París

Un día después de la mayor masacre terrorista de la historia de Francia, París se ha despertado este sábado en un estado de conmoción, miedo, dolor y tristeza, pero también con la voluntad de recuperar la normalidad, plantar cara al terror y seguir con el modo de vida que los atacantes querían destruir. La cadena de seis ataques que sacudió la capital durante la noche del viernes ha sido perpetrada por “tres equipos de terroristas” estrechamente coordinados, la mayoría suicidas, y se ha saldado con 129 muertos, entre ellos el madrileño Juan Alberto González. Además hay 352 heridos, de los cuales un centenar en estado crítico, según el último balance del fiscal general de París, François Molins.

Incluso antes de conocerse la reivindicación del Estado Islámico, el presidente francés, François Hollande, ya le había atribuido a primera hora del sábado toda la responsabilidad de los atentados y prometía una respuesta contundente. “Francia, como ha sido agredida de forma cobarde, será implacable. Actuará con todos los medios, en el marco de la ley, y en todos los terrenos, tanto interiores como exteriores, con nuestros aliados que también están en el punto de mira de esta amenaza terrorista”, ha dicho en una declaración institucional, en la que ha decretado tres días de luto oficial. “Sabemos quienes son esos criminales, quienes son esos terroristas”, ha insistido.

Francia está “en guerra”, ha proclamado por su parte el primer ministro, Manuel Valls, en una entrevista a la cadena TF1. "Replicaremos golpe por golpe para destruir a Daesh, para destruir a este ejército terrorista", ha asegurado Valls. Además, ha anunciado que se prolongará el estado de emergencia decretado el viernes y que Francia intensificará su intervención en Siria.

El primer ministro ha confirmado finalmente que se mantiene la celebración en París de la cumbre sobre cambio climático, cuyo inicio está previsto el 30 de noviembre y a la que acudirán jefes de estado y de gobierno de todo el mundo. También tendrán lugar como estaba previsto las elecciones regionales del 6 y 13 de diciembre.

Como ya ocurrió tras el ataque contra la revista satírica Charlie Hebdo a principios de año, Francia ha recibido de inmediato la solidaridad de toda la comunidad internacional, y en particular de la Unión Europea. Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 han publicado una inusual declaración conjunta en la que se comprometen a combatir el terrorismo “con todos los medios necesarios y con determinación implacable”. “El bien es más fuerte que el mal. Todo lo que pueda hacerse a nivel europeo para hacer que Francia esté segura se hará. Haremos lo necesario para derrotar al extremismo, al terrorismo y al odio”, afirma la declaración. Todos los europeos están convocados a un minuto de silencio el próximo 16 de noviembre a mediodía en memoria de las víctimas.

LA PISTA BELGA

Según el fiscal general de París, los ataques han sido llevados a cabo por “tres equipos de terroristas” coordinados. Las primeras investigaciones han permitido identificar a uno de los autores de la masacre entre los fallecidos en la sala de conciertos Bataclan. Se trata de un ciudadano francés de 30 años fichado por la justicia por delitos comunes, que nunca había sido encarcelado, pero del que existía una alerta por radicalización desde 2010.

Además, cerca de uno de los kamikazes que se ha suicidado en las proximidades del estadio de Francia, en Saint Denis, se ha encontrado un pasaporte sirio, que no estaba fichado por los servicios de información galos. Según el diario Wall Street Journal, uno de los suicidas tenía entradas para asistir a partido amistoso entre Francia y Alemania con la intención de hacerse estallar dentro del campo. Pero los servicios de seguridad detectaron que llevaba un chaleco explosivo y no lo dejaron entrar, lo que le llevó a detonarlo en la misma puerta.

En cuanto al modus operandi, los siete terroristas utilizaron “armas de guerra de tipo kalashnikov” y chalecos explosivos similares entre sí cuyo objetivo era “causar el mayor número de víctimas posible”. Los atacantes se desplazaron por París en dos coches: el Seat negro y también un Polo negro matriculado en Bélgica y alquilado por un ciudadano francés residente en Bélgica. Esta persona fue interceptada durante la mañana del sábado en la frontera franco-belga en un tercer vehículo, distinto del Seat y del Polo, en el que viajaban otras dos personas residentes en Bruselas. Ninguno de los tres estaba fichado.

Los tres pasajeros de este coche han sido detenidos durante la tarde del sábado durante una operación lanzada en el barrio bruselense de Molenbeek. Una de las personas detenidas estaba en París el viernes por la noche, según ha confirmado el primer ministro belga, Charles Michel, en una entrevista televisiva.

LA VIDA DE LA CIUDAD SIGE ADELANTE

En París, aunque la policía ha prohibido las concentraciones, los ciudadanos han peregrinado espontáneamente a los escenarios de los ataques para rendir homenaje a las víctimas. Al lado de la sala Bataclan, donde murió un mayor número de personas, en el bar Carillon y en el restaurante Petit Cambodge, o frente a la persiana bajada del restaurante Belle Equipe, han depositado flores, velas y mensajes. También ha habido pequeñas concentraciones en la plaza de la República, que fue el centro neurálgico de la manifestación en memoria de las víctimas de Charlie Hebdo. Otras personas han puesto velas en sus ventanas en recuerdo de los fallecidos.

La torre Eiffel se ha apagado durante la noche del sábado como homenaje a las víctimas, según ha anunciado la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. En otras ciudades francesas como Montpellier o Grenoble ha habido concentraciones espontáneas en recuerdo de los fallecidos.

En el resto de la ciudad, la normalidad ha sido la nota dominante. La gente ha salido a la calle, de compras, en bicicleta, a pasear el perro o a correr, y se ha sentado a comer o tomar café en las terrazas, incluso en el décimo distrito, donde ocurrieron la mayoría de los ataques. Las tiendas han abierto y el tráfico era el habitual en un sábado. Todos los parisinos con los que ha hablado EL ESPAÑOL expresaban su voluntad de seguir con sus vidas como mejor respuesta a la barbarie terrorista.

Velas en el consulado de Francia en Ginebra. / Pierre Albouy Pierre Albouy Reuters

Pese al anuncio del despliegue de 1.500 soldados en París, la presencia de las fuerzas de seguridad era poco visible. De hecho, en los escenarios de los ataques donde se había levantado el cordón policial, no parecía haber ninguna autoridad. El metro ha funcionado con normalidad, salvo en algunas paradas. Sólo en la estación del Norte era patente la presencia de soldados mostrando sus fusiles.

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