La ex secretaria de Estado Hillary Clinton y el senador por Vermont y autoproclamado socialista Bernie Sanders se han perfilado como las dos únicas opciones demócratas para sentarse en el Despacho Oval de Washington.
La primera ganó los caucus de Iowa por un estrecho margen al comienzo del mes. Mientras, los votantes de New Hampshire escogieron al segundo esta semana.
El jueves, ambos chocaron en el primer debate demócrata de la temporada de primarias. Clinton intentó venderse como la candidata pragmática, con posibilidades reales de efectuar cambios legislativos en Estados Unidos, frente a Sanders, al que quiso pintar de idealista.
“No soy una candidata de un sólo asunto [en la agenda política] y no creo que vivamos en un país de un sólo asunto”, dijo la ex primera dama. Quería dar a entender que Sanders se concentra en la desigualdad económica, mientras que su agenda política está más equilibrada.
¿Pero están Sanders y Clinton tan lejos en sus planteamientos? Comparamos sus propuestas en algunos de los temas más candentes en la política estadounidense.
Control de las armas de fuego: Clinton
El control de las armas de fuego es el punto en que Clinton está claramente más a la izquierda.
La ley federal vigente permite que vendedores de armas 'privados' u 'ocasionales' puedan llevar adelante una transacción sin comprobar los antecedentes del comprador ni informar de ella a las autoridades. Clinton propone cerrar este vacío legal así como la llamada 'laguna Charleston', que consiste en que si en tres días no se ha verificado el historial delictivo de un comprador, la venta puede producirse sin que la comprobación haya sido completada. Por otro lado, Clinton quiere que las víctimas de violencia con armas de fuego puedan exigir respuestas a vendedores y fabricantes “negligentes” y prohibir las armas de asalto.
Sanders, sin embargo, defiende lo que considera “legislación de sentido común”. Como Clinton, apoya prohibir las armas de asalto. También propone expandir los controles. Sin embargo, según la web FeelTheBern de apoyo al candidato, considera que la excepción del vendedor ocasional debe ser aplicable entre “familia, amigos y vecinos”. Además, Sanders no está a favor de que los fabricantes tengan que responder por el mal uso de sus productos.
Reforma de Wall Street: Sanders
La reforma del sistema financiero es uno de los puntos en que Sanders se sitúa a la izquierda de Clinton.
La ex secretaria de Estado propone una larga serie de medidas. Por ejemplo, defiende que las entidades financieras paguen una tasa en base a su tamaño y el riesgo de contribuir a otra crisis que suponen.
Clinton también aboga por otorgar más poder a las autoridades para controlar el tamaño de entidades financieras, atacar los bonus de grandes banqueros y ejecutivos cuando rompan la ley o actúen con negligencia o establecer un impuesto sobre operaciones bursátiles “dañinas” de alta frecuencia.
Sanders, por su parte, defiende reinstaurar la ley Glass-Steagall para separar las entidades comerciales de las de inversión con el objetivo de proteger los bolsillos de los contribuyentes. La idea es que, si una entidad lleva a cabo operaciones arriesgadas y pone en peligro su 'salud', la gente de a pie no tenga que salir a su rescate. Sanders quiere fragmentar también los bancos más grandes para reducir su influencia política y económica.
El senador propone además introducir la llamada 'tasa Tobin'. Se trata de un pequeño impuesto sobre transacciones financieras para prevenir la especulación. El socialista quiere financiar su plan para lograr la educación universitaria gratuita con los beneficios de este impuesto.
Sanidad: Sanders
En este punto, Sanders vuelve a quedar por delante en el 'izquierdímetro'.
Clinton, que se pinta como continuadora del legado de Barack Obama, defiende la reforma sanitaria del presidente, el Affordable Care Act, alias Obamacare. Esta legislación hace obligatorio el tener un seguro médico. Extiende el programa público de cobertura sanitaria Medicaid para personas de baja renta a una porción mayor de ciudadanos. También impide a las aseguradoras negarse a proporcionar cobertura a una persona en base a condiciones médicas preexistentes. La ex primera dama defiende reforzar Obamacare, reducir los copagos y disminuir el precio de las medicinas.
Sanders apoyó Obamacare, pero para él no es suficiente. Sanders defiende un sistema de sanidad pública universal al estilo de Canadá que se mantenga a través de impuestos. Mientras esta transformación integral del sistema sanitario no se consiga, Sanders propone expandir Medicaid. Asimismo, Sanders también quiere que las medicinas sean más baratas, por ejemplo, importándolas de Canadá y ofreciendo descuentos a ancianos con pocos ingresos.
Educación superior: Sanders
La educación universitaria es verdaderamente cara en Estados Unidos. La matrícula de un año puede ascender a decenas de miles de dólares. Para costear sus estudios, muchos universitarios tienen que recurrir a préstamos, bancarios o federales. Los que se graduaron en 2014 dejaron las aulas con una media de cerca de 29.000 dólares de deuda, según el Institute for College Access and Success.
Clinton quiere que los estudiantes que vayan a universidades de su Estado no tengan que pedir préstamos. Para ello, los estudiantes trabajarían diez horas semanales, las familias harían una contribución “razonable” para sus bolsillos, los estados dedicarían más recursos a la educación superior y las universidades tendrían que controlar costes.
Sanders, además de atacar la deuda estudiantil, quiere que no haya que pagar matrícula en instituciones educativas públicas, al estilo de los Países Nórdicos. Para financiar su medida, el socialista impondrá una tasa a las actividades especulativas. Asimismo, promete evitar que el Gobierno saque tajada con sus préstamos estudiantiles.
Inmigración: empate
Tanto Clinton como Sanders defienden una reforma sustancial del sistema de inmigración.
Ambos defienden acabar con los centros privados de detención de inmigrantes, permitir que familias inmigrantes puedan beneficiarse del Affordable Care Act, y facilitar que puedan permanecer en los Estados Unidos.
Sistema de justicia penal: empate
Clinton y Sanders comparten el objetivo de hacer el sistema de justicia penal menos discriminatorio hacia las minorías raciales.
Ambos proponen controlar en mayor medida los cuerpos de seguridad para evitar que ejerzan la fuerza de manera indiscriminada. Están a favor de que los agentes porten cámaras para monitorear mejor su actividad. También buscan atacar las sentencias mínimas obligatorias para delitos no violentos relacionados con las drogas. Clinton sugiere hacer equivalentes, en lo que a castigos se refiere, la cocaína y el polvo de crack. Por su parte, Sanders quiere retirar la marihuana de la lista federal de sustancias prohibidas.
Financiación de campañas políticas: Sanders
Los dos candidatos quieren revertir la decisión del Tribunal Supremo de 2010 conocida como Citizens United, que permitió la entrada de grandes flujos de dinero en el proceso electoral. Por ejemplo, dio lugar a los Súper PAC, comités que hacen campañas paralelas a favor o en contra de candidatos y pueden recaudar sumas ilimitadas de dinero.
Ambos quieren que los grupos políticos externos a las campañas oficiales sean más transparentes. Sanders, sin embargo, propone enmendar la Constitución para que el Congreso y los estados tengan poder para controlar la financiación de campañas. Además, Sanders indica explícitamente en su programa que quiere eliminar las Súper PAC.
Derechos de los trabajadores y Seguridad Social: Sanders
En cuanto a derechos laborales, Sanders es el ganador.
Clinton defiende subir el salario mínimo federal a 12 dólares la hora. La ex secretaria de Estado asegura que quiere que los sindicatos tengan más poder negociador, así como garantizar que las bajas laborales de hasta 12 semanas se paguen y acabar con las diferencias salariales entre mujeres y hombres. En lo que respecta a la Seguridad Social, las medidas de Clinton se centran más en defender el estatus quo y proteger el sistema de las tijeras de los conservadores.
Sanders, sin embargo, aparte de lo que sugiere Clinton, pide subir el salario mínimo a 15 dólares la hora y que las personas que ganan más de 250.000 dólares anuales “paguen el mismo porcentaje de sus ingresos a la Seguridad Social que la clase media y las familias trabajadoras”.