Luis Salas es sociólogo, fundador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Bolivariana de Venezuela y desde hace unos días nuevo ministro de Economía Productiva del Gobierno de Nicolás Maduro. Es también uno de los ideólogos de la “guerra económica”, principal argumento que usa el chavismo para tratar de diluir su responsabilidad sobre la crisis que vive el país.
El acaparamiento de productos, la especulación y el contrabando son los principales factores que Maduro ha detectado dentro de su análisis. Ha dicho que la “rancia burguesía venezolana”, la “oligarquía apátrida” y el “imperio norteamericano” son los encargados de atacar la economía del país suramericano para, finalmente, derrocar a su gobierno.
Según la propaganda oficial, la “guerra económica”, que tiene una vertiente psicológica, es la culpable del desabastecimiento, del alza en los precios de los productos y de la devaluación. Desde que Maduro ganó las elecciones en abril de 2013, su gabinete económico ha intentado, sin éxito, salir de la difícil situación económica. El Presidente ha tenido durante dos años el poder de legislar y ha aprobado más de 28 leyes habilitantes como la Ley de Precios Justos, la Ley Antimonopolio o la modificación de la Ley de Ilícitos Cambiarios.
Salas es defensor de esta teoría, a pesar de que las soluciones propuestas por el Ejecutivo no han hecho más que empeorar la situación y eso se refleja en las variables: Venezuela es el país con la mayor inflación del mundo por tercer año consecutivo; además, por primera vez, el índice de precios al consumidor ha alcanzado las tres cifras; la moneda se ha devaluado sin freno durante estos años. Cuando Maduro llegó al poder, el dólar se cotizaba en el mercado negro en 23,35 bolívares. Hoy se puede conseguir en 838.
El nuevo zar de la economía venezolana es un defensor de los controles de cambio y de precios y ataca a los sectores productivos del país, según se desprende de varios de sus textos.
En una entrevista con Telesur, ha dicho que el decreto de emergencia económica que presentará el presidente Maduro ante la Asamblea Nacional requiere del concurso de todo el país. “Vamos en un barco y tenemos que remar al mismo lado”.
Según Salas, “la inflación no existe en la vida real” y es un “correlato del fascismo político”. Para él no tiene sentido hablar de inflación y escasez, cuando se debe hablar de “especulación, usura y acaparamiento”.
Ha llegado a comparar la situación que viven los venezolanos con lo que sucede en el argumento de Los juegos del hambre, novela escrita por la norteamericana Suzanne Collins: “Los ingenieros de la guerra económica conciben la sociedad como una manada de potenciales salvajes que cuando las cosas se tuercen un poquito, se atacarán entre ellos. Es la teoría de la pelea de perros aplicada a la economía”.
En un texto de su autoría, llamado “22 claves para entender y combatir la guerra económica”, se leen algunos conceptos que pueden aclarar el rumbo que tomará Venezuela con la designación del profesor de 39 años como encargado de coordinar toda la política económica. Sus detractores insisten en que esta designación no hará más que profundizar una situación que de hecho es crítica. “El Gobierno no va a rectificar. Tanto el discurso como el nombramiento de Luis Salas lo corroboran. Tiempos oscuros los que nos esperan”, ha escrito el economista Henkel García.
A continuación compartimos algunos conceptos emitidos por Luis Salas que permiten entender su forma de comprender la crisis venezolana:
Inflación
“La inflación se usa como herramienta de lucha política para presionar a gobiernos, imponer intereses”.
Control de precios
“Cuando los economistas se refieren al control de los precios como problema, se están refiriendo al control de precios del Estado. Para la mayoría de ellos, debe dejarse que el ‘libre juego’ de la oferta y la demanda se realice y autorregule los mercados”.
“Si el control de precios no funciona o tiene fallas, hay que mejorarlo, pero no quitarlo, pues quitarlo no soluciona el problema”.
Los empresarios venezolanos
“La clase ‘empresarial’ venezolana es una clase vividora y malcriada que a lo largo del tiempo se convirtió en un tumor económico que vive y subsiste de la renta petrolera”.
Guerra económica
“Hay que tener claro que la guerra económica debe entenderse antes que cualquier otra cosa, precisamente, como un guerra. Y en cuanto tal, supone la voluntad tanto de imponerse sobre el otro como de crear las condiciones que así lo permitan”.
“El fin último de la guerra económica emprendida por la burguesía parásita es la consolidación de las condiciones sociales de reproducción y explotación de los grupos concentrados, transnacionalizados, mafiosos y especulativos sobre la sociedad”.
“La guerra económica no es contra el Gobierno, es contra la población toda”.