Las autoridades turcas han estado deteniendo y expulsando a Siria a grupos de alrededor de un centenar de hombres, mujeres, niños y niñas sirios casi a diario desde mediados de enero, sugieren las nuevas investigaciones llevadas a cabo por Amnistía Internacional en las provincias de la frontera sur de Turquía. La semana pasada, a lo largo de tres días, el equipo de investigación de Amnistía Internacional recopiló múltiples testimonios de devoluciones desde la provincia de Hatay, que confirman una práctica que constituye un secreto a voces en la región.
Todas las devoluciones forzadas a Siria son ilegales en virtud de las leyes turcas, la legislación de la UE y el derecho internacional, asegura la ONG de derechos humanos.
“En su desesperación por sellar sus fronteras, los líderes de la UE han hecho deliberadamente caso omiso de los hechos más simples: Turquía no es un país seguro para las personas refugiadas sirias, y cada día es un poco menos seguro”, ha manifestado John Dalhuisen, director para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.
“Las devoluciones a gran escala de personas refugiadas sirias que hemos documentado ponen de manifiesto los fatídicos defectos del acuerdo entre la UE y Turquía. Para aplicar ese acuerdo, hay que tener corazón de piedra, y un absoluto desprecio por el derecho internacional”, ha añadido.
Las devoluciones a gran escala de los refugiados sirios documentados por Amnistía Internacional ponen de manifiesto los fatídicos defectos del acuerdo entre la UE y Turquía
Amnistía Internacional echa en cara a la Unión Europea que "con el argumento de que es un país de asilo seguro" haya acordado con Turquía la devolución a ese país de los demandantes de asilo sirios que lleguen a las islas griegas. Las autoridades europeas han comenzado ya las devoluciones, aunque esperan que el grueso del plan se ponga en marcha a partir del lunes, 4 de abril.
Por el momento, el acuerdo UE-Turquía ha logrado parar la llegada de muchas personas a Grecia: en lugar de una media de hasta 2.000 personas diarias, se ha reducido a unas 400, e incluso menos, informa Juan Sanhermelando.
“Lejos de presionar a Turquía para que mejore la protección que brinda a las personas refugiadas sirias, lo que, en la práctica, está haciendo la UE es incentivar lo contrario", ha reprochado John Dalhuisen.
Hace escasamente dos meses, la propia Amnistía Internacional se había sumado a los piropos de otros países y organismos hacia Turquía por acoger hasta 2,5 millones de refugiados sirios actualmente. "Más que ningún otro país del mundo", subrayaba la ONG.
Niños y embarazadas entre las personas devueltas
Uno de los casos desvelados por Amnistía Internacional es el de tres niños devueltos a Siria sin sus progenitores; otro es la devolución de una mujer embarazada de ocho meses.
“La inhumanidad y la magnitud de las devoluciones son francamente espantosas; Turquía debe detenerlas de inmediato”, ha pedido John Dalhuisen. “Si el acuerdo sigue adelante según lo previsto, existe un riesgo muy real de que algunas de las personas que la UE devuelva a Turquía corran la misma suerte”.
Existe un riesgo muy real de que algunas de las personas que la UE devuelva a Turquía corran la misma suerte
Muchas de las personas devueltas a Siria parecen ser refugiados no registrados, aunque Amnistía Internacional ha documentado también casos de personas sirias registradas que han sido devueltas al ser detenidas cuando iban indocumentadas.
Temor de los sirios a pedir asilo
La investigación muestra, según Amnistía Internacional, también que las autoridades turcas han reducido el registro de personas refugiadas sirias en las provincias de la frontera sur.
El registro es necesario para acceder a servicios básicos. En Gaziantep, Amnistía Internacional se reunió con el hijo de una mujer que necesitaba cirugía de urgencia para salvar la vida pero a quien le negaron la posibilidad de registrarse y, por tanto, de acceder a dicha cirugía. Finalmente, esta mujer pudo registrarse en otro lugar y recibir el tratamiento que podría salvar su vida.
Según otros refugiados sirios en la provincia fronteriza de Hatay, algunas personas que intentaban registrarse han sido detenidas y devueltas a Siria junto con personas refugiadas a las que se había encontrado sin sus documentos de registro.
Una familia de refugiados sirios no registrados en la provincia de Hatay había optado por permanecer en su apartamento en lugar de intentar registrarse, por temor a ser devueltos a Siria.
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