.
Goleman define la inteligencia emocional como la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las emociones. La calidad de los instintos dependerá de su inteligencia emocional por lo que, al trabajarla, podemos fortalecer nuestra toma de decisiones intuitiva.
Sabiendo que no es infalible para saber en quién confiar, pero para afinar la intuición y tener más claras nuestras primeras impresiones del subconsciente, debemos estar en contacto con las emociones, cuestionando cuidadosamente qué es exactamente lo se siente y las fuentes de ese estado de ánimo. Así, con el tiempo seremos capaces de discernir cuándo se está recibiendo una señal genuina y precisa.