La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, permanece retenida desde hace doce horas en Turquía tras detectarse una avería en el avión en el que viajaba a Afganistán. Concretamente, en la ciudad de Çorlu, una ciudad ubicada al noroeste del país a unos cien kilómetros de distancia de Estambul.
El motivo del viaje de la vicepresidenta era participar en el arriado de la última bandera española en suelo afgano. Según el trayecto previsto, el avión -un Boeing 737 de la compañía Air Europa- debía hacer una parada técnica en esta localidad turca para repostar. Poco antes de aterrizar, los pilotos advirtieron que uno de los filtros de combustible de un motor estaba averiado.
Las casi cincuenta personas que viajaban a bordo de la aeronave -entre ellos, Soraya Sáenz de Santamaría y 29 periodistas- permanecieron retenidos desde las dos de la madrugada hasta las siete, mientras las autoridades trataban de localizar el filtro en otro avión turco.
Tras no encontrarlo, se decidió que un avión español viajase a Turquía para trasladar a la tripulación a Afganistán. Los pasajeros, mientras tanto, fueron alojados en un hotel de la localidad.
La vicepresidenta y la comitiva se trasladó de nuevo al aeropuerto de Çorlu en previsión de proseguir el viaje a Afganistán, cumplir con el arriado de bandera y trasladar a 88 efectivos de las Fuerzas Armadas a París.
Soraya Sáenz de Santamaría representó al Ejecutivo español en este viaje en sustitución de Pedro Morenés, al encontrarse el ministro de Defensa español en Gran Canaria para supervisar las labores de búsqueda de los tres militares desaparecidos tras accidentarse el helicóptero en el que viajaban.