En la madrugada del lunes, el periodista Francisco Pacheco Beltrán perdió la vida tras recibir dos balazos a la puerta de su casa, en el estado mexicano de Guerrero. Es apenas una de las 700 víctimas de homicidio registradas en la región en lo que va de año, conforme la Fiscalía de la entidad federativa. A nivel nacional, ya van unas 9.000, según datos de las fiscalías de cada estado.
Aunque las cosas han mejorado, la violencia impera todavía en el país hispanohablante más poblado del mundo, donde cada año se producen miles de asesinatos, secuestros y extorsiones.
Tras cuatro años en caída, los homicidios intencionados volvieron a repuntar el año pasado con más de 18.000 víctimas y una tasa de 14 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Guerrero sufrió la tasa más alta de todo el país, 57, seguido por Sinaloa, 33, Morelos, 26, y Chihuahua, 25. Y este año la tendencia sigue en alza, ya que en los primeros tres meses de 2016 se han registrado más homicidios con dolo que en el mismo periodo del año anterior.
La mella que la violencia dejó en 2015 en la economía es clara: unos 134.000 millones de dólares, alrededor del 13% del PIB mexicano, de acuerdo con el Instituto para la Economía y la Paz. “El gasto gubernamental en contención de la violencia sigue ascendiendo”, dijo Patricia de Obeso, coordinadora del Instituto, a Efe. “Sin embargo, no vemos que se esté reflejando realmente en una reducción [de los delitos]”.
El caso de las desapariciones forzosas ha vuelto esta semana a los titulares después de que un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentara un nuevo informe sobre los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero hace dos años. El texto golpea la versión de las autoridades mexicanas de que los estudiantes fueron incinerados en un basurero y argumenta que éstas dificultaron la investigación independiente. “Existen ciertos sectores que no están interesados en la verdad”, denuncian los especialistas internacionales.
Las víctimas de secuestro el año pasado superaron el millar. Las fiscalías de los estados contabilizaron unas 1.300, mientras que la Procuraduría General de la República reportó cerca de 500 víctimas. Los ministerios públicos de los diferentes estados, sin embargo, han registrado una caída de los secuestros en los dos últimos años, después de que en 2013 contaran 1.683. Este año ya van varios centenares.
La extorsión cayó también a unos 5.000 casos el año pasado, después de que en 2013 superara los 8.000. En los tres primeros meses de este año se registraron más de un millar de supuestos delitos.
Pero las cifras oficiales, dependiendo del organismo gubernamental del que procedan, pueden discrepar hasta en un 20%, afirma el Instituto para la Economía y la Paz. Por ejemplo, la organización asegura que las cifras oficiales no incluyen unas 26.000 personas desaparecidas entre 2007 y 2015.
Organizaciones contra el secuestro denuncian que el Gobierno no tiene una buena metodología para contabilizar a las víctimas. La Secretaría de Gobernación anunció el mes pasado que cambiará su metodología para el registro de delitos y víctimas de secuestro para mejorar su contabilización y reporte.
Tamaulipas, el estado donde más se secuestra
Los estados de Guerrero, Sinaloa, Morelos y Chihuahua son los que presentan una más alta de homicidios, pero no son -salvo Morelos- los que más secuestros sufren en proporción a su población, según muestran sus fiscalías.
Los territorios sobresalen en la prensa por casos como el de los estudiantes desaparecidos, el líder del cartel de Sinaloa Joaquín 'El Chapo' Guzmán o el tráfico de estupefacientes en la frontera. Sin embargo, los estados de Tamaulipas, México, Querétaro y Coahuila registran más secuestros, de acuerdo a datos estatales.
Tamaulipas, en el noroeste del país, despunta por encima del resto. En 2015, sufrió una media de 6,5 secuestros por cada 100.000 personas. Le sigue, sin embargo, Morelos con más de 1,5 secuestros de tasa. El estado de México va tercero con casi un secuestro por cada 100.000 habitantes.