“¿De verdad cree que si estuviéramos a salvo en Siria estaríamos aquí de pie congelándonos?”. Era la pregunta que planteaba un solicitante de asilo en al pasar la frontera de Macedonia a Serbia en la noche del miércoles. Parecía responder a Mark Rutte, primer ministro holandés y actual presidente rotatorio de la Unión Europea, que el mismo día había planteado su deseo de “reducir drásticamente el número de llegadas de refugiados en las próximas seis/ocho semanas”. Su análisis: "Las cifras actuales no son viables".
En un día normal, mil personas como este refugiado atraviesan la frontera entre estos dos países, explica la portavoz de Acnur en Serbia, Liene Veide, que acude todos los días a la frontera con Macedonia. Poco o nada importa que Serbia esté completamente cubierta de nieve o que los termómetros desciendan bajo cero por la noche: el número de personas que siguen cruzando a diario la frontera en este punto de los Balcanes se mantiene prácticamente inamovible desde hace meses.
“Probablemente se esperaba que bajaran las cifras por las malas condiciones meteorológicas, pero hay una razón por la que huyen. Tienen que elegir si morir en Siria [o intentar salvar la vida]”, apunta Veide. Serbia ha anunciado esta misma semana que sólo dejará avanzar a aquellos que manifiesten su deseo de pedir asilo en Alemania o Austria.
La buena noticia en este punto del mapa es que ya no hay problemas de refugio que dejen a los refugiados varados a la intemperie, como sucedió cuando llegó el frío. Veide cuenta que nada más cruzar la frontera hay 20 “contenedores” con calefacción para las personas que lleguen de noche y tengan que esperar hasta el día siguiente para continuar hasta el centro de acogida, algo más alejado.
Sí que ha bajado el número de personas que llegan por mar a las costas europeas, después del récord alcanzado en octubre, cuando arribaron 221.374. En diciembre llegaron más de 118.000, una cantidad notablemente mayor que en el caluroso mes de julio (78.400).
Esta madrugada, al menos 21 personas han muerto ahogadas al intentar cruzar a Grecia desde Turquía en dos naufragios distintos; el miércoles una niña y una mujer murieron por hipotermia en la isla de Lesbos. En lo que va de mes de enero, han llegado más de 31.000 personas a la Unión Europea a través de Grecia, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Los niños están exhaustos, con miedo, angustiados y a menudo necesitan asistencia médica
Cada vez es mayor la proporción de niños entre las personas migrantes y refugiados, ha alertado esta semana Unicef. Más de una de cada tres son menores y va en aumento (la media en 2015 era de un menor por cada cuatro personas que llegaban). “Están físicamente exhaustos, con miedo, angustiados y a menudo necesitan asistencia médica”, resumía en un comunicado la agencia de la ONU por la protección de los menores.
Los niños son particularmente propensos a las infecciones respiratorias, problemas digestivos y diarrea, ha advertido la coordinadora especial para la Crisis de Refugiados y Migrantes en Europa de esta organización, Marie- Pierre Poirier. La complicación añadida -que se está tratando de solventar- viene a la hora de intercambiar información médica sobre los casos atendidos, dado el rápido movimiento de las personas.
Los refugios en la frontera donde trabaja Veide no están disponibles por igual en las largas y diversas rutas que toman los solicitantes de asilo. Unicef recuerda que el problema de la falta de cobijo continúa, muchos de los menores no tienen ropa de abrigo o no pueden alimentarse de forma adecuada.
Esta crisis está lejos de terminar y la asistencia siguen siendo completamente insuficiente
"Esta crisis está lejos de terminar y la asistencia siguen siendo completamente insuficiente en Italia, Grecia y los Balcanes", ha reprochado Aurelie Ponthieu, asesora humanitaria sobre Desplazamiento de Médicos Sin Fronteras. Ha insistido en la petición de abrir vías seguras de acceso a Europa, una reivindicación que repiten desde hace meses todas las organizaciones humanitarias.
La Comisión Europea ha dado un toque de atención a los Estados miembros para que respondan “con prontitud” al acuerdo del pasado septiembre por el que firmaron la reubicación de 160.000 personas, aunque el número total de refugiados y migrantes llegados este año a Europa se estima en algo más de un millón.
También ha lamentado que sean “demasiado pocos” los países que han pedido ayuda para recibir apoyo práctico de protección civil (material, refugios, suministros médicos…). Han recurrido a este recurso Serbia, Eslovenia y Croacia. A la vez ha pedido que los Veintiocho apliquen “rápidamente” el llamado “Plan de Acción de la UE en materia de retorno” por el que se devuelve a sus países de origen a los migrantes que no cumplen los requisitos establecidos para tener derecho de asilo.
“Cuando pregunto a la gente por qué arriesga así su vida, siempre obtengo la misma respuesta: 'No tenemos otra opción'”, contaba el coordinador de emergencias de un barco de rescate de Médicos Sin Fronteras en el informe “Carrera de obstáculos hacia Europa” publicado esta semana. “Estas personas saben a lo que se arriesgan, pero lo hacen de todos modos. Nos dicen que preferirían ahogarse buscando la seguridad y la libertad antes que quedarse en sus países”. El próximo lunes, los ministros del Interior de la Unión Europea se reunirán en Amsterdam para tratar esta crisis humanitaria.