El 5 de noviembre de 2014 un consorcio de periodistas internacionales publicó una investigación que desvelaba que más de 300 multinacionales habían alcanzado acuerdos secretos con Luxemburgo para minimizar el pago de impuestos, hasta un tipo del 1% en algunos casos. Ello ocurrió durante el mandato como primer ministro del actual presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Un año después del estallido del caso Luxleaks, Juncker sigue al frente del Ejecutivo comunitario. Y aunque prometió dar prioridad a la lucha contra la evasión fiscal, los avances han sido escasos:
1. Fiat y Starbucks, los primeros en pagar más impuestos
La medida más contundente hasta ahora para obligar a las multinacionales a pagar impuestos la ha adoptado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. El pasado 21 de octubre, la política danesa declaró ilegales los acuerdos tributarios (tax rulings) de Holanda y Luxemburgo con Starbucks y Fiat, respectivamente, por considerar que equivalen a subsidios públicos. Y ordenó a las dos multinacionales pagar entre 20 y 30 millones cada una en impuestos atrasados. La propia Vestager admitió que no son “sumas espectaculares”, pero dejó claro que su decisión sienta precedente.
Bruselas está investigando también las ventajas fiscales de Irlanda a Apple y de Luxemburgo a Amazon y en las próximas semanas podría exigir su devolución. Tras el estallido del caso Luxleaks, la comisaria de Competencia aseguró que utilizaría los documentos filtrados para abrir nuevos expedientes, pero hasta ahora no lo ha hecho. De hecho, todos estos casos fueron abiertos por su predecesor, Joaquín Almunia, antes del escándalo de Luxemburgo. Eso sí, Vestager ha pedido información adicional sobre esos acuerdos tributarios a la mayoría de los países, entre ellos España.
2. Los gobiernos intercambiarán sus pactos con multinacionales
La única iniciativa legislativa que la UE ha aprobado a raíz del caso Luxleaks es una directiva que obliga a los gobiernos a intercambiar automáticamente, cada seis meses, información sobre sus acuerdos fiscales con multinacionales. Bruselas confía en que la transparencia permitirá a los países detectar prácticas tributarias abusivas por parte de las empresas y tomar medidas. Y hará que los estados miembros se lo piensen dos veces antes de ofrecer ventajas fiscales a los grandes grupos.
La directiva se aprobó el pasado 6 de octubre, pero no entrará en vigor hasta el 1 de enero de 2017. Además, el acuerdo final suaviza la propuesta de Bruselas. Sólo cubre las decisiones tributarias anticipadas de los cinco años anteriores, en lugar de los diez previstos inicialmente. Y limita el acceso de la Comisión a los datos que podría utilizar para abrir nuevos expedientes.
3. ¿Informarán las empresas de los impuestos que pagan país por país?
El resto de las medidas anunciadas por la Comisión para acabar con la evasión fiscal de las multinacionales todavía no se han puesto en marcha. Una de las más destacadas es obligar a las grandes compañías a que informen públicamente de los impuestos que pagan país por país, como tiene que hacer ya la banca. Pero en lugar de presentar una propuesta legislativa, Bruselas ha optado por lanzar una consulta pública, cuyo efecto es retrasar indefinidamente cualquier medida.
El Ejecutivo comunitario también quiere resucitar el proyecto de crear una base común del impuesto de sociedades como receta para frenar la elusión fiscal de las multinacionales. La iniciativa tiene pocos visos de prosperar, ya que el plan anterior sobre esta cuestión lleva bloqueado desde 2011 por las diferencias entre los Estados miembros. La Comisión sí ha publicado una ‘lista negra’ de 30 paraísos fiscales en la que figuran Andorra, Mónaco y Liechtenstein.
4. Las multinacionales no quieren ir a la Eurocámara
A raíz del caso Luxleaks, el Parlamento Europeo creó en febrero de este año una comisión especial sobre los tax rulings. Pero a día de hoy, cuando ya se han aprobado las conclusiones preliminares, la mayoría de las multinacionales se han negado a comparecer para dar explicaciones. Los eurodiputados han lanzado un ultimátum a las grandes empresas para que acudan a una nueva reunión el próximo 16 de noviembre.
Barclays, Coca-Cola, Facebook, Google, HSBC, Ikea y Philip Morris han confirmado ya su asistencia. Todavía se espera la respuesta de Amazon, InBev, Fiat, McDonald’s, Walmart y Disney. La Eurocámara amenaza con restringir el acceso a sus instalaciones a los grupos que declinen la invitación.
5. Juncker sobrevivió a una moción de censura
El escándalo Luxleaks estalló apenas cinco días después de que Juncker asumiera el cargo de presidente de la Comisión Europea. El ex primer ministro luxemburgués se declaró responsable político del caso, pero alegó que nunca había dado instrucciones a la Administración tributaria sobre los pactos con multinacionales. Finalmente, Juncker sobrevivió a una moción de censura planteada por los grupos euroescépticos y de ultraderecha en la Eurocámara.
La moción fue rechazada el 27 de noviembre del año pasado gracias al voto en contra de conservadores, socialistas, liberales y verdes. Incluso parte de Izquierda Unitaria, que promovía su propia moción de censura, acabó votando en contra para no asociarse a la extrema derecha. Recientemente se le preguntó a Vestager qué le parecía que Juncker siguiese en el cargo después de que el propio Ejecutivo comunitario declarara ilegal el acuerdo de Luxemburgo con Fiat. "No pienso en eso. Intento hacer mi trabajo lo mejor que puedo", contestó escuetamente.