Berlín

Una ingente operación policial en Berlín contra el crimen organizado movilizó anoche cerca 1.000 agentes en el Artemis, el mayor burdel de la capital de Alemania y uno de los más grandes del país. Rondaban las ocho de la tarde del miércoles cuando irrumpieron varios centenares de policías en este edificio de tres alturas situado al este de la ciudad y bautizado en honor a la diosa griega de la caza y la virginidad. Las instalaciones quedaron rodeadas por numerosas furgonetas y vehículos de policía, que contribuyeron a terminar de llenar el parking del burdel.

En el interior del Artemis, los agentes encontraron a algo más de 200 personas. Hasta 118 eran prostitutas, pero también se encontraban en el lugar numerosos clientes potenciales. Casi un centenar de trabajadoras del sexo tuvieron que responder a las preguntas de la policía, in situ, al igual que algunos de los clientes presentes en el lugar. Más de la mitad de las prostitutas que allí trabajan son originarias de Europa del este y de países árabes.

En la operación también se incautó una importante cantidad de dinero en metálico y se analizaron documentos y ordenadores de este este macro-prostíbulo de 3.000 metros cuadrados. El Artemis está dotado, según describen quienes lo han visitado, de hasta tres saunas, un par salas en las que se proyectan películas pornográficas, cantina, bares y hasta un gimnasio. La entrada cuesta 80 euros.

En la noche del miércoles seis personas fueron detenidas, dos hombres responsables del lugar y cuatro mujeres. Éstas habrían ayudado a hacer posible el esquema de prácticas irregulares que se sospecha habrían desarrollado sus responsables. Y es que, si bien la prostitución es legal en Alemania desde 2002, no parece que lo sean las condiciones en las que se practica esta actividad en el Artemis, un prostíbulo que abrió sus puertas en 2005 y que es capaz de recibir a unos 11.000 clientes al año.

Una mafia como la de Al Capone

La magnitud de esta operación policial, que implicó a movilización de 900 agentes, entre miembros de la policía, de la fiscalía, inspectores de hacienda y de aduanas, se justifica en la medida en que el burdel es uno de los más grandes del país y porque se le está relacionando con la filial alemana de la banda de motoristas de los Ángeles del Infierno. El fiscal jefe de Berlín, Andreas Brehm, ha apuntado a la existencia de un “sistema ilegal” en el que las mujeres eran hechas “dependientes”. Desde la fiscalía se ha comparado a las actividades investigadas con las del mafioso estadounidense Al Capone en los años veinte del siglo pasado.

Para Brehm, la vinculación directa entre el Artemis y las actividades ilegales de los Ángeles del Infierno parecen claras. Se tiene constancia de que una de las chicas del macroburdel berlinés denunció a la policía haber sido maltratada en contactos con miembros de la banda de motoristas, unos encuentros que no estarían “libres de violencia”, según los términos de Sjors Kamstra, otro de los fiscales que trabaja en el caso. Que esta joven, ahora ex pareja de uno de los Ángeles del Infierno y bajo protección, acudiera a las autoridades, fue decisivo para que se lanzara la operación.

Más allá de la explotación y la violencia, las autoridades también han dado cuenta de que la operación de la noche del miércoles incluye posibles delitos de trata de personas, impagos a la seguridad social y evasión fiscal. Se ha estimado en que los daños por impago a la seguridad social ascienden a unos 17,5 millones de euros, mientras que Hacienda está detrás de hasta 6 millones de euros no pagados.

En el marco de la operación cuyo grueso se desarrolló en el Artemis, también se registraron, paralelamente, una quincena de apartamientos y oficinas de asesorías fiscales. Estas intervenciones tuvieron lugar en Berlín y en otros Länder del país. A saber, Baviera (sur), Baden-Wurtemberg (sureste) y Hesse (centro). La macroredada del miércoles, de la que el jueves se esclarecieron buena parte de los detalles a gracias a las sucesivas declaraciones de autoridades movilizadas en la operación, es el resultado de varios meses de trabajo. Las investigaciones comenzaron el pasado verano.