Los vídeos del tiroteo en el que el afroamericano Keith Scott perdió la vida a manos de la policía en Charlotte (Carolina del Norte) no hacen más que avivar la polémica.
En los dos vídeos que se hicieron públicos el sábado, después de las protestas violentas, no queda claro que Scott llevara un arma, como asegura la policía. Además, ahora se ha sabido que el oficial que portaba la cámara personal no la activó hasta después de los disparos, violando la política de la policía en estos registros que dice claramente que hay que activarla antes de interactuar con los civiles, según publica The Washington Post.
Lo primero que se ve es al agente moviéndose detrás de una furgoneta y silencio. Entonces, el oficial enciende la cámara y Scott ya está en el suelo. Los disparos mortales se realizan fuera de cámara y el audio no se enciende hasta que se muestra el cuerpo del hombre de 43 años.
Un portavoz de Taser, la empresa tecnológica que ha desarrollado estos dispositivos, ha explicado que cuando se inicia un servicio, se enciende la cámara de forma automática pero en memoria intermedia y sólo se conservan los últimos 30 segundos de imagen, no de audio, hasta que realmente el agente la activa manualmente dándole dos veces a un botón.
En el vídeo que se ha dado a conocer, no se escucha el audio hasta que el oficial ya ha disparado contra Keith Scott. Incluso se registran imágenes de uno de los agentes mirando a la cámara y preguntando si está en funcionamiento.
La Policía de Charlotte no ha querido revelar la identidad del oficial que ha violado la norma de grabaciones en las intervenciones.