Un vídeo destapado por el informativo Telenoche, del grupo mediático Clarín, el más enfrentado al kirchnerismo, asombra a los argentinos al mostrar a allegados a la familia Kirchner contando millones de dólares y euros, supuestamente en tránsito por la llamada “ruta del dinero K”, o sea fondos de la corrupción.
La escena había sido grabada en 2012 dentro de una ‘cueva’ financiera apodada “La Rosadita”, bautizada así en referencia a la gubernamental Casa Rosada y porque se encuentra en el mismo edificio en que vive el exvicepresidente kirchnerista Amado Boudou y donde Cristina Fernández, viuda de Kirchner, posee dos pisos.
El principal protagonista de la filmación es Martín Báez, hijo del empresario de la construcción Lázaro Báez, amigo de los Kirchner que a medida que el matrimonio acumulaba poder pasó de ser un empleado bancario a un magnate de la obra pública en la provincia de Santa Cruz, el feudo kirchnerista.
En el vídeo puede verse a Báez hijo y varias personas más –el contable Daniel Pérez Gadín y su hijo, Fabián Rossi, entre otros- contar los fajos de billetes en máquinas y embolsarlos. Era tanto el dinero que no podían alzar los bolsos pesados, debían arrastrarlos, y la caja fuerte de la oficina no daba abasto.
Las imágenes han rebotado en las redes sociales y causaron una fuerte indignación ciudadana. El juez federal Sebastián Casanello ha citado a declarar como imputados de lavado de dinero a Báez y sus acompañantes en el vídeo, pero recién para mediados de abril, y no ha convocado al principal sospechoso, Báez padre.
La causa penal se inició en abril de 2013, luego de que el programa Periodismo para Todos, del reportero Jorge Lanata, mostrara sendas entrevistas a dos hombres de negocios, Leonardo Fariña y Federico Elaskar –exdueño de “La Rosadita”, hablando de cómo enviaron a la banca suiza alrededor de 55 millones de euros en un lapso de seis meses a través de aquella financiera.
Se ha sospechado que parte de esos fondos era dinero público adjudicado a las constructoras de Báez para la realización de obra pública en Santa Cruz. Además Fariña había comprado un cortijo, "El Carrizalejo", en la provincia de Mendoza, por cinco millones de dólares en efectivo y dos años después lo vendió en 1,8 millones. Lo habría hecho por orden de Báez.
Sin embargo, Lázaro Báez siempre ha rechazado las acusaciones y ha asegurado que no conoce a Fariña. También ha pedido el sobreseimiento judicial para él y para su hijo, algo que fue rechazado por la fiscalía y el juzgado.
En 2013 Casanello ordenó allanar la casa de Báez en Río Gallegos, capital de Santa Cruz, para comprobar las denuncias que aseguraban que en el sótano de la vivienda tenía bóvedas bancarias y almacenaba billetes. Los policías no las encontraron pero había signos de que el lugar había sido reformado, según el periodista Lanata.
Báez ha construido el imponente mausoleo que guarda los restos del fallecido presidente Néstor Kirchner (2003-2007), en el cementerio de Río Gallegos. Pero desde la retirada del poder de Cristina Kirchner, en diciembre último, sus empresas van mal y han despedido a 1.800 empleados.
Tanto el juez que investiga al empresario kirchnerista como el fiscal, Guillermo Marijuan, denunciado tiempo atrás supuestas amenazas de muerte. El magistrado advirtió que le habían aflojado la rueda de su coche antes de emprender un viaje por autopista. Y el fiscal recibió llamadas telefónicas.
Otro fiscal que investigó a los Kirchner, Eduardo Taiano, sufrió el secuestro de su hijo justo el último día que tenía para recurrir el sobreseimiento del matrimonio presidencial en una causa por supuesto enriquecimiento ilegal. Finalmente no presentó la apelación y el hijo apareció sano y salvo.