La detención de un miembro de las Brigadas Izzadin Al Qassam -el brazo armado de Hamas- por parte del Ejército israelí y su posterior interrogatorio por parte de los servicios de seguridad han permitido descubrir dos túneles procedentes de la Franja de Gaza en espacio de tres semanas. Los sucesivos lanzamientos de proyectiles de mortero por parte de las milicias palestinas y de bombardeos selectivos por parte de las fuerzas aéreas israelíes han provocado la primera escalada de la tensión desde el final de la operación “Margen Protector" en agosto de 2014.
Después de mantener en secreto los datos personales del detenido durante algo más de un mes el Shabak (servicio de seguridad interior) ha identificado a su fuente de información como Mahmud Atauna, activista de 29 años nacido en el campo de refugiados de Yabalia. Según la versión oficial, el sospechoso logró saltar la verja perimetral que rodea la Franja y fue descubierto por una patrulla militar con dos cuchillos en su poder, con los que, según el servicio de seguridad, planeaba asesinar a ciudadanos o soldados israelíes. A partir de ahí fue puesto en manos del Shabak, en cuyas dependencias fue interrogado sobre sus presuntas actividades terroristas.
Un comunicado del Ejército afirma que Atauna pertenece a las Brigadas Izzadin Al Qassam, y que participó en la colocación de artefactos explosivos improvisados (IEDs, en sus siglas en inglés) ante la presencia de vehículos blindados y convoyes militares israelíes a lo largo de la demarcación fronteriza. Igualmente asegura que el detenido había formado parte de la unidad encargada del diseño y construcción de túneles subterráneos, fueran éstos defensivos (aquellos ubicados dentro de la Franja) u ofensivos (los que penetran en territorio israelí con el objetivo de lanzar algún ataque o perpetrar algún secuestro similar al que en junio de 2006 les permitió raptar al cabo Gilad Shalit, que sería liberado 5 años más tarde en un intercambio de prisioneros).
Las autoridades israelíes aseguran que la información proporcionada por Atauna a sus interrogadores ha llevado a la localización de dos túneles ofensivos. Desde 2007, tras el bloqueo de la Franja por parte de Israel y Egipto, los túneles han sido tradicionalmente empleados por Hamas para introducir productos de consumo -desde papel higiénico hasta pollo de una conocida cadena de cómida rápida- hasta armas e incluso camiones. Hubo un cambio radical en 2015, cuando Egipto empezó a sellar los túneles que conectaban con ese país. Ahora los inunda.
El primero de los dos túneles a los que se refiere Israel ahora se descubrió hace tres semanas y el segundo este pasado jueves, con una profundidad de entre 26 y 28 metros bajo tierra. De acuerdo a este mismo individuo –fuentes en Gaza piensan que era ya un colaboracionista y saltó la verja para entregarse porque ya estaría "quemado"– los túneles construidos después de la operación “Margen Protector” están dotados de duchas, zonas para el descanso y otros servicios.
Sin embargo, el número 2 de la oficina política de Hamás en el exilio, Musa Abu Marzuk, aseveró que el segundo túnel descubierto había sido construido previamente a la llamada tercera guerra de Gaza y que el Gobierno israelí está aprovechando la situación para caldear los ánimos en un momento en el que le interesa de cara a tener lo que en sus medios de comunicación se denomina ya “verano caliente”. Éste fue precisamente el término empleado por el director general del departamento político-militar del ministerio de Defensa israelí, Amos Gilad, en una reciente conferencia sobre el futuro de la Franja de Gaza celebrada en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Tres jornadas de ataques
Aunque quizás resulte prematuro aventurar un pronóstico sobre si habrá o no una cuarta operación militar este próximo verano, lo cierto es que en los tres últimos días se ha visto una secuencia de ataques que no se sucedían desde antes del verano de 2014. La concentración de excavadoras militares y vehículos blindados en la parte este de la Franja de Gaza provocó en un primer momento los disparos por parte de francotiradores, que luego pasaron a proyectiles de mortero, lanzados por las milicias palestinas para hacer retroceder al Ejército.
Éste en cambio optó por llevar a cabo varias incursiones aéreas en las que los cazabombarderos atacaron instalaciones de seguridad de Hamás, provocando la muerte de una mujer de 54 años e hiriendo a otros cuatro civiles, entre ellos tres niños en el barrio de Zeitun (al oeste de la ciudad de Gaza)
El ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, señaló durante una visita a la zona que “no nos vamos a dejar amedrentar por las amenazas de Hamás y vamos a continuar poniendo en marcha operaciones por la violación de nuestra soberanía, encontrando hasta el último túnel”. No obstante, Yaalon añadió que no desea una nueva espiral de violencia y que sus operaciones serán proporcionales a los ataques que emanen desde el otro lado de la frontera. Por su parte, el jefe del estado mayor del Ejército, el general Gadi Eisenkot, apuntó que “el mando sur tiene como principal misión localizar y destruir cualquier túnel o subterráneo que penetre en nuestro territorio sin provocar una escalada de la situación”.
Según algunos analistas israelíes la actual coyuntura está conduciendo al liderazgo de Hamás ante un importante dilema, en el que los dirigentes políticos están a favor de mantener la calma, mientras la dirección militar prefiere lanzar un ataque preventivo. La lógica de estos últimos es, de acuerdo con los expertos, que si bien a través del informador Atauna, de su tupida red de colaboracionistas o de un nuevo descubrimiento tecnológico –o una combinación de las tres– el Ejército israelí va a localizar y destruir todos los túneles, mejor hacer uso de ellos mientras estén operativos, aún a riesgo de conducir a una nueva confrontación bélica.
Declaraciones polémicas
La escalada de tensión en Gaza ha coincidido con una controvertida intervención del jefe adjunto del Estado Mayor, el general Yair Golan, quien con motivo de la conmemoración del Día del Holocausto (Yom HaShoá), dijo que la evolución de la sociedad israelí durante estos últimos años le recordaba a la Alemania de los años 30 del siglo pasado. “No hay nada más sencillo que odiar al extranjero o comportarse de forma brutal”, agregó Golan durante su discurso, durante el que apeló a los ciudadanos israelíes a “extirpar las semillas de la intolerancia, la violencia, la destrucción y el deterioro moral”.
La intervención del general orbitó –aunque sin nombrarla directamente– en torno a la gran polémica desatada por la actuación de un soldado israelí que remató de un disparo en la cabeza a un joven palestino que se encontraba moribundo tras ser abatido después de haber intentado apuñalar a otros soldados. El hecho de que el uniformado –que para más controversia pertenecía al cuerpo médico– matara a sangre fría al joven desencadenó un profundo debate en el seno que unas fuerzas armadas que se consideran a sí mismas “las más morales del mundo”.
“Las Fuerzas Armadas de Israel siempre se han enorgullecido de su capacidad de investigar cualquier tipo de situación de forma imparcial, pudiendo discernir lo que está bien de lo que está mal, y a su vez de lo que es totalmente inaceptable”, exhortó Golan durante su intervención. La tergiversación interesada por parte de algunos líderes de la extrema derecha como el ministro de Educación Naftali Bennett, que acusan al general de comparar al actual Gobierno israelí con el régimen nazi, le ha obligado a emitir un comunicado de disculpa en el que especifica que no pretendió establecer paralelismo alguno y que se trató de una mera apelación a los valores éticos y morales que promulga el judaísmo.