Vladimir Putin prometió "una venganza ineludible" y el Ejército ruso ha acatado su amenaza en pocas horas. Los aviones rusos han intensificado sus bombardeos contra posiciones estratégicas del Estado Islámico en Siria. Se trata de la respuesta del Kremlin a la tragedia aérea en el Sinaí, un accidente que Rusia considera un acto de terrorismo

"Hemos asestado un ataque aéreo masivo en Siria. El número de misiones aéreas se ha duplicado", ha asegurado el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu. En las operaciones contra el EI participaron por vez primera bombarderos estratégicos Tu-160, Tu-95 y Tu-22, lo que permitió, según el ministro, realizar "ataques precisos y potentes en todo el territorio de Siria". Al igual que la aviación francesa, la ofensiva aérea se está centrando en la ciudad de Al Raqa, considerada la capital del Estado Islámico en Siria. 

El presidente ruso ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo francés, François Hollande, en la que, según el Kremlin han acordado coordinar sus acciones militares contra el Estado Islámico. "Hay que entablar contacto directo con los franceses y trabajar con ellos como aliados (...). Debemos elaborar un plan de acciones conjuntas tanto en el mar como en el aire", afirmó Putin.



Putin subrayó que "en breve" al Mediterráneo Oriental llegará una flotilla de buques militares franceses encabezados por el portaaviones Charles de Gaulle.

Ambos mandatarios se reunirán la semana que viene en Moscú dentro de la gira diplomática que ha anunciado Hollande tras los atentados del 13-N en París. El presidente francés también se reunirá la semana que viene con Barack Obama en Washington. 

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