Las canastas en la cancha de la Universidad de Bridgeport están levantadas hacia el techo para que las cámaras graben sin obstáculo. El marcador muestra un empate a 45. En este gimnasio jugó en los 80 el baloncestista Manute Bol, el segundo más alto de la NBA. Los seguidores de Hillary Clinton se hacen fotos con la imagen del deportista en tamaño real, con su figura de 2,31 metros pegada en una pared. En las pancartas oficiales el mensaje es “I’m with her” (“Estoy con ella”).
En las primarias que se celebran aquí, en Connecticut, este martes la candidata se llevará la mayoría de los apoyos. Se vota también en Pensilvania, Delaware, Maryland y Rhode Island. Según los sondeos, ganará en todos estos estados y también en la mayoría de las votaciones que quedan hasta el 14 de junio.
A este punto, Bernie Sanders, su rival demócrata, tendría que ganar las 19 consultas que quedan y hacerlo con casi un 60% del voto, algo que no va a suceder según las encuestas. Hillary Clinton es ya de facto la candidata demócrata y, según los sondeos, si el republicano a batir es Donald Trump será elegida la presidenta el próximo 8 de noviembre. Sería la primera mujer en ocupar el cargo público con más poder del mundo.
LA MUJER QUE QUERÍA SER ASTRONAUTA
Ashley McGuffie, secretaria de un centro para defender los derechos de los gays en Connecticut, recuerda la carta que escribió Clinton de pequeña a la NASA porque quería ser astronauta. Entonces ninguna mujer lo era y la agencia no le hizo caso. “Eso me impactó”, dice McGuffie, que lleva una camiseta amarilla fosforito que pone “Yaaas Hillary!” con la foto antigua de la candidata. Detrás de ella, otra mujer más mayor con el New York Times debajo del brazo viste una camiseta con la leyenda “Madam President”.
Durante sus 25 años de carrera política Clinton ha dudado a menudo sobre cómo utilizar su condición de mujer, pero ese paso es algo que importa a sus seguidores y al partido, que gana elecciones gracias a un apoyo mayoritariamente femenino.
En 2012, Barack Obama fue reelegido presidente con el apoyo del 56% de las mujeres, 12 puntos más que Mitt Romney. La brecha fue la mayor registrada por Gallup en unas elecciones presidenciales. En noviembre la diferencia aún podría ser mayor, en especial si el candidato es Trump, que ha ganado primarias con menos del 30% de respaldo femenino.
Según la última encuesta de Gallup, el 70% de las mujeres en Estados Unidos tienen una opinión negativa de Trump. Las mujeres republicanas están divididas sobre Trump con un 49% a favor y un 46% en contra. Pese a las jóvenes de Sanders hay más mujeres que tienen una opinión favorable de Clinton, 21 puntos por encima de los hombres, según Gallup.
THIS IS MY FIGHT SONG
En Bridgeport, Clinton se acompaña en el escenario con la música de Fight Song, de una mujer joven, Rachel Platten.
La candidata habla de su objetivo de conseguir la igualdad salarial. Menciona el caso de Lilly, una supervisora de una fábrica de Alabama que descubrió al final de su carrera que había estado cobrando un 40% menos que sus colegas hombres y que ahora recibirá una pensión menor. También cuenta la anécdota de cuando una niña le preguntó en Nevada si “una chica presidenta cobraba lo mismo que un chico presidente”. Pero, igual que en otros mítines, no destaca explícitamente su especialidad como comandante-en-jefe.
A sus seguidoras les suele importar que pueda ser la primera mujer presidenta. “Me importa mucho”, dice Elizabeth, que ha ido al mitin con su hija Ella, de 13 años. La niña lleva una camiseta que pone “feminist” en letras doradas. “Es realmente una locura que no haya habido una mujer presidenta desde…”, dice Ella. “¡Nunca!”, la interrumpe su madre. Elizabeth como muchos otros seguidores destacan la experiencia de Clinton.
Es posible que ningún otro candidato en la historia haya tenido tanta preparación política y haya sabido tan de cerca cómo es ser presidente antes de llegar a la Casa Blanca.
Pero entre los seguidores de Bernie Sanders alguno suele reconocer su incomodidad con una mujer presidenta. La campaña de Clinton ya se ha quejado del machismo de los llamados Bernie Bros. Uno de los grupos que financia a Clinton se ha gastado un millón de dólares para contestar los comentarios más agresivos sobre su candidata en redes como Reddit.
El 80% de los encuestados en marzo en un sondeo de la CNN asegura que sí está preparado para tener una mujer presidenta, aunque no tiene prisa para que sea ahora mismo: sólo el 31% considera que es importante o muy importante que suceda durante su vida. Pero Estados Unidos consiguió un hito que en principio parecía más inalcanzable hace ocho años.
“Había muchos que no estaban preparados para un negro… Si hubiera sido blanco, a Obama lo habrían puesto como uno de los mejores presidentes del mundo”, dice Rafael Maldonado, un seguidor de Clinton nacido en Bridgeport de padres puertorriqueños. Está convencido de que irá a la toma de posesión de la primera mujer presidenta en Washington el próximo enero con sus hijos. Igual que estuvo en las dos ceremonias de Obama.
Este domingo está en el gimnasio de la Universidad para ver a su candidata. Unas horas antes estaba protestando frente al lugar donde daba su mitin Trump también en Bridgeport. “Yo no entiendo como ése llegó tan lejos”, dice en referencia al líder de la carrera republicana. Cree que Clinton arreglará los problemas que más le preocupan: la sanidad y el salario mínimo.
Clinton no ha conseguido conquistar a las más jóvenes votantes demócratas que en esta campaña se han ido con Sanders. La mayoría de las mujeres que están en este mitin en Bridgeport ya no son jóvenes.
YA ES HORA
“Tiene el mejor curriculum para liderar el mundo libre. La apoyé también en 2008. Ha crecido desde aquella campaña. Su experiencia como secretaria de Estado es muy importante en estos tiempos”, dice Diane Nolan, que era entrenadora del equipo universitario de baloncesto femenino de Yale y ahora es profesora en una escuela de un barrio complicado. Para ella, es importante tener una presidenta.
“Ya es hora de que más mujeres trabajadoras seamos representadas de la manera que debemos”, dice Nolan.
Las más jóvenes que respaldan a Clinton suelen subrayar más su curriculum y menos el simbolismo. “Creería que es la más cualificada aunque no fuera una mujer”, dice Liz Bayer, abogada y cuyo principal interés en Clinton es que “tiene más posibilidades de ganar”.
Ha venido con su amiga Pamela Hovlanb, que es diseñadora y profesora de arte en Yale. Hovlanb dice que Clinton es la candidata “de sentido común” por lo mucho que sabe de Washington y lo bien preparada que está aunque reconoce que le gustaría que Sanders fuera su vicepresidente para que “la empujara un poquito hacia el centro-izquierda”. En 2008, la apoyó al comienzo de la carrera, pero acabó votando por Obama en las primarias de Connecticut.
“No creo que ni Bernie ni Hillary tengan el mismo tipo de aura que él tenía. Era difícil que no te atrapara”, dice. “Liz y yo veníamos hablando de cuánto le vamos a echar de menos”.