El Papa dedicó anoche la solemne ceremonia de agradecimiento por la conclusión del año a hacer un examen de conciencia sobre los acontecimientos de 2015 marcados por "la violencia, la muerte y el sufrimiento indecible de tantos inocentes", y llamando a los medios de comunicación para que recojan también ejemplos positivos de solidaridad, lamentando que "las cosas buenas no sean noticia".
Francisco ha mencionado durante la homilía de la misa de las Vísperas y el tradicional canto del himno del 'Te Deum los "grandes actos de bondad, de amor y solidaridad" que han tenido lugar durante la crisis de refugiados. "Aunque no han sido noticias del telediario, estos gestos de amor no deben ser oscurecidos por la prepotencia del mal", ha señalado.
La cobertura de los esfuerzos de cooperación para aliviar el drama de los refugiados ha sido una prioridad editorial de EL ESPAÑOL, dedicado reportajes a figuras como Eric Kempson, "el buen samaritano de Lesbos"; Aqeela Asifi, "la luz en la educación de las niñas refugiadas"; y Óscar Camps, premio León 2015 por su trabajo solidario.
El Pontífice ha llamado a comprobar si los acontecimientos del mundo se han hecho "de acuerdo a la voluntad de Dios" o si por el contrario, se han guiado por los proyectos de los hombres "a menudo llenos de intereses privados, de insaciable sed de poder y violencia gratuita".
Así, ha aseverado que "el bien vence siempre también en los momentos en los que aparece débil o escondido".
Contra la "falsa neutralidad"
El Papa ha retomado el llamamiento a la solidaridad y la denuncia del "río de miseria" que aflige al mundo mientras el primer mundo disfruta "de plenitud" en la primera misa del año que ha celebrado esta mañana en la Basílica del Vaticano.
"¿Cómo puede ser este un tiempo de plenitud, si ante nuestros ojos muchos hombres, mujeres y niños siguen huyendo de la guerra, del hambre, de la persecución, dispuestos a arriesgar su vida con tal de que se respeten sus derechos fundamentales?", ha inquirido ante miles de fieles.
"¿Cómo es posible que perdure la opresión del hombre contra el hombre, que la arrogancia del más fuerte continúe humillando al más débil, arrinconándolo en los márgenes más miserables del mundo?", ha continuado.
Sin embargo, ha aseverado que a pesar de todo ello "nada puede contra el océano de misericordia que inunda nuestro mundo" y ha llamado a "conquistar la paz" al término del rezo del ángelus.