"Fue Alá quien lo ordenó", ha tratado de justificar Gulchejra Bobokulova ante los periodistas que la esperaban a su entrada en una corte de Moscú en el juicio al que se enfrenta por decapitar presuntamente a la pequeña a la que cuidaba.
Ya en la jaula de los acusados, la niñera ha manifestado que "Alá mandará un segundo profeta para dar noticias de paz" y ha advertido que tenía hambre y moriría en el plazo de una semana por no recibir alimento. La mujer ha sido enviada a un examen psiquiátrico.
El lunes pasado, esta mujer de 38 años y origen uzbeko, extrajo en plena calle la cabeza de una niña de una bolsa asegurando que era terrorista. Tras ser detenida, declaró que en realidad se había debido a una infidelidad de su marido, como informó EL ESPAÑOL.
Un cuerpo sin vida de la pequeña Nastia de cuatro años había sido encontrado al extinguir el incendio de un piso moscovita. Su niñera llevaba cuidándola prácticamente toda su vida, pues hacía tres años que trabajaba para su familia. Bobokulova presuntamente aprovechó un momento en que los padres de la pequeña salieron de la casa con su hermano mayor.
La mujer está acusada de asesinar a Nastia y prender fuego al piso donde vivía con su familia. Los moscovitas llenaron de flores y juguetes la entrada a la estación de metro Oktiabrskoye Pole en el noroeste de la capital rusa, escenario donde la niñera hizo público el crimen que ha confesado y en cuya reconstrucción ha colaborado con la policía.