La imagen parte el corazón. Un pequeño, casi un bebé, desnudo, mugriento y esquelético, encorvado por la desnutrición, bebe ávidamente de la botella que le ofrece una mujer rubia en cuclillas. Ella es Anja Ringgren Lovén, fundadora de la ONG danesa DINNødhjælp, que atiende a huérfanos en Nigeria. El niño tenía apenas dos años y llevaba ocho meses en la calle, viviendo de las sobras, abandonado por su familia que, por atavismos de la superstición, creía haber parido un brujo. Anja le dio un nombre: Hope, Esperanza.
Puede que el relato le resulte familiar al lector. La voluntaria contó el rescate del pequeño en su cuenta de Facebook subiendo las conmovedoras imágenes: cómo recogió delicadamente al pequeño en una manta y lo llevó al centro de la ONG, en donde recibió su primer baño desde que fuera abandonado junto con medicación para los parásitos que infestaban su cuerpo.
Publicado a finales de enero, la viralidad de la historia se ha cocido a fuego lento. El principal problema ha sido el idioma: DINNødhjælp es una ONG pequeña con vocación local, Anja escribe en danés esperando recaudar en su país - logró más de un millón de coronas danesas dos días después de contar la historia de Hope - y la traducción automática de Facebook es, inevitablemente, farragosa.
Los medios anglosajones fueron los primeros en internacionalizar la historia y esta semana le ha tocado el turno a la prensa en español. Muchos lectores hispanohablantes han intentado en los últimos días contactar y contribuir con la ONG, pero DINNødhjælp se ha visto sobrepasada por la atención. No tienen páginas en inglés y menos en español, y aprovechando el eco online de la historia, los timadores han aprovechado para lanzar el anzuelo.
Hasta hace unas horas, buscando por el nombre internacional de la organización, African Children's Aid Education and Development Foundation (ACAEDF)/Dinnoedhjaelp, lo que encontrábamos era un grupo privado de Facebook. Estaba ilustrado con las imágenes subidas por Anja y aceptaba las solicitudes de adhesión de personas interesadas en donar. Pero al poco, el grupo pasó al estado de 'secreto'. Primera señal de alarma.
El grupo estaba moderado por una persona identificada como Thomas E. Gipe que relataba, presuntamente, el día a día de la ONG en Nigeria. Era capaz de contestar a los usuarios en inglés y español. Pero cuando se le preguntaba por datos concretos como el nombre de uno de los niños cuya foto había subido, respondía con evasivas. Segunda señal de alarma.
Pero la tercera y más evidente alerta se presentaba cuando alguien ofrecía donar dinero o ropa. Thomas E. Gipe aludía entonces a la falta de infraestructura y ofrecía una cuenta de correo personal para "seguir la conversación. Contactados por EL ESPAÑOL, DINNødhjælp confirmó que no tenía relación ni con el grupo ni con esta persona, y que se trataba de un perfil falso.
A última hora del miércoles el presidente de DINNødhjælp, Michael Anders, mandaba un mensaje a todos los miembros de grupo advirtiendo del engaño. "El grupo al que usted se ha unido no es nuestra página oficial y Thomas E. Gipe no tiene nada que ver con nosotros". El jueves por la mañana el grupo todavía recibía mensajes por parte de internautas conmovidos por la historia de Anja y Hope, pero las fotos habían desaparecido, y no quedaba ni rastro del moderador.
Desde DINNødhjælp confirman que están trabajando a marchas forzadas para publicar una versión internacional de su sitio que facilite la comunicación y las donaciones. Sin embargo piden paciencia, ya que son trabajadores voluntarios. El propio Anders se excusa en que tiene que compaginar la dirección de la ONG con su empresa de patines y modelos teledirigidos. Mientras tanto, insta a dirigirse a su formulario de contacto oficial.
Anja, que lleva en Nigeria desde 2011, volverá a Dinamarca en marzo y espera estrenar en la televisión pública un documental sobre su historia a finales de año. "Miles de niños están siendo acusados de ser brujos y los hemos visto torturados, muertos, asustados. Estas imágenes muestran por lo qué estoy luchando".
La fundadora confirmaba que el dinero recaudado está sirviendo para construir un hospital al que quiere dar un nombre ya ligado inevitablemente a su historia: Hope. Y una de sus últimas actualizaciones es una imagen del propio pequeño, milagrosamente recuperado en sólo un par de semanas. Anja confirma que Hope ha comenzado a sonreír y juega con su propio hijo, de edad similar, pero todavía no habla. "Le vendrá cuando abandone el hospital y empiece a vivir con los otros niños. Los niños se hacen más fuertes cuando están juntos".