Apenas horas después de que Rusia y Estados Unidos decidieran extender el alto el fuego en Siria para incluir la urbe de Alepo, un ataque aéreo sobre un campo de desplazados en el país ha dejado al menos 28 bajas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El ataque ha tenido lugar al norte, cerca de la frontera con Turquía, y a tan sólo 30 kilómetros al oeste de Alepo. No está claro quién lanzó ofensiva, pero los aviones que operan en la región suelen ser del régimen de Bashar al Asad o de Rusia, informa The New York Times.
Los militares sirios han negado que el bombardeo fuera obra suya. "No hay verdad en esas informaciones sobre que la Fuerza Aérea siria ha atacado un campo para desplazados", asegura un comunicado recogido por Reuters.
Las Naciones Unidas han exigido una investigación inmediata para esclarecer lo que podría considerarse como un "crimen de guerra". "Si se descubre que este obsceno ataque fue una ofensiva deliberada contra una estructura civil, podría convertirse en un crimen de guerra", ha asegurado el subsecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien.
En febrero se estableció un cese parcial de las hostilidades que excluye a grupos terroristas. Este miércoles, las autoridades rusas y estadounidenses acordaron extender el acuerdo para cubrir la disputada ciudad de Alepo, que ha sufrido una terrible oleada de violencia en las últimas semanas con numerosos muertos.
La Casa Blanca ha condenado el ataque diciendo que "no hay una excusa justificable para llevar a cabo un bombardeo aéreo contra civiles inocentes que han abandonado sus casas para huir de la violencia".
Hay más de seis millones de sirios que han abandonado sus hogares para buscar refugio en otras partes del país, que sufre ya cinco años de conflicto. A estos se les suman más de cuatro millones de refugiados que han cruzado la frontera para pedir asilo a otros Estados.