Una feligresa canadiense restaura una estatua y hace una chapuza

Una feligresa canadiense restaura una estatua y hace una chapuza

Mundo OTRO RESULTADO ESPERPÉNTICO

La chapucera restauración de una estatua en Canadá hace la competencia al 'Ecce Homo'

Una feligresa intenta reparar el daño después de que unos vándalos decapitaran una estatua religiosa en Ontario y el penoso resultado da la vuelta al mundo. 

21 octubre, 2016 10:02

Heather Wise, una feligresa de la pequeña iglesia de Santa Ana de los Pinos, en Ontario (Canadá), es hoy protagonista en toda la prensa canadiense y parte de los medios internacionales gracias a la restauración que ha llevado a cabo de una estatua de la virgen con el niño Jesús en brazos. Pero el caso no ha trascendido por el buen resultado de la reparación, sino por el esperpéntico resultado. 

Como ocurrió con el intento de restauración del 'Ecce Homo' de Borja, que hizo mundialmente conocido al municipio aragonés e incluso disparó su interés turístico, las buenas intenciones de una pseudo artista local solo han servido para estropear aún más la obra en cuestión llegando a traspasar la barrera del ridículo. 

Hace un año, unos vándalos habían decapitado la figura del niño Jesús, por lo que Wise pidió permiso al párroco de la iglesia para reparar el daño. El resultado ha sido tremendamente chocante a la par que cómico. Tanto es así que numerosos medios, así como las redes sociales han coincidido en calificar el arreglo como "estrambótico", "ridículo"o "impactante", llegando a comparar al nuevo niño Jesús con Maggie, el bebé de Los Simpson.

Y es que la restauración ha resultado ser un chasco: la cabeza, realizada en arcilla naranja, no encaja en absoluto con el resto de la estatua, tallada en mármol blanco, y los rasgos del niño casi no parecen humanos.

El sacerdote de la iglesia, Gerard Lajeunesse, ha justificado que es precisamente el choque entre la arcilla naranja y la piedra blanca del cuerpo lo más chocante para los espectadores. El hombre asegura que había problemas porque el cuello estaba roto en una zona angulosa y la 'artista' se vio obligada a alterar la forma de la cabeza para asegurar que se quedaría unida.

Al conocer el caso, la prensa internacional ha evocado inmediatamente el símil con el fresco de Borja. La obra de Cecilia Giménez dio la vuelta al mundo y a día de hoy se sigue recordando dentro y fuera de nuestras fronteras como algo insólito. Vale la pena volver a verla:

Evolución del Ecce Homo hasta llegar a la restauración de Cecilia.

Evolución del Ecce Homo hasta llegar a la restauración de Cecilia.