La "bendición de Alá", peculiar pero significativa manera que ha tenido Erdogan de calificar el fallido golpe de Estado, vino a ser una manera de anunciar una suerte de purga en el Ejército y en la Justicia turca. Es una forma de darle poesía a las, aproximadamente, 6.000 personas detenidas por el intento de sublevación. Y la cosa no se detendrá ahí. El ministro de justicia, Bekir Bozdag, anuncia que "habrá más".
Ya este sábado las autoridades habían informado sobre la detención de 2.839 soldados, entre ellos decenas de generales. Además, más de 2.700 jueces fueron destituidos.
El jefe del Estado mayor, amenazado
Además, este domingo también se conocía que el jefe del Estado Mayor de Turquía, Hulisi Akar, tomado como rehén durante doce horas en el marco del fallido golpe de Estado, fue detenido y amenazado por sus colaboradores más cercanos, informa el canal NTV.
El general relató en una reunión a puerta cerrada con los líderes de los partidos políticos en el Parlamento turco, que algunos de sus colaboradores le amenazaron con sus armas y le forzaron firmar la declaración de los golpistas, según el medio.
Akar pasó doce horas retenido en la base aérea Akinci, situada cerca de Ankara, antes de ser rescatado. Según el general, fue amenazado con ser estrangulado con un cinturón, aunque le prometieron que si firmaba una declaración su vida no iba a correr peligro. Durante su estancia en la base aérea no recibió agua ni comida, aseguró el jefe militar.
El canal CNNTürk informa de que tras el golpe numerosos generales turcos han perdido confianza en sus guardias personales y los han reemplazado por civiles. Mientras tanto, sigue la incertidumbre sobre el destino de tres importantes comandantes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, quienes, a pesar de oficialmente están a salvo, no han sido vistos en público desde el intento golpista.
Señalan a Gülen como culpable
En su comparecencia, el ministro aprovechó para acusar de nuevo a los seguidores del predicador conservador Fethullah Gülen de haber organizado el golpe: "El hombre número uno en esto (el golpe) es Fethullah Gülen. Después de esto, mantener Gülen en Estados Unidos no sirve a la amistad entre Turquía y Estados Unidos", dijo Bozdag.
Agregó que el Gobierno turco seguirá limpiando las instituciones del Estado y el Ejército de lo califica como "organización terrorista de Fethullah Gülen" (FTO).
Gülen vive desde hace años en un exilio auto-impuesto en EEUU y Ankara exige su extradición, una reclamación que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, repitió una vez más.
París advierte: "No es un cheque en blanco"
El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, advirtió hoy al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de que el fallido de golpe de Estado no supone un "cheque en blanco" al mandatario, a la vista de que unas 6.000 personas han sido detenidas ya tras esa intentona.
"Queremos que funcione plenamente el Estado de Derecho. No es un cheque en blanco", dijo Ayrault en una entrevista en la cadena "France 3", en la que subrayó que no debe haber "purgas".
El jefe de la diplomacia francesa destacó que en la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE del próximo lunes en Bruselas se volverá a hablar de Turquía y se le va a recordar que "debe ajustarse a las reglas democráticas europeas", porque "la exigencia democrática se aplica a todos".
"El Estado de Derecho debe aplicarse en todos los niveles del Estado, lo que está lejos de ser el caso", apuntó Ayrault, que reivindicó su derecho "a estar en desacuerdo" con Erdogan pero reconoció al mismo tiempo que "Turquía es un gran país, con una situación estratégica y miembro de la OTAN".
Interrogado sobre si Turquía es un aliado fiable en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), afirmó que "siendo sinceros, hay una parte de fiabilidad y otra de sospecha", cuestiones que se le plantearán en la reunión de ministros de Defensa de Washington de la coalición internacional de esta próxima semana.